Capítulo 13: Cuando el Atardecer cambia el color del Océano

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-...Y tampoco hay rastro del radar en el laboratorio- terminó de hablar Vegeta.

-Parece que Bulma lo protege muy bien- comentó la chica viendo como llegaban volando Goten y Trunks para después correr hacia ellos.

-Por supuesto, si las esferas cayeran en manos ambiciosas, un deseo podría cambiar la vida como la conocemos-

-No nos dijo nada- se quejó el pelilila -además nos sacó de la habitación porque estaba ocupada-

-También dijo que no jugáramos con las esferas- agregó Goten.

Diana y Vegeta intercambiaron miradas por la información obtenida, el mayor se esforzó por no fruncir el ceño cuando notó las ojeras de la menor algo más marcadas.

Quizá su vista lo engañaba, pero juraría que además de esas ojeras opacas habían extrañas marcas, como líneas pequeñas que se expandieran sin ningún patrón en particular, eran de un morado más pálido. Solo podía preguntarse si ella lo había pintado, aunque lo dudaba. Eso no podía ser normal, ¿verdad?

-Bien, seré yo quien lo intente la próxima vez- anunció la chica mientras revolvía el cabello de su pequeño hermano.

-No tengo idea de por qué te lo diría a ti- dijo Vegeta escéptico -pero no perdemos nada al intentarlo, aún así es mejor no hacerlo aún o puede sospechar-

-De acuerdo- los tres menores asintieron -si le tienes tanto miedo a tu esposa, esta bien- agregó la azabache.

-Mocosa, todavía que te estoy ayudando- refunfuñó Vegeta indignado.

Obviamente no le tenía miedo a Bulma, al menos no demasiado, pero si sentía que la estuviera traicionado, y no le gustaba.

Los pequeños rieron para después ir a buscar algún problema en el cual involucrase mientras Diana se esforzaba por no sonreír.
Y aunque él no lo admitiera, a Vegeta no le molestaba para nada la compañía de esos tres críos.

-Vamos Vegeta, esto también va a beneficiarte- pasó a su lado restándole importancia y al final, cuando ya nadie la veía borró la mueca para volver a un rostro inexpresivo.

Se sentó en el césped para tratar de pensar en un "plan B" en caso de no conseguir el radar. Buscar las esferas de una manera más rústica no era una opción, si tenían suerte llevarían meses, si no, años.
Ella no tenía tanto tiempo, quería abandonar ese planeta lo antes posible; cada minuto que pasaba ahí era demasiado esfuerzo para no salir corriendo y decirle a su familia la verdad.

Diana agradecía al menos que Vegeta hubiera alejado a los Son de ella, eso le ayudaba un poco. No tenía porque verlos todo el tiempo, no quería hacerlo, no podía.

[...]

Era de mañana, otros dos días habían sucedido desde esa charla, Bulma y Diana tomaban el desayuno a solas mientras la menor utilizaba todo su poder de persuasión para halagar a la mujer frente a ella. A esas alturas ambas habían formado una "relación" amistosa bastante buena, pareciera que las palabras de Diana funcionaban, incluso ante su expresión mayormente nula, Bulma se reía a carcajadas mientras platicaba de viejos tiempos, el radar ya había sido mencionado un par de oraciones atrás y solo se necesitaba el uso de una cuantas palabras para cambiar el rumbo de la conversación hacia dicho objeto.

Goku y su hija ¿Qué pasó con el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora