Capitulo 4

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CUARTO CAPÍTULO

Holland vio a Sarah — no me odies se que Jessica ahora piensa que es mi decisión pero no es así, lo menos que me interesa es hacerla quedar mal —era cierto aunque le tocaba ser dura muchas veces no era su estilo siempre trataba de apoyar a las doctoras tanto como a las enfermeras. Sabía que eran las más perjudicadas al momento de tomar este tipo de decisiones y lastimosamente siempre debía ser ella la que daba la noticias todo era estrategia

Gracias Jess. — Dijo Sarah más dulce de lo normal y miró a Holland un poco triste. —Lo se Holly. Solo que, creo que ya me acostumbre aquí. A los niños... —negó mientras la miraba.

Pierce oyó la puerta y saltó alejándose de Susan. — mierda, es... Jessica si. Si ¡Jessi, espérame! —Dijo casi gritando mientras se subía los pantalones y se daba un poco de aire. Tomó su perfume de su atache y se lo puso por todo el cuello. Aclaró su garganta y esperó a Susan que se levantara y vistiera. —Te veo más tarde cariño. Cuídate

Ojalá Pierce decida que te dejara me alegra verte cómoda y tranquila aquí —le sonrió — sabes que cualquier cosa que necesites cuentas conmigo. Así sea por pierce —tomó su mano y la acarició suavemente

Susan se acomodaba la ropa y trataba de peinar su cabello con los dedos, sin duda esta era la parte que más odiaba. Tener que salir casi huyendo — te vigilo Brosnan se acercó y le dió un beso. tomaba sus papeles y se dirigía a la puerta para salir — hola Jessie ¿cómo estás? —Miraba a Jessica con una sonrisa a medias aún estaba un poco agitada

Gracias Holly, ¿tú cómo estás? — sonrió mirándola mientras detallaba sus ojos, nunca los había visto tan claros. Holland era una mujer algo bajita, rubia y bastante blanca. Siempre parecía estar triste, y como no... si era esposa de Pierce.

Pierce río al oír a Susan y miró a Jessica de arriba abajo también, debía analizarla. Esas piernas... eran su debilidad totalmente. — Jessie, Hey, ¿Cómo vas?

Bien bien —Holland sonrió siempre trataba de sonar agradable aunque su vida en realidad fuera un infierno, mentía siempre Pierce la hacía enojar Constantemente, la enloquecía a veces lo entendía debían fingir era normal que se quisieran matar al llegar a casa pero de todas formas esas cosas la agobiaban — con muchísimo trabajo como siempre, ya sabes

Sarah asintió. Realmente no sentía que conectara con Holly. Pero le era agradable y le daba ternura. — mmm, un chocolate? Quieres? —Sonrió tratando de ser amable mientras la miraba

Jessica se preguntaba porque tardaba tanto en dejarla entrar, se cruzo de brazos mirando alrededor, las enfermeras y todo el mundo haciendo su trabajo como normalmente, ella sonreía a quien la saludaba, miraba una vez mas a la puerta y comenzaba a impacientarse, le urgía hablar con él y vaya que se tomaba su tiempo en abrir. —Pierce, ¡me urge! ¿puedo pasar? —Estaba a punto de abrir la puerta cuando esta se abrió abruptamente y vio a Susan salir de ahi, sonrojada, agitada. No quería ser mal pensada, no quería juzgar pero parecía que Susan estaba haciendo algo mas ahí adentro, se quedó muda por unos segundos hasta que pudo saludar de vuelta a la pelirroja —Hola, Susan, buenos dias. —Dijo bastante desconcertada, la miraba mientras se alejaba mientras entraba a la oficina, por primera vez sus ojos se clavaron en Pierce y movió la cabeza inconscientemente —¡Hey! —miraba alrededor de la oficina tratando de no sentarse en donde quiera que esos dos hubieran estado Dios sabe que —ehmm... ¿junta de trabajo con Susan? —le preguntó mientras se sentaba y cruzaba las piernas  —¿como voy? no muy bien, Pierce, porque ordenaste que cambiaran a Sarah de mi departamento? —Jessica preguntaba aun mirando y analizando los primeros botones de la camisa sin abrochar, su pecho agitado y nervioso.

Pierce río tratando de no estar nervioso, pero su aspecto de mejillas rojos y agitación lo delataba enormemente. Le ofreció asiento a Jess y un le servio un café cargado. — Hola Doctora Jess, yo también estoy mal porque usted y La Doctora Susan se están peleando a la enferma más tierna. — rio mirándola y sentándose en su enorme silla mientras bebía Café. — por cierto. Un padre de familia te dejo este tierno dibujo, el pequeño te dibujo a ti, a Sarah y a él en un parque. —rio mientras la miraba. —eres increíble... no sé cómo lo logras Jessica. Pero no puedo hacer mucho con Sarah, neurología no tiene mucho personal.

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