Capítulo III. La llegada

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Disclaimer: los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

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Era un frío jueves de invierno, Hinata y Hanabi comían juntas cuando escucharon unos fuertes golpes en la puerta. Ambas se sobresaltaron al escuchar las groserías de los hombres que llamaban insistentemente.

—¡Sabemos que te escondes, maldito! ¡Aún nos debes una buena fortuna!

Hinata puso su dedo índice en su boca, indicando a Hanabi que guarde silencio, y se dedicaron a esperar que se fueran.

Hace dos semanas fue el aniversario de la muerte de su madre y su padre había decidido ceder ante lo difícil que estaba resultando ese año. Combinó su tristeza con sus frustraciones económicas y una desafortunada noche terminó en un bar apostando y perdiendo un dinero que no tenía. Desapareció unos días, preocupando a sus dos hijas, para un día aparecer oliendo terriblemente y pidiéndoles entre lágrimas disculpas. Ahora sí que lo había arruinado todo.

Resulta que no eran unos hombres cualquiera, eran un par peligroso, dispuestos a actuar ilícitamente por un poco de la fortuna que quizá el antiguo millonario Hiashi Hyuga podía tener, o conseguir.

Sobrio y desesperado por encontrar una solución, optó por su última opción: buscar ayuda en su hermano gemelo Hizashi Hyūga. No se hablaban desde hace diez años debido a conflictos sobre la herencia Hyūga; Hizashi fue relegado y tuvo que forjarse su propio camino desde los cimientos, Hiashi tuvo la bendición de ser el favorito de su difunto padre y heredero del mismo.

Tuvo que dejar de lado su orgullo y vergüenza y llamarlo, por sus hijas. Tenía que dejarlas fuera de ese conflicto.

Mientras tanto, Hinata estaba angustiada por ese nuevo problema. Estuvo molesta con su padre varios días, pero sabía que no le serviría de nada cargarse de pesar y más bien activaba su mente para buscar una solución. Al mismo tiempo debía estudiar para sus exámenes, casi terminaba el instituto y ya deseaba liberarse de esa carga. ¡Cómo anhelaba ser mayor!

Ese jueves, más tarde, su padre llegó algo exaltado. Las requirió en el pequeño comedor y les miró seriamente.

—Hinata, Hanabi, en vistas de ese nuevo problema en que nos metí, me temo que tendremos que separarnos temporalmente. He hablado con mi hermano Hizashi, está dispuesto a ayudarnos, bueno, a ustedes dos.

—¿Cómo? ¿A qué te refieres con separarnos?—preguntó Hinata.

—Es peligroso que estén ambas aquí... Además, he perdido mi trabajo y no puedo cuidarlas más. Hanabi, irás a vivir con él y su esposa. Continuarás estudiando y estarás bajo sus cuidados.

Hanabi abrió la boca, pero su padre lucía tan serio que no dijo ni una sola palabra.

—Hinata...—se mostró inseguro, lo que preocupó a la nombrada— también te encontré un hogar donde, al mismo tiempo, podrás trabajar. ¿Recuerdas a tu primo Neji?

Ella asintió. Sí que lo recordaba, de antes, cuando la vida era más simple y brillante. Recordaba que algunas veces venía a su mansión tradicional, pero ella era más pequeña que él y vaya que se encargaba de recordárselo. Se negaba a jugar con ella y se quedaba quieto en el tatami leyendo un libro. Pero había mejores días, una vez logró convencerlo de acompañarla al jardín, estaba nevando y parecía que eso lo hacía muy feliz, ¡hasta le dedicó unas sonrisas y bromeó con ella!

—Pues— continuó— ya es todo un adulto, al parecer es un escritor bastante ocupado y su madre asegura que necesita desesperadamente que alguien cuide de él, a ella no la deja acercarse. Estoy seguro de que te sentirás cómoda y serás de gran ayuda para él y para nuestra familia. ¿Qué dices? La verdad es que ya he aceptado en tu nombre, no tenemos mejores opciones. Es lo mejor para ambas.

Rehén de tu dulce voz [NEJIHINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora