Doctor Fantasma ( Ghostly Doctor)

6.- The man she first me

Una pequeña figura delgada estaba en cuclillas junto a una discreta esquina de la calle bostezando. Sus ojos medio cerrados miraban a los equipos de patrulla que deambulaban por la bulliciosa calle mientras sacaba una manzana de su ropa y comenzaba a morderla en un gran espectáculo de absoluto aburrimiento.

Vestido con harapos de mendigo, viejo, andrajoso y sucio, su cara sucia estaba incluso bien manchada de barro y mugre, su cabello envuelto en un trapo roto, luciendo cada centímetro como un pequeño mendigo flaco y desnutrido. Nadie hubiera adivinado que la única persona que había enojado tanto al alcalde de la ciudad como para obligarlo a buscar a esa mujer en el burdel sería esta pequeña mendiga en la esquina de la calle.

"¡Qué mala suerte! ¿Cómo salgo de aquí? ¡Incluso si tengo la paciencia para esperar, el veneno en mi cuerpo no lo permitiría!" Tomando bocados de la manzana, Feng Jiu suspiró suavemente. Si hubiera sabido que el hombre vulgar y desagradable que mató anoche era el único hijo del alcalde de la ciudad, al menos lo habría dejado vivir, y el alcalde no habría desplegado a todos los guardias para peinar a toda la ciudad en busca de ella.

Pero, ¿quién era ese hombre vestido de negro entonces? ¿Asesino?

Recordando la energía que había rodeado el cuerpo de ese hombre cuando ejecutó sus movimientos, ella comenzó a sentirse un poco nerviosa. Había pensado que después de renacer, como mucho solo tendría que lidiar con vivir bajo el gobierno de una antigua dinastía. ¿Quién hubiera pensado que las personas aquí cultivaban la inmortalidad? Cultivo inmortal, ¡eso fue algo que entró en el reino de la fantasía! Pero pensar en el hecho de que ella, una persona del siglo XXI, había renacido en un maldito lugar como este, hacía que todo lo demás ya no pareciera tan extraño.

Cultivo inmortal! ¡Entonces todo su arsenal de habilidades que poseía su cuerpo equivaldría a nada ante estos cultivadores de la inmortalidad!

Tiró la manzana a medio comer y se sentó allí suspirando para sí misma, desanimada. Hasta que un sonido nítido y claro sonó justo delante de ella.

'¡Tintinar! ¡Tintinar! ¡Tintinar!'

El cuenco roto frente a ella de repente tenía una pequeña pepita de plata girando en un círculo dentro de él antes de asentarse en el medio. Feng Jiu miró fijamente la plata dentro del cuenco roto y la levantó para inspeccionarla. No se sentía diferente de una roca común, excepto que era plateada por fuera.

Levantó la vista y giró la cabeza hacia la persona que había arrojado la pepita de plata en su tazón y vio la espalda ancha de una persona vestida con una túnica negra. Caminaba lentamente, sus pasos ligeros pero firmes, y un aura escalofriante emanaba de todo su ser que conducía a las personas a mantenerse alejadas de él.

Con ese giro de su cabeza, sin siquiera pensarlo, se levantó de un salto para agarrar la pierna de ese hombre, gimiendo lastimosamente en voz alta: "Woo hooo ... ¡Cuñado! Te encontré al fin, oh mi ¡cuñado!" El hombre de repente esquivó en un instante y ella terminó agarrando el aire y cayó hacia adelante por el impulso hacia adelante, raspando ambas manos y gimiendo de dolor.

El hombre de túnica negra frunció el ceño, su mirada aguda y penetrante recorrió brevemente al pequeño mendigo en el suelo, antes de continuar sus pasos para seguir avanzando. Una sola mirada, y pudo determinar que el mendigo en el suelo era solo un plebeyo que no practicaba el cultivo.

Por supuesto, Feng Jiu en ese momento era solo una persona común y corriente. El poquito de cultivo que el dueño anterior de su cuerpo había logrado había sido completamente deshecho por el veneno que Su Ruo Yun había forzado en su boca, y ahora era solo una persona común que no poseía ningún poder de cultivo.

Y fue exactamente por eso que cuando esos cultivadores de la inmortalidad la vieron, una persona común que no tenía cultivo, bajarian su guardia contra alguien como ella.

"¡Cuñado! ¡No me abandones! Wah ... sufrí tantas dificultades antes de encontrarte cuñado! Cuñado ..." Se levantó y se abalanzó una vez más, cayendo un par de veces más, hasta , el hombre de la túnica negra que estaba delante finalmente se detuvo en seco.

"¡CUÑADO!" ¡No se podía perder la oportunidad! Feng Jiu juntó las manos y los pies para abrazarse a sí misma alrededor de la pierna del hombre, aferrándose con fuerza, mientras levantaba los ojos llenos de lágrimas, inyectados con algo de timidez, para mirar al hombre.

Y cuando vio el semblante del hombre, su boca de repente desarrolló una contracción involuntaria ... Esta pierna a la que se aferraba como un koala, ¿podría haber sido un error?