10. ¿Y la posada?

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Habían un montón de guardias, Ed estaba asustado y no hacia falta decir nada sobre Pe. De repente, llegaron a una parte de la alcantarilla que no tenia salida.

-¡Estamos perdidos! -dijo Pe.

-¡No tanto, Peter!- dijo una voz que Ed no había oído nunca.-Venga, subid por aquí.

-No se lo pensaron dos veces, y acompañaron a ese extraño personaje por unas escaleras. Los guardias les vieron, y empezaron a subir detrás de ellos. Al acabar las escaleras y haber subido, el desconocido cerró una trampilla pillándole los dedos a un guardia que estaba a punto de subir. Los dedos cayeron al suelo, separándose de la mano.

-¡Buuf! En qué líos te metes Pe.

-¡Charles! Cuánto tiempo amigo.¿Dónde estamos?

-En mi posada, Peter. ¿No te acuerdas de su aspecto?-

En efecto, estaban en una posada, las paredes eran de piedra y el tejado era de madera, y estaban detrás de lo que parecía un mostrador, debería ser la recepción.

-¿Y quién es tu amigo?-preguntó Charles.

-Me llamo Edhros- contestó Ed.

-Encantado Ed. Bueno id a descansar, y que no os vea la gente, ambos sois delinqüentes por abandono de hogar. Tú no Pe, pero eres el cómplice del delito.- dijo Charles.

-Nos vemos mañana- dijeron los dos.

-Descansad, es una orden. Jajajaja.-

Cuando llegaron a la habitación, Ed le dijo a Pe:

-Tu amigo es algo raro no?

-Es lo que hay, Ed


El destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora