Park Seok Jin con veintinueve años de edad, todavía sufría la pérdida de su hijo y nunca pensó que por cumplir con su deber y salvar a ese hombre su mundo cambiaría drásticamente ¿en qué demonios se había metido? ¿Valdría todos esos problemas ese c...
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Como un idiota de dieciséis años Jin se sonrojo y asintió en respuesta del hombre de lindos ojos grisáceos, Jin lo había observado durante las horas que había dormido, también lo había tocado para ver si tenía fiebre al verlo moverse demasiado. Pero eso lo había despertado, no entendía porque lo ayudaría pero lo haría, además odiaba a los rebeldes por quitarle lo más valioso de su vida, su Taehyung.
Chequeo las heridas de Namjoon una vez más y solamente entonces se dio de cuenta que el hombre tenía un cuerpo muy esculpido, hombros anchos y enormes brazos, su garganta se seco pero ignoro cualquier debilidad de su cuerpo, no necesitaba involucrarse sentimentalmente con nadie, no podría decir que estaba falta de sexo porque no era así, una vez a la semana se permitía el lujo de ir a algún bar y conseguir a un hombre sin cerebro que pudiera saciar sus deseos más salvajes, además de que nunca se sintió atraído por ningún hombre en especifico al grado de arriesgarse por ese amor, esas cosas eran estúpidas.
Seok Jin termino de ver las heridas de Namjoon, todavía estaban muy débiles pero estaban empezando a sanar bien, lo ayudo a ponerse de nuevo la camisa del hospital y empezó a anotar su revisión.
--Bueno Namjoon volveré en un par de horas antes de retirarme a mi casa, trate de descansar eso le sentara bien.
--De acuerdo bonito, pero recuerde que me ayudara con lo otro.
Jin asintió y salió de la habitación revisando su teléfono para ver la hora, le quedaban al menos unas cuantas horas más antes de tener tiempo libre, hoy iría a visitar la tumba de Taehyung, necesitaba por lo menos sentirse de alguna manera cerca de su pequeño.
--¡JIN! –Seok Jin guardo su teléfono y le prestó atención al chico que se acercaba a él-
--Yoongi ¿sucede algo?
--No, solo quería ver si querías tomarte un café conmigo antes de mi próxima cita.
--Claro, ¿Jimin a qué hora vendrá? –Pregunto mientras se ponían en marcha a la cafetería del lugar-
--Le quedan unas siete horas de descanso, además él quería aprovechar para comprarle algunas cosas a Jungkook, ya sabes que yo en gustos de bebés estoy más que muerto.
--Si lo recuerdo, ¿Qué hizo Jimin con el monito que le compraste la primera vez?
--Le prendió fuego –se rio sentándose en una mesa del lugar- me dijo que ni porque fuera el ultimo monito de bebé en la tierra se lo pondría a Jungkook.
Jin no pudo evitar reírse al imaginarse la cara de su hermano, Jimin siempre había sido muy quisquilloso con la ropa de bebés, incluso cuando Taehyung era un bebé él lo aconsejaba en que combinaba y que no, con el tiempo aprendió y él solo podía hacer las compras de su bebé.
Jin se deprimió al imaginarse el tamaño que tendría su pequeño en esos momentos, sin poder evitarlo las lagrimas empezaron a recorrer su mejillas, unos brazos fuertes lo abrazaron y él escondió su rostro en el cuello del chico, Yoongi era un cuñado inigualable si no hubiera sido por él y por Jimin se hubiera suicidado hace algún tiempo, ellos eran su soporte.
