-¡Argh! Me duelen las piernas... ¿Dónde estoy...?
-¿Ya te has levantado?- Ed se quedó mirando al hombre que le hablaba.
-¿Qué demonios? ¿No me has entregado?
-Para que.
-Yo hice lo mismo que tú hace unos años. No estoy muy orgulloso... Me han dicho que quieres ir al extranjero ¿Me equivoco?
-...
-Ven conmigo, quiero enseñarte algo.-Ed se levantó de la cama vieja pero a la vez cómoda en la que estaba.
Entraron en una sala poco iluminada y oscura, en la que solo había un armario, cubierto por una manta blanca sucia por el polvo. El misterioso hombre tiró de la manta mientras decia:
-Perdona mis modales, pero me llamo Peter. Pe para mis amigos, aunque no tengo ninguno... Bueno, a lo que hiba-Pe abrió el armario, dejando al descubierto una preciosa armadura de acero, de color negro y adornada con dibujos de dragones de color rojo, y un casco de samurái.
-Es tuya.
-Pssshhh! ¿Cómo?- preguntó Ed escupiendo el agua que estaba bebiendo.
-La armadura digo. Te la puedes quedar, a mí no me va a servir de mucho.
-Gra...cias, supongo...
-Si te encuentras a alguno de esos "unos", al menos te va a proteger de un poderoso sablazo.
-Creo que me tengo que ir.
-Imposible, has visto la guardia que hay en la ciudad? Es impensable, desde que te fugaste, la ciudad está como loca, han venido guardias y ejércitos del este.
-Pero si salté la muralla de la ciudad. Me acuerdo perfectamente.
-Sí, más o menos. Cuando saltaste no llegaste a caer al suelo, caíste encima de un cañón que sobresalía de la pared, creía que te habías roto las costillas. Los guardias no te vieron, y yo te llevé a mi casa.
-Me da igual, yo quiero seguir mi viaje.
-Pues entonces tenemos que elaborar un gran plan.
-Vamos a pensar en algo.
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El destino
AdventureEdhros es un chico que vive en el valle de Ghormundur, con su padre y su madre. Su padre tiene una obsesión por las armas y el cuidado de las mismas, y hace entrenar mucho a Ed, cosa que a él no le apasiona tanto como a su padre. Ed, por fin, harto...