Fingiendo una relación con mi enemigo

25. Mi misión es chusmear.

Ya han pasado tres horas de viaje y hemos estado en absoluto silencio desde que le dije "Eres un estúpido". Honestamente lo es, pero por alguna extraña razón, me arrepiento de haberle dicho eso.. quizás se haya embriagado por alguna situación dolorosa.

¿Quién sabe?

También, tengo muchas preguntas que hacerle y no pueden esperar, ya que ha estado desaparecido tanto tiempo y me queda una maldita hora de viaje por delante.

- ¿La conocías? - Pregunta rompiendo el silencio aún mirando hacia delante concentrado. Por unos segundos, detengo la mirada en su perfil admirándolo, pues es bastante guapo pero Luke.. Dios, Luke es perfecto.

Niego con la cabeza saliendo de mis pensamientos y volteo la mirada hacia el camino. - Si, era mi madre. - Suspiro quitando todo el aire de mis pulmones, odio admitir que mi madre está muerta, simplemente odio admitirlo.

Por el rabillo del ojo lo pillo darme una rápida mirada. - Lo.. lo lamento, debes pensar que soy un idiota.. - Su voz se quiebra, como si estuviera por largarse a llorar y poso mi mano en su hombro para tranquilizarlo.

- Oye, todos cometemos errores. - Suspiro recordando lo que alguna vez leí en Yahoo, siento como si hubieran pasado años desde aquél día. - Dicen que todos tenemos misiones y luego de hacerlas, nos vamos. Por alguna extraña razón, siento que ella ya hizo lo suyo.

- Eres muy sabia. - Sonríe ampliamente aún mirando el camino. - ¿Alguna vez.. te has arrepentido de haber hecho algo? Pareces ser una niña muy angelical como para hacer algo malo.

¿En serio? ¿Niña angelical? Todo el maldito mundo piensa a simple vista que soy una chica muy buena y estudiosa, pues que se vayan al infierno, no me conocen lo suficiente para juzgarme como tal.

- En todo el maldito mundo, las personas buenas cometemos más de cincuenta actos malos o errores, como quieras llamarlos. - Miro por la ventana para que no vea el enojo reflejado en mi rostro. - Por que la vida está formada de errores, enseñanzas, y sentimientos, si nunca cometes un error, no tendrás enseñanzas que te ayuden a seguir viviendo con nuevos sentimientos cada día, tu vida sería nada.

- Wow. - Suelta algo sorprendido sin alguna palabra en mente. - Eso quiere decir, ¿Que lo malo es bueno?

Comienzo a reír, pues estoy segura que no me entendió absolutamente nada de lo que he dicho. Me observa de reojo con una sonrisa atravesando su rostro y volteo a mirarlo. - No, me refiero a que de los actos malos, sale algo bueno.

- ¿Sabes? Estoy comenzando a creer que tu misión es hacer entender a las personas que los errores son parte de la vida.

- Oye, no. Mi misión aquí es chusmear.. ¿Cómo te has distanciado de tu familia? Puedes... ¿Podrías contarme tu vida? - Creo que mi pregunta ha sido muy directa.. pero no pude esperar, es muy curioso y misterioso. Además, soy chusma, ¿Recuerdan?

Suspira apretando sus labios hasta dejarlos del color de su piel. - Todos los días, cuándo mi hermano tenía seis años y yo diez, jugábamos en un parque junto a nuestros padres, con un balón. Un día, aquél balón se nos fue hacia la calle transitada mientras que nuestros padres compraban helados y decidí ir yo, pues soy el mayor. Al tomar el balón, éste auto se detuvo frente a mí.. - Hace una pausa señalando el ferrari y luego continúa. - Un señor parecido a mi padre abrió la puerta, entonces decidí subir al auto. Viví con él por unos cuantos años en aquella casa azul, él me crió mientras que yo pensaba que era mi padre, pero me mintió. Tan solo quería venderme cuando tuviera veintiún años, ya que siempre fui guapo, para ganar plata y hacerse un trasplante de riñón, pues tenía una enfermedad.. fin.

Parpadeo sintiendo lástima por él, nadie merece sufrir así. - Lo lamento.. Espera, ¿Cómo supiste.. que te estaba mintiendo? - Alzo ambas cejas sin quitar mis ojos de él.