—¿Por qué tarda tanto?- pregunto irritada, después de treinta minutos esperando para ser atendida por mi nueva psicóloga.
—No lo sé cariño- responde mi madre a mi lado.
Y como si nos hubiese escuchado, unos segundos después, la puerta del despacho se abre, dando paso a una mujer joven, de unos treinta años, que nos recibe con una gran sonrisa.
—¿Olivia Baker?
—Sí.
Mi madre y yo nos levantamos de nuestra respectivas sillas para entrar junto a la mujer de nuevo al despacho.
—Bienvenidas. Mi nombre es Layla, soy la nueva psicóloga- se presenta ella.
—Un placer- responde mi madre por las dos.
—Tomen asiento, por favor.
Obedecemos y nos sentamos frente a ella, observándola sacar lo que parece ser un informe y una pequeña libreta.
—De acuerdo...- murmura leyendo el informe- Justo ahora estaba estudiando tú historial, Olivia- explica levantando la cabeza-. Por lo que veo, llevas más de dos años diagnosticada con depresión, lo cual te ha llevado al insomnio y a una notable perdida de peso- mi madre asiente con la cabeza confirmándolo-. Todo esto viene a raíz de un accidente, así que vamos a centrarnos en eso- hace una pausa-. Solo hay una cosa que me preocupa...- murmura pensativa-. Tomas bastante medicación... Demasiada diría yo.
—¿Usted cree?- pregunta mi madre.
—Bueno, la verdad es que he estado hablando con el doctor Adams y por lo que me ha contado, en estos momentos estás estable, ¿verdad?- pregunta mirándonos a las dos, pero esperando que la que responda sea yo.
—Sí.
—La depresión, al igual que cualquier otra enfermedad mental, no puede tratarse de la misma forma en todos los pacientes. Cada personas es distinta- explica con tranquilidad-. En tu caso, Olivia, se centra bastante en temporadas. Puedes pasar unos meses estable y luego unas semanas horribles.
¿Me lo dices o me lo cuentas?
—Cuando estas llevando una buena temporada, puede incluso llegar a parecer que no sufres la enfermedad. Tal vez serás una persona poco expresiva, pero al fin y al cabo, hay miles de personas con ese carácter sin tener que sufrir depresión. ¿Me explico?- mi madre y yo asentimos-. Aunque claro, solo en cuestión de un día, eso puede cambiar drásticamente. Pero en algún momento, si todo va bien, las malas temporadas irán disminuyendo hasta que poco a poco vayas mejorando. Lo que implica dejar de tomar la cantidad de medicación que tomas ahora.
No puedo evitar sentir algo en mi... ¿emoción?
—Vamos a probar una cosa- propone-. Si en tres meses de terapia no has sufrido ninguna crisis, te has mantenido estable y has subido al menos dos kilos sobre tu peso, consideraremos la opción de rebajarte la medicación. ¿Qué te parece?
—¡Sí! Claro- acepto más emocionada de lo que me gustaría admitir.
—¿Estas segura?- pregunta mi madre mirándome preocupada.
—Totalmente.
Obviamente estoy segura.
Llevo todo este tiempo tomando esta medicación, la cual me hace sentir ausente y apagada. Causándome sueño, pero sin dejarme dormir, haciendo que quiera prestar atención a algo, pero que sea imposible centrarme más de cinco minutos seguidos, quitándome las ganas de comer, por mucho que me guste la comida...
—De acuerdo. ¡Pues vamos a intentarlo!
***
Una hora después, salimos de la clínica para volver a casa, dónde después de prepararme un sandwich, me dirijo a la ducha para irme directa a mi habitación.
—Más te vale estar bien estos tres meses si quieres que te quiten algo de medicación- habla mi padre, apareciendo de repente.
—Lo sé. Espero que funcione...
—Tu madre va a ayudarte, y estoy seguro que tu nueva amiga también.
—¿Quién? ¿Maya?
—Me gusta esta chica, es muy guapa- interviene mi hermano haciendo que me sobresalte.
Ruedo los ojos divertida- Aunque no te lo parezca, tienes a muchas personas a tú lado deseando ayudarte- añade mi padre siguiendo con su discurso.
—Sabes que siempre vas a tenernos aquí si en algún momento lo necesitas- añade ahora mi hermano.
—¿Siempre?
—Siempre- responden los dos con una sonrisa antes de irse.
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No sé si vais entendiendo todo esto... pero bueno, más adelante lo haréis😉Os dejo aquí con vuestras propias ideas. ¡Nos vemos!
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Souls
Roman d'amourOlivia es el claro ejemplo de una persona rota, sin metas ni razones para volver a ser feliz. Ash lo sabe. Desde el primer día que sus miradas se cruzaron supo que esa chica necesitaba ayuda. ¿Podrá él recomponer los cristales rotos de Olivia? ¿O...