Capítulo 6

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Un rayo de sol se asomó por la ventana bañando el interior de la habitación en su luz, incluidas las dos personas que seguían profundamente dormidas aún en su cama.
Eugene fue el primero en abrir los ojos, solo con la finalidad de alcanzar a ver a su esposa dormir.
El joven procuró no moverse demasiado con tal de no darle a ella motivos para despertarse, y se quedó justo ahí donde se encontraba, absorto en la imagen de su mujer plácidamente dormida y aquella colina de piel que se extendía en su vientre, en la cual se alojaba su primogénito.
Eugene no pudo aguantar un segundo más y se permitió el placer de recorrer con las yemas de sus dedos la delicada piel del vientre de ella.
Un segundo después, la princesa de Corona abrió los ojos.
-Hola- saludó la chica con voz somnolienta.
Eugene sonrió y le apartó un par de mechones de cabello que caían desaliñados sobre su frente.
-Buenos días.
Por un momento, la joven se quedó absorta en sus pensamientos. Sonriéndole a aquel chico. Observando con preciso cuidado la sombra de barba de él y repasando su tacto con los dedos.
-¿Cómo amaneciste?-preguntó él.
-De maravilla -la chica se estiró dentro de la cama y por un momento todo pareció perfecto, hasta que ella recordó el día que era.
-Espera... - se incorporó a prisa, quedándose sentada en la cama (con algo de dificultad, aunque ella no lo quisiera admitir) -¿que hora es?-preguntó alarmada.
El joven también se levantó y fue a acunclillarse frente a su esposa, quien aun seguía sentada.
-Creo que deberíamos de hablar... -empezó, pero Rapunzel no lo dejó terminar.
-No! Eugene, no. Tu dijiste que iríamos, y yo estoy bien. Sabes que podemos ir y volver antes de que nazca el bebé. ¡Prometiste que no cancelarías los planes!
-Punzie, tengo miedo de que algo salga mal- admitió él con voz apenas audible.
-Hey, mírame- dijo la princesa con suavidad, tomando con una de sus manos, la mandíbula de él, dirigiendo así su mirada a la de ella- Todo va a estar bien. Lo prometo.
»Solo es que he perdido tanto tiempo que... Eugene, Anna es mi prima y la conozco hace pocos años, pero la quiero, a ella y a su hermana y lo cierto es que... Realmente no puedo faltar a su boda. Su madre era hermana de la mía y siento que verdaderamente debemos de estar ahí, es algo así como un presentimiento. ¿Lo entiendes?
El príncipe no pudo más. Rapunzel sabía lo que hacía al contarle aquello y para ser sinceros, el chico jamás había podido debatirle nada a ella cuando ésta le miraba a los ojos.
Rodó los ojos.
-De acuerdo- concedió.
La chica le sonrió ampliamente y se levantó de la cama.
-Deberíamos de levantarnos ya... ¡Éste va a ser un gran día!

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Lamento que este capítulo este tan corto... Prometo hacer los siguientes más largos!!! Comenten que les pareció, porfa!!!

El hielo también quemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora