Capitulo 7: Manos inquietas

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—Psst, hey Jin... Jinnie~... Muñeco~...

—Hmm...

—¿Esto es real? Digo, estas acostado junto a mi en una cama y no estas temblando de miedo. —Jin abrió sus ojos girándose para verlo.

Había accedido dejarle dormir en su departamento, ya que si algo le ocurría al haberse ido a esas horas, el castaño no podría tener la conciencia limpia; claro que la idea principal era dejar a NamJoon en el sofá para que descansara, era muy cómodo, el mismo Seokjin lo confirmaba, incluso ya le había dejado una manta y una almohada, pero el muy terco decidió meterse en su habitación y acostarse en su cama.

Jin se había rendido con eso así que se encaminó a la sala, dormiría él en el sofá entonces, pero el menor se lo impidió haciéndolo acostarse junto a él, cosa con la que no estaba muy cómodo.

—Estás herido, apenas puedes moverte, así que dudo que puedas hacerme algo en ese estado. —murmuró bostezando, hace media hora que quería dormir y cada vez que por fin sentía que estaba apunto de hacerlo el otro chico le llamaba para preguntarle alguna idiotez.

—Yo no pensaría lo mismo. —sonrió y Jin rodó los ojos volviendo a girarse.

—Ya duermete de una vez, mañana debo ir a trabajar. —murmuró cerrando los ojos.

—Vaya, alguien recuperó su valentía y mal genio, creo que debería hacer algo para cambiarlo. —soltó el contrario con sarcasmo observándolo absteniéndose de acercar una mano a su cabello para acariciarlo.

NamJoon frunció el ceño disgustado, ¿Por que SeokJin tenía que ser tan malditamente hermoso? Le complicaba a el rubio el trabajo de portarse como un hijo de puta con él, le ablandaba por momentos, y eso no podía pasar, no otra vez.

Se había prometido que nadie nunca más le vería resquebrajarse y lo cumpliría, por mas que el castaño le hiciera eso tan difícil.

Era un idiota al ser tan lindo e impedirle ser completamente duro con él.

SeokJin solo suspiró negando luego de que se giró dándole la espalda al chico haciendo una mueca sabiendo que el menor ya no podía verle.

Estaba confundido, más que eso, dejaba de molestarle la presencia de aquel chico poco a poco y no podía darse el lujo de hacerlo, por que aquel rubio se había encargado de hacer de su inicio de clases lo peor.

No le perdonaría lo hecho esos días, lo muy humillado que se sintió cuando todos le miraban con pena y temor, tampoco el miedo que le había causado, o sus inadecuadas costumbres de querer toquetearlo a cada momento inapropiado y querer adueñarse de él.

—Descansa, Muñeco... —literalmente aquellas palabras fueron las ultimas que oyó en ese instante, puesto que ya comenzaba a dormirse y oía apenas en murmullos lo que fuere que el menor le dijese.

NamJoon suspiró mordiéndose el labio y se acomodó en su lugar mirando hacia el techo, la confusión inundando su mente.

No sabia que estaba sucediendo con el, ni siquiera debería estar en ese lugar, sabia que exponía al chico a el mismo peligro en el que el llegaba a estar en ocasiones, y se suponía que debería sentir lástima o pena por ello, pero realmente no le importaba, quería a ese chico junto a el y en ese preciso instante, poco le valieron las consecuencias que esa acción podría causar.

Al día siguiente.

Jin había despertado un tanto temprano, debía trabajar así que se levantaría antes para tener tiempo de organizar su casa, darse un baño luego y comer su desayuno que prepararía luego de haber hecho todo.
Se estiró un poco bostezando y trató de levantarse pero algo se lo impidió, un agarre en su cintura lo mantenía sujeto a la cama, rápidamente giro su cabeza para encontrarse con el dueño de dicha extremidad y su corazón casi se sale al ver en rostro de NamJoon no muy lejos del suyo.

Now You're Mine †NamJin†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora