Doctor Fantasma ( Ghostly Doctor)

7.- Apegarse a él.

Mirando hacia atrás, el hombre ante sus ojos se destacó como un gran ejemplo que personifica lo que hizo a un hombre. Pero cuando vio su rostro, solo sintió ganas de abofetearse en la frente para decir con un largo suspiro: ¡Vamos! ¡Esta es obviamente la cara de un tío anciano que ya tiene treinta y tantos años!

La cara afilada, firme y dura estaba medio cubierta por su barba y la forma de su cara apenas podía distinguirse, al igual que su semblante. Aunque el par de ojos eran infinitamente profundos y misteriosos, pero de cualquier forma que elijas mirarlo, él era un tío de unos treinta años, y no podía encajar en el perfil de ser como el cuñado de su joven cuerpo nuble .

Pero, no tenía otra opción en el asunto antes que ella y no iba a soltar la pierna que estaba agarrada, así que continuó gritando: "¡Cuñado! Boo hoo ... Finalmente te encontré ..... Oh cuñado ... .. "

Las cejas inclinadas de Ling Mo Han se fruncieron juntas mientras miraba al mendigo como un pequeño koala agarrado a su pierna. Como no estaba acostumbrado a ser tocado, todo su cuerpo estaba completamente congelado. Intentó sacudirse al mendigo de la pierna y soltó un grito: "¡Me has confundido con alguien más! ¡Déjalo!" Sin embargo, el pequeño mendigo se aferraba con demasiada fuerza y ​​no podía librarse de él.

"Woo hoo ..... Cuñado, no me equivoco. Mi hermana me dijo que tenías una gran barba. Te vi cuando era muy joven y no te confundiré con nadie más. Boo hoo ..... Hermano en la ley, no me eches, ya no hay nadie en casa y mi madrastra quiere venderme! Boo hoo ... Cuñado ..... "

" ¡No soy tu cuñado! ¡realmente te equivocas de persona! "

La expresión de Ling Mo Han se estaba volviendo fría y el aura escalofriante que emanaba de su ser se estaba intensificando terriblemente. Pero el mendigo aferrado a su pierna no estaba aflojando su agarre en lo más mínimo. Sacudió la pierna unas cuantas veces más, pero aún así no pudo desplazar a la persona. Cuando extendió su mano queriendo quitarse al pequeño mendigo, de repente gritó y se agarró aún más fuerte, su cabeza incluso presionó contra un área sensible entre sus piernas, y su cuerpo se puso rígido de repente, su rostro se oscureció de inmediato.

"¡Déjame ir!"

"¡De ninguna manera! A menos que aceptes llevarme contigo".

Estaba atrapada descaradamente en la pierna del hombre y completamente inconsciente de que su cabeza estaba presionando contra la parte sensible de la persona, celebrando secretamente en una alegría silenciosa que, aunque el tío anciano era un poco frío en su comportamiento, pero afortunadamente, solo era duro con su boca y no en sus acciones, aparentemente no usaría sus poderes en un plebeyo que no practicara la cultivación.

Reprimiendo valientemente el impulso de matar, Ling Mo Han respiró hondo antes de decir: "¡Suéltame! ¡Te dejaré venir conmigo!

"Sniff ... .. Cuñado, ¡sabía que no me abandonarías!" Se limpió los ojos secos que no habían estado húmedos en lo más mínimo y rápidamente se puso de pie. Al ver que el hombre ya se había dado la vuelta y se había ido, ella inmediatamente se apresuró a ponerse al día.

Al ver que la distancia entre ellos se separaba, los ojos de Feng Jiu brillaron y la sonrisa se acurrucó en su rostro. No es de extrañar que hubiera aceptado que ella lo siguiera tan fácilmente. ¿Entonces esto era lo que había planeado hacer, dejarla así?

Desafortunadamente para él, había calculado mal gravemente. ¡No había forma de que ella no pudiera seguirle el paso! Por lo menos, antes de que logre poner un pie fuera de esta ciudad de Da Lang, tenía que atenerse a él. Obviamente, este hombre no era de un fondo simple y quedarse con él aseguraría que los guardias no se atreverán a detenerlos.

"¡Cuñado! ¡Espera, no puedo seguirte! Cuñado… .." Corrió lentamente detrás de él y cuando vio que él iba hacia las puertas de la ciudad, su corazón dio un salto de alegría y aceleró el paso. para ponerse al día.

Los pasos de Ling Mo Han vacilaron y giró ligeramente la cabeza. Vio que la pequeña mano sucia del mendigo tiraba de una esquina de su túnica. Bajó el brazo para sacudir al pequeño mendigo y continuó con sus grandes zancadas hacia adelante.

"¡Cuñado! Cuñado, no te enfades conmigo, a lo sumo ya no voy a tirar de tu ropa ... ¡Cuñado!"

Corrió mientras gritaba lastimeramente, notando por el rabillo del ojo que los guardias en las puertas de la ciudad se pusieron repentinamente rígidos cuando vieron al tío frente a ella, y bajando la cabeza para inclinarse en sumisión. Los guardias que habían estado marchando directamente hacia ella de repente se congelaron en sus lugares cuando la escucharon dirigirse al hombre como cuñado, mientras evaluaban discretamente a las dos personas con la cara muy perpleja.