⸙. Cᥲρίtᥙᥣo trᥱιᥒtᥲ ყ sιᥱtᥱ.

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Krist siempre se vuelve muy dócil con su padre, más en la incómoda situación en la que lo encontró; el hombre frenté a el, no es muy alto y no tiene grandes hombros; pero sin duda alguna su mirada es ruda qué te hace pensar que es un ser malo y sin bondad alguna.

Krist colocó las manos detrás de su espalda y bajó la cabeza. No tenía palabras. Su padre lo miró un rato y preguntó intrigado:

—¿Pero qué es lo que estaban haciendo? —tenia una expresión dura hacia su hijo, luego miró de pies a cabeza a singto—¿Y a ti qué te pasó?, ¿Te hizo algo malo Krist?.

Krist levantó la vista hacia su padre, y alzó las manos, las movió precipitadamente. Su semblante había cambiado.

—Nada, nada, sólo estábamos hablando papá.

Su padre no le creyó, frunció el ceño,  la escena era obvia y aunque quería averiguar más, lo dejó para otro momento por la simple razón que había otro tema más importante qué atender.

—Mhn —asintió el padre.

El hombre de gafas redondas le dio una última mirada de desaprobación y echó una mirada a singto, quién estaba parado en el umbral de la puerta en ese tiempo. El nong sufría internamente, pero en el exterior sonreía exageradamente. Sentía que las piernas le temblarian al dar un paso, no era la primera vez que le sucedía, pero luego de tanto tiempo, era obvio qué sentía cómo los latidos de su corazón se aceleraban cada qué su “suegro” lo miraba.

—Yo sólo soy su tutor —se adelantó en contestar— y-yo s-soy su tutor señor —tartamudeo, el hombre de cabello oscuro abrió los ojos.

—¿Qué?, ¿su tutor? —repitió con asombro.

Singto tragó saliva pesadamente y bajó la mirada hacia el suelo; ver a ese hombre lo ponía de nervios, se limitó a menear la cabeza afirmativamente. Al mismo tiempo, el padre giró su cabeza hacia su hijo, la furia hacia qué las venas de las cien se marcarán, estaba listo para regañar a Krist, cuando singto responde:

—Si, si señor, yo le ayudo a su hijo con su próximo examen, no es... no es nada personal.

El hombre permaneció observándolo unos segundos y después en su rostro se dibuja una sonrisa muy sobria, si rostro se relaja. El tema que debía de hablar con su hijo, aún lo ponía de mal humor y decidió ser directo cuando le pidió a singto dejarlos solos.

— ¿Podrías?  —inquiere él con voz tranquila.

—Si señor —singto hace una pequeña reverencia y pasa en medio de ambos, Krist lo mirá temeroso y él le hace una seña qué estará en la sala esperándolo, susurra: “todo va estár bien” y sonríe

Krist toma fuerza y relaja sus cejas, su temperatura del cuerpo disminuye y espera obedecer las indicaciones qué le vaya a mencionar su padre.

Una vez singto abajo en la sala, la expresión de su padre cambia a una triste y mete las manos en su pantalón. Con la cabeza hacia abajo, se da la medía vuelta. Y hace un movimiento con la cabeza pidiendo qué lo siga hacía su recámara. Cuándo comienza a caminar, Krist lo sigue por detrás rogando qué todo no vaya a salir mal, aunque lo duda con el carácter fuerte de su padre.

Su padre abre la puerta y prende las luces, al mismo tiempo en qué camina piensa en las mejores palabras para no ser duro y no lastimar a su hijo. Deja su pequeña mochila en el buró cerca de su cama. Krist entrá y cierra la puerta detrás de él. Su padre se sienta en la esquina de la cama y mantiene una postura baja, en qué Krist no puede ver su rostro, sólo su gran espalda.

Se hace un silencio; lugar que le da paso a Krist a comenzar a hablar. Se posa frente a su padre y dice:

—Papá...lo siento, fui desconfiado en tratar este tema con usted. Lo menos que quería era verlo descepcionado de mi, pero ahora es lo que he logrado—hace una leve reverencia y agrega: —me disculpó por mis faltas, prometo que será la última vez y..

❝EENDMMA❞  ﹙ᴘ ᴇ ʀ ᴀ ʏ ᴀ﹚ ᴘʀᴇᴄᴜᴇʟᴀ ﹠ sᴇᴄᴜᴇʟᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora