5. Amigo NO IMAGINARIO (Parte 1)

134 22 27
                                    


Me desperté con la respiración acelerada, no sabía si calificar esos sueños cómo pesadillas o no, pero había algo en ellos, en cada sueño que tenía con la niña en esa casa que me perturbaba bastante.

Cogí mi teléfono para ver la hora, eran las seis así que ya no podía volver a dormir, me levanté y fui directo a la ducha, para luego empezar a alistarme para la universidad.

Las horas de clases pasaron lentamente, Mel se sentó junto a mí y me contó la trama de la película que vieron el sábado, intenté mostrarme interesada, pero no lograba entender nada de lo que me decía.

— ¿Moon dónde estás? —preguntó dejando su historia a medias.

— ¿Qué? —parpadeé confundida.

— Que no estás aquí, o sea si estás aquí físicamente, pero tú mente no lo está...

— Perdón, estaba pensando en los exámenes —mentí y señalé al docente que se encontraba dando su clase delante de nosotras— Me preocupa la materia de Derecho Romano, siento que perdí demasiadas clases.

Eso era una mentira o al menos en parte, si me preocupaba la materia, pero no estaba pensando en eso sino en el sueño que tuve, había algo  similar en las tres veces que soñé con la niña; en realidad había muchas cosas en común.

Primero y lo más obvio era la niña, que no tenía ni la menor idea de quien era, pero ella me buscaba y me hablaba cómo si me conociese.

Segundo: Su tío, alguien que tenía que ayudar, pero alguien que nunca había visto y tampoco llegaba a aparecer en mis sueños.

Tercero: Cuando los sueños terminaban, siempre me dejaban con esa sensación extraña en el pecho y no sabía porque. Si sabía que pasaba algo malo, pero ¿Qué?

¿Y que se supone que tenía que hacer?

Tal vez para dejar de tener esos sueños tenía que solucionar lo que sea que pasaba casi al final, si evitaba que pase eso que no sabía que era, quizás dejaría de tener ese tipo de sueños recurrentes...

O también podía ser que alguien quisiera decirme algo...

¿Qué tal si su tío era ese fantasma de la mansión?

Sacudí la cabeza alejando ese pensamiento.

 ¡No hay ningún fantasma! No existen. No existen. No existen.

Montserrat, no es momento para retroceder y hacer a un lado todo el trabajo del fin de semana, me dije a mi misma y tenía razón.

Esa parte lógica de mi tenía que pisar más fuerte que cualquier sueño o alucinación.

Habíamos quedado en que solo era producto de mi imaginación, algo así como un amigo imaginario, señaló mi yo lógico, dejando callada a la parte más irracional que tenía y que insistía en que él o eso era real..

— No tienes que preocuparte por reprobar —señaló Mel con una sonrisa— Yo te ayudaré, además es mi papá, estoy segura de que te aprobará.

Lo dijo por subirme el ánimo, pero no ayudó. Sabía que su padre me aprobaría si su hija se lo pedía, incluso si yo lo hacía, porque  fue uno de los mejores amigos de mi papá, lo veía casi como un tío, la relación que unía a la familia de Mel con la mía era como si nuestros padres hubiesen sido hermanos, pero no me sentía bien teniendo algún tipo de privilegio o lastima solo porque mis papás ya no estaban, iba a aprobar la materia sin la ayuda de nadie, es lo que papá me enseño y no iba a defraudarlo...

Y si no, repetirla no es tan mala idea... Aprobaría la materia por mi sola, en algún momento lo haría, si no era este semestre sería el siguiente, pero iba a aprobarla. 

SENSACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora