5.Despertando

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-¡Argh! Me duelen las piernas... ¿Dónde estoy...?

-¿Ya te has levantado?- Ed se quedó mirando al hombre que le hablaba.

-¿Qué demonios? ¿No me has entregado?

-Para que.

-Yo hice lo mismo que tú hace unos años. No estoy muy orgulloso... Me han dicho que quieres ir al extranjero ¿Me equivoco?

-...

-Ven conmigo, quiero enseñarte algo.-Ed se levantó de la cama vieja pero a la vez cómoda en la que estaba.

Entraron en una sala poco iluminada y oscura, en la que solo había un armario, cubierto por una manta blanca sucia por el polvo. El misterioso hombre tiró de la manta mientras decia:

-Perdona mis modales, pero me llamo Peter. Pe para mis amigos, aunque no tengo ninguno... Bueno, a lo que hiba-Pe abrió el armario, dejando al descubierto una preciosa armadura de acero, de color negro y adornada con dibujos de dragones de color rojo, y un casco de samurái.

-Es tuya.

-Pssshhh! ¿Cómo?- preguntó Ed escupiendo el agua que estaba bebiendo.

-La armadura digo. Te la puedes quedar, a mí no me va a servir de mucho.

-Gra...cias, supongo...

-Si te encuentras a alguno de esos "unos", al menos te va a proteger de un poderoso sablazo.

-Creo que me tengo que ir.

-Imposible, has visto la guardia que hay en la ciudad? Es impensable, desde que te fugaste, la ciudad está como loca, han venido guardias y ejércitos del este.

-Pero si salté la muralla de la ciudad. Me acuerdo perfectamente.

-Sí, más o menos. Cuando saltaste no llegaste a caer al suelo, caíste encima de un cañón que sobresalía de la pared, creía que te habías roto las costillas. Los guardias no te vieron, y yo te llevé a mi casa.

-Me da igual, yo quiero seguir mi viaje.

-Pues entonces tenemos que elaborar un gran plan.

-Vamos a pensar en algo.


El destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora