Heartbreak City

Capitulo 20

—creíste que le hablé para decirle algo así como: aún te amo y regresemos, ¿regresa a casa porque no estoy teniendo suficiente sexo con una insaciable novia que además me trata como una reina incluso cuando soy una completa perra? — Jessica sonrió mirándola fijamente y acariciando su muslo.

Sarah Río al oírla y limpió sus ojos lloros. - no sé cómo soportas. Y no sé cómo te soporto. - La miró sonriendo y más relajada. - Es suficiente sexo? ¿O necesitas más?  - bromeó.

te ves bastante linda haciéndome escena de celos, debo abofetearte ahora o después? — Jessica la molesto y termino de secar sus lágrimas —nunca es suficiente contigo, te amo— susurro —quieres acostarte y acurrucarnos aquí y ahora? — Jessica se quitó la bata y entró a la cama invitándola a unirse —ven aquí, solo quiero abrazarte —

Sarah asintió. - ahora... - tu, te amo. Nunca es suficiente mi amor. - Sonrió mirándola y asintió, se quitó su bata quedando en bragas cero sexys, eran azules igual que su bata con una pequeña ballenita de estampado. Sarah río fuerte al verla y se metió rápido a la cama.  - Tus brazos son el lugar más seguro del mundo. - acarició su mejilla. - tu, tu eres mi lugar favorito Jessica. Nunca me cansaría de esto

Jessica estaba riéndose de sus bragas, pero las amaba y el abrazo fuerte cuando se unió a la cama, se abrazó a ella y la besó tiernamente —te quiero— esa noche no hubo sexo, pero no hizo falta. Abrazadas y sintiendo el cuerpo y el calor de la otra hizo de la noche algo perfecto.

Sarah sonrió oyendo y sintiendo la respiración de Jessica sobre su cuello, no pudo evitar soltar un par de lágrimas de felicidad, Jessica era su flote, el amor de su vida. Le dio un suave beso en el brazo que la abrazaba, Jessica dormía a esas horas de la madrugada, pero Sarah no podía dejar de verla y pensar la suerte que tenía con esa mujer tan hermosa, apasionada, ella era fuego, y a la vez era hielo. Pero de cualquier forma quemaba, la amaba, la amaba de verdad y con todo su corazón. Con la punta de sus dedos acarició sus cejas suavemente y bajo por sus mejillas hasta sus labios. - Te amo... te amo tanto Jessica Lange. - susurró sobre sus labios dándole un breve y tierno pico sobre sus hermosos labios rosados y sonrió una vez más admirándola. Se acomodó nuevamente a su lado y cerró los ojos durmiéndose más que feliz y enamorada. Deseo que esto durara para siempre, que el tiempo se detuviera y todo fuera Perfecto como lo era Justo en ese momento. Luego de unos minutos, cayó en un sueño profundo.

No se puede encontrar la paz evitando la vida.

o   Virginia Woolf

Y era cierto, todos ellos iban y venían tenían muchos aciertos, pero también grandes desaciertos y eso era lo fascinante cada coyuntura en la vida de estas tres mujeres era una pieza clave para su crecimiento personal

Jessica estaba cada día más enamorada de su sexy enfermera había días en los que no se reconocía parecía otra mujer alguien muy distinto a la que llevaba viviendo durante treinta años, cada segundo con Sarah a su lado era feliz  aunque lo celos nunca dejaron de estar siempre lograban solucionar sus diferencias; Alec aprecia de vez en cuando la rubia no podía negar que aún la ponía nerviosa y para su mala suerte Sarah siempre se daba cuenta de esto pero Jessica constantemente hallaba una forma de hacerla olvidar el mal rato. Nuestra rubia de piernas largas cada día era más sexy y segura de sí misma. Cambiaba su peinado de vez en cuando y compraba mucha lencería sexy para modelar a su gran amor. Sarah igual que Jessica estaba muy enamorada como buena lesbiana prácticamente vivía con Jessica dormían juntas cada noche y solo visitaba su pequeño apartamento un día a la semana. Ese cambio de ambiente resultó ser lo mejor para ambas se ayudaban mutuamente. Jessica había logrado conseguirle una especialización a Sarah y ella estaba muy feliz estudiando y trabajando junto a su pareja. Sarah era un poco más segura y sonriente cuando estaba en casa y ya no tomaba antidepresivos todo esto la había ayudado incluso ya no divagaba como antes.