Odiarte Nunca Ha Sido Fácil

Malentendido

Veía sus nudillos tornarse más y más pálidos conforme sus puños se apretaban. Su expresión indescifrable se hacía cada vez más compleja.

¿Porque se quedaba ahí mirándolo de esa forma?

Por alguna razón, él tampoco se movía.

Por un momento más, permanecieron en un completo silencio y miradas fijas, en el ambiente había la ligera sensación de amenaza que se volvía desesperante por la falta de palabras, hasta que el peliblanco dio la vuelta, con su cuerpo rígido, internandose nuevamente entre los árboles.

Quedó estático, sin poder interpretar bien sus acciones hasta que la sensación desagradable de un mal presentimiento brotó de pronto, caminado tras él rápidamente, sus manos sudaban y en su estómago parecía abrirse un hueco enorme

Tal vez era miedo, tal vez ansiedad, porque lo veía avanzar sin mirar atrás, sin detenerse, ni emitir algún sonido, como si no le interesara escuchar su respiración pesada o sus pasos apresurados tras él.

Hace un minuto, cuando chocó con Jian Lan había pensado que tenía mala suerte.

Pero ¿Esto no era un poco excesivo?

Su voz agitada.

- ¡Mu Qing! ¡Espera! ¿Porque te vas?

- Sabía que me odiabas, pero no pensé que fueras tan lejos con eso... ¿Quién diría que el respetable general Nan Yang mentía tan bien?

Se detuvo, volviendo su vista al pelinegro que hizo lo mismo, como si su mirada lo congelará y lo quemara al mismo tiempo, paralizado expectante de su rostro como un paisaje sombrío.

- No estoy interesado en ver cómo se desarrollan tus juegos estúpidos... Y por cierto, dejame fuera de ellos. Es desagradable

Feng Xin había estado un poco aturdido por su primera oración, así que no podía pensar claramente, pero ¿Lo que decía Mu Qing no era algo un poco hiriente?
Era tan irritante la forma en la que siempre interpretaba las cosas.
Tan solo tropezó con ella
¿Como podía él saber que eso pasaría?
¡Fue un accidente! De hecho, todo fue gracias a que estaba pensando en él.

No era como si hubiera hecho algo malo.

¿Porque era tan insensible?

- ¿Desagradable? ¿Como puedes decir eso? Felizmente me correspondiste, ¿No es así?

Feng Xin lo miraba con el ceño fruncido, el tono de su voz era severo, juntando toda su paciencia para contener las palabras que al final salieron con menos entusiasmo del que normalmente tenía para ofenderlo.

- Tu... Eres tan jodidamente irritante.

- Fue por el momento, no tenía opción. Después de todo me atrapaste como si fueras un maldito animal. Solo pude aguantar y poner mi mejor cara.

Para este punto ya no podía tan solo esperar y pasar por alto todo esto, su voz comenzó a elevarse y su ceño se fruncio con cada palabra.

- ¡Oh! No me digas ¿Acaso te pusiste a pensar en alguien más? ¡Porque parecía que lo disfrutabas mucho!
¡No me digas! En tu nuevo amigo.
¡Eres tan retorcido!

Mu Qing no entendió bien al principio por este tono que Feng Xin nunca había usado.
Las palabras no dejaron de salir sin pensarlas, gritándole de vuelta.

- ¿Retorcida? Piensas que todos son como tú. Me haces estas cosas a mi y luego besas por el camino a alguien que te rechazó hace tiempo. ¡No tienes vergüenza ni dignidad!

El rostro del moreno palideció al escucharlo, entendiendo su reacción, pero sin oportunidad para borrar lo dicho el arrepentimiento lo abofeteó cuando la voz de Mu Qing resonó en sus oídos nuevamente.