140801 || SEULRENE

Capítulo 1

« Münich, 1937 »

Las frías gotas de lluvia caían sobre las personas. Algunos corrían para evitar mojarse, otros simplemente seguían su camino con tranquilidad.

Parecía una tarde cualquiera

Pero no lo era.

El infierno estaba por comenzar.

Por la calle Brienner Straße corrían Joohyun y su familia. La lluvia los había alcanzado al ir a hacer la despensa para la semana y de paso comprar algunos productos para hacer ese pastel que tanto le encantaba a Joohyun.

Tenía poco de haber salido de la primaria y la familia Bäecker a manera de premio por su logro le obsequiaba a sus hijas un delicioso pastel.

—¡Señor Bäecker! ¡Señor Bäecker! — Corriendo hacía nosotros venía un jóven cartero.

—Thomas, ¿Qué sucede?

—Tengo una carta para usted —El joven buscó entre su maletín aquél sobre del que hablaba. —Lo envían de Polonia.

El Señor Bäecker leyó con detenimiento cada palabra grabada con tinta negra en aquel pedazo de papel. Frunció el ceño a manera de confusión. Dobló nuevamente el papel guardándolo en su respectivo sobre y lo metió en su saco.

—¿Qué decía, padre?— Preguntó la hija menor de los Bäecker.

—Nada importante, andando que la lluvia a cedido un poco. -—Tomó nuevamente las bolsas con la despensa y siguieron caminando.

Llegando a casa el padre de Joohyun les indicó a ella y su hermana que salieran un rato a jugar aprovechando así que solo estaban él y su esposa para poder hablar.

—Cariño, ¿Qué decía esa carta? — La señora Bäecker puso una taza de café frente a su esposo.

—No te voy a mentir, HyunJi. Me requieren como soldado en mi país natal, al parecer un grupo de alemanes amenazan con invadir Polonia.

-—¡Santo cielo!, ¿Entonces cuando tendrías que estar allá?

—Lo más pronto posible, el ejército polaco no tiene suficientes hombres por lo que hay una mínima probabilidad de que ganemos ante los alemanes. —Tomó un sorbo de café y volvió a dejar la taza sobre la mesa.

—¿Cómo le dirás a las niñas? Jiyeon tiene dieciséis y Joohyun escasos catorce años.

—Mañana antes de tomar el tren les explicaré a las dos. Son muy inteligentes así que lo entenderán. —Los Bäecker escucharon un par de gritos provenientes de dos personas que ellos conocían muy bien.

En eso, ambas chicas entraron rápidamente a su hogar, su rostro reflejaba temor.

—¿Jiyeon? ¿Joohyun? ¿Qué sucedió?— Preguntó la madre de las chicas al ver la palidez de sus hijas.

—Estabamos jugando y de repente los soldado alemanes agredieron a Chris, el vecino de enfrente. —Explicó Jiyeon a sus padres.

—Sí, le gritaron cosas muy feas y también a Peter y Jim. Les dijeron que los judíos no merecían convivir con los nativos y de raza pura. —Complementó la menor de las dos.

El hombre de treinta y tres años miró a sus hijas, se acercó a ellas y las abrazó fuertemente.

—Creo que deberías decírselo ahora, YeonSoo. —El hombre asintió ante las palabras de su mujer.

—¿Decirnos qué?

—Papá debe marcharse