Camila
El auto de Lauren marchaba a un ritmo lento y constante, estaba viéndome, eso es lo que pensaba. Un ruido cerca de mí me hizo sobresaltar un poco y girar mi rostro, una moto se acercó hasta detenerse a mi lado. Traté de observar a través del oscuro casco, para ver su rostro, lo que me fue imposible hasta que me hizo la tarea más fácil cuando quitó el casco y dejó al descubierto esa sonrisa que formaba los adorables hoyuelos en sus mejillas, cubiertas parcialmente por ese cabello rojizo y largo.
—Estás aquí. —Dije apenas con un hilo de voz —tantos años.
—Estoy aquí Camila —Respondió con emoción.
Me acerqué a ella y la apreté en un fuerte abrazo, mis manos cruzaron por su cuello y las de ellas a como pudieron, buscaron lugar en mi cintura, apretándome de la misma forma, acerqué mi nariz a su cabello e inhale ese aroma tan característico de ella que tanto llegué a extrañar.
Me separé un poco permitiendo así que bajara de su motocicleta, haciéndose ver aún más alta.
—Mirate, te imaginaba más rebelde.—bromeo.
—No es mi ropa habitual —dije echándome un vistazo —pero tenía que trabajar.
—No te creo, Camila Cabello trabajando.
—Hey, ¿de qué hablas? Me gusta trabajar si, pero estoy de vacaciones por el momento.
—Que no acabas de...
—Si, lo se. Pero te contaré más adelante, ¿a dónde iremos?
-A donde tú quieras, yo solo estoy para consentirte ahora.
—Tú aún...—empecé con cautela.
-Si. Sabía que me preguntarias -dijo orgullosa —vamos. —Habló entregándome un casco parecido al que hace unos minutos tenía ella. Lo coloque en mi cabeza con un poco de su ayuda para asegurarlo y seguido de ellos nos subimos a su sofisticada Augusta, a ella no le gustaba escatimar en gastos. La recordaba muy bien, siempre llena de lujos, dándose la gran vida. Siempre la pasábamos en fiestas organizadas por ella misma, de viajes que ella y su familia costeaban, comidas elegantes en restaurantes elegantes. Nada comparado con el lugar donde estábamos estacionandonos ahora, una gasolinera un poco a las afueras con casi nada cerca más que una tienda de esas con servicio las 24 horas.
—Hola, hola...—Melissa habló alto en cuanto bajó de su moto y se quitó el casco y yo hice lo mismo, todos en el lugar volvieron su mirada hacia nosotras pero nada sorprendidos, se aproximaron casi corriendo a donde nos encontrábamos y nos rodearon en un abrazo grupal dejando sus motos estacionadas al otro lado. Quise llorar, mis emociones estaban al mil por horas, tenía tanto años sin saber de ellos, tenía años que había dejado a estos amigos, a esta familia que tuve oportunidad de elegir. Mis lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas sin siquiera yo poder evitarlo.
Melissa se había alejado un poco dejándome rodeada con mis antiguos amigos.
—Perdón, —me disculpé —yo simplemente no puedo creer que estén aquí.
—Camila, tu nos alejaste, pero eso no significa que dejáramos de quererte. Si por nosotros fuera nunca te abríamos dejado ir pequeña. —Habló Max, el mayor de todos ahí.
—Entendimos la situación. Si tú sentías que ibas a estar mejor alejada de nosotros, entonces lo aceptaríamos. —Secundó Margot, la hermana de Max.
—Pero...yo
—Hey, aquí estamos de nuevo. Cómo años atrás y está vez no te alejaras tan fácil. —dijo el menor de todos, Ed mientras abrazaba a Elisa su novia.
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Soy La Indicada (CAMREN)
RandomLauren, una chica hermosa con un novio ideal pero se ve envuelta en un engaño creado por ella misma sin saber que está equivocada y tratará de culpar a la persona que menos culpa tiene y la cual la hará perder la cabeza.