VIII. Melancolía en puerta

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Rinna reconoció a Brenda marcando la asistencia de los estudiantes como de costumbre, y aunque ella ya no necesita confirmar su asistencia porque es la supervisora, Rinna decidió acercarse a ella.

- Buenos días, Rovere.
- Buenos días, Rinna ¿Qué te trae por aquí?
- Seguí tu consejo de ir a visitar el templo, de verdad es un lugar precioso...
- Tienes razón, te dije que te gustaría, logro ver ese espíritu aventurero en ti. Qué lástima que ya no visito el templo, no tengo ni la menor idea de como se ve ahora...
-¿Por qué no lo visitas hoy?
- Por que...- Brenda quedó pensando mientras suspiraba - no puedo.
- Oh, cierto, debes controlar la asistencia.
- S- sí, eso...

Rinna notó cierta incomodidad en Brenda, como si los recuerdos le hubieran jugado una mala pasada. Ella no quiso preguntar nada, sin embargo, mientras Brenda miraba hacia al costado, dijo con la voz quebradiza:
- A Akane le gustaba ir al templo - mientras suspiraba y cerraba los ojos como si estuviera conteniendo algo - supongo que es algo común de las supervisoras...- mientras sonreía levemente.
- Es que el atardecer se ve claramente ahí, deberíamos visitarlo... si quieres...- dijo Rinna bajando el tono de voz al darse cuenta de que algo no estaba bien con Brenda.
- Oh, perdón por la cara seria, solo recordaba algo... eh, ¿Ir al templo? Bueno, tú eres la supervisora, si tú me invitas debería aceptar ¿Esta tarde te parece bien?
- Sí, me parece fenomenal - mientras le devolvía una sonrisa.
- Bien, entonces.

Rinna decidió retirarse pensando en Brenda, en la manera en la que perdió la compostura cuando recordó a Akane, en la entrada del diario que la mencionaba y todo eso ¿Acaso eran amigas? ¿Akane ha cometido tal desprestigio que a Brenda le duele recordarla?

En ese corto recorrido, Rinna notó a una chica un poco perdida y preocupada por lo tanto decidió acercarse a ella.
- Hola, ¿Todo bien?
-¡Hola supervisora! Eh, sí.
- Oh, bien, si necesitas algo solo avísame.- Mientras se daba la vuelta para ir hasta el instituto, otra vez.
-¡No, espera!- dijo la pelirroja captando la atención de Rinna.
- Yo... creo que sí necesito algo.
- Adelante, ¿Qué necesitas?
- Ayer perdí...algo en el baño- sonrojándose profundamente - y hoy es el día en dónde lo necesito más que nunca, no tengo tiempo de ir a comprar más a la ciudad y el personal de limpieza decidió clausurar el baño, no sé qué hacer.
- ¿Podrías brindarme un poco más de información?
- Eh, tú ya sabes de qué estoy hablando ¿Cierto? Lo olvidé en el último cubículo del baño de la segunda planta.
- Oh, bien, entonces intentaré entregártelo lo más rápido posible.
- Muchas gracias, supervisora.

Rinna se dirigió al baño para buscar dicho elemento y luego de unos cinco minutos, lo encontró. Salió rápidamente del baño para entregarle a la chica lo que necesitaba y poder finalmente hacer lo que tenía por delante. Caminando por los pasillos, se la encontró:
- Hola, Aniyama. Creo que es esto lo que perdiste en el baño.
- Oh, sí, exactamente eso. Gracias supervisora, de verdad lo necesitaba, me salvaste el pellejo...
- No hay de qué, es mi deber, ¡No llegues tarde a clases!

Luego de eso Rinna fue con prisa hasta su salón para dejar su bolso y para organizar su locker pues era un pendiente que tenía que cumplir rápidamente.

La supervisora de SayamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora