NO ES UNA TRADUCCIÓN, ES UN FANFIC
Está novela no interfiere a ninguna regla privada, sólo entretenimiento, sin ofender a nadie, de fan a fan. Además, esta historia contiene relaciones homosexuales y contenido explícito (sólo es poco). Se recomienda...
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La primera semana luego del atentado pasó de largó, pero no hubo tanto movimiento como la semana siguiente. Anteriormente el equipo de krist era reconocido por dejar las cosas al final, estaban acostumbrados a no recibir tanto trabajo cómo el equipo ”uno” de los redactores. Cabe mencionar qué ellos quedaban un poco atrás de los demás, pero está vez la cosa fue diferente y es qué las situación había cambiado, con krist de Jefe todo era más eficaz y rápido.
Llegó el antepeúltimo día de la segunda semana, era un miércoles 4 de agosto, los días anteriores habían estado tranquilos, porqué tenían todo listo para la exposición, sin embargó aún así, el próximo lunes era todo un reto y tenían sólo tenían cuatro días para verificar y corregir lo que estuviera mal, o no pudieron ver.
Krist propuso envíar todo su trabajo a casa y abandonó el trabajo antes de las doce de la noche. Se encerró en su habitación, encendió el ordenador, entró a gmail y revisó algunos correos nuevos, algo sumamente rutinario para él.
De repente, la bandeja de entrada le avisó de un correo nuevo. Exactamente a las 12:20 a m. Krist pensó que se trataba del director.
Abrió el correo, se equivocó, había una bandeja vacía, Sin nombré y sin ningún asunto redactado.
Krist no se quiso quedar ahí y revisó el perfil, lo cuál salió totalmente igual, encontró totalmente vacío, sólo números y letras adjuntadas. Lo dejó en el olvidó y se fue a servir una taza de café, cuándo regresó a la cama, apoyó su laptop en sus piernas y inmediatamente al mirar la pantalla derramó el café en la cobija.
Otro correo había llegado.
«Manténte cerca a tus amigos, estoy a dos metros de tí»
Krist tardó al menos unos dos minutos en comprender el mensaje. Sabía qué estaba jodido, pero no quería creerlo.
Mientras se quedó viendo el correo, casi temblando y esperando lo peor; faltó poco para qué comenzará a recibir varios mensajes: de entre todos ellos, uno llamó su atención.
«Ya puedes esconderte en el infierno».
Krist apagó la laptop, se enrolló entre las cobijas y intentó dormir para no seguir pensando en aquello, pero la noche se hizo larga y prácticamente sólo durmió cuatro horas, comenzó a sentirse ahogado en la ansiedad al pensar qué ésto seguiría molestandolo.
Al dar los primeros rayos del sol, se levantó rápidamente de la cama, se dió un baño corto, tomó café de la cocina, arregló sus cosas y salió huyendo del único que centró que lo mantenía tranquilo antes.
Llegó más temprano al trabajo, sus subordinados lo notaron más tranquilo de lo normal, no salía de su oficina y hablaba menos que otros días, se la pasó pensativo toda la mañana. Sin embargó, no sentía qué debían entrometerse en su vida. Todos se podían dar cuenta, pero su amigo, trabajando en su oficina no podía percatarse de ello.
