Prólogo - Looking Back

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1968. Fuego. El olor a madera quemada y los crujidos violentos son inconfundibles. Un humo negro y denso nubla la vista y envuelve los alrededores. Cada exhalación se hace aún más pesada que la anterior. El calor se convierte en un enemigo natural, y las llamas tiñen el lugar de un color anaranjado que, si bien en otras circunstancias podría parecer incluso hermoso, ahora no despierta más que una sensación de pavor y muerte.

En un callejón a pocos metros de lo que antes era una casa, dos hombres se miran frente a frente. La mirada de cada uno está fija en las pupilas del otro. El tiempo se ha detenido para ellos. Los segundos se convierten en horas. La tensión hace al aire afilado, tanto que corta solo con estar cerca. Una joven observa con atención y sin decir palabra. Sus ojos abiertos como platos y humedecidos delatan sus nervios. No dice una palabra. Nadie dice una palabra. En la mano derecha de un hombre, y en la izquierda del otro, una pistola apunta a su contrario. El dedo se acerca peligrosamente al gatillo. Uno de ellos traga saliva, aprieta los dientes y dispara a quemarropa. Tres balas atraviesan el pecho del más adulto, perforando su pulmón y corazón. Tras  el impacto, el cuerpo cae inmediatamente a plomo. Sin vida.

La asombrosa puntería por la que era conocido, hasta ahora útil para proteger a los demás,  había terminado con la vida de su amigo. Todo lo que una vez fue, sus experiencias, valores, prestigio... en un instante se convierten en polvo. Se desvanecen dejando como resultado un cascarón vacío. Un cadáver desangrado y destinado a podrirse en un agujero o a ser reducido a cenizas. Empiezan a caer pequeñas gotas de lluvia que se entremezclan con las lágrimas de su asesino. Su amigo.

Frente al cuerpo, inmóvil y cabizbajo, se encuentra el famoso detective Eric Miller. Uno de los pocos hombres a los que todo delincuente neoyorquino debería tener en mente antes de actuar. A sus 28 años, no ha dejado un solo caso sin resolver. Un historial impecable que le ha permitido destacar entre lo mejor de la ciudad y trabajar codo con codo con la mismísima policía de Nueva York. No obstante, el denominado por la prensa "joven prodigio" tiene un defecto. Un defecto que le ha hecho pagar factura de la más horrible de las maneras. Y lo peor es que esa imperfección no es algo de lo que pueda deshacerse uno fácilmente... su humanidad.

Dicen las malas lenguas que desde ese día el brillo en sus ojos se apagó, dejando si acaso una leve estela de lo que en su momento fue. No aceptó más casos. No se volvió a saber de él. Su rostro desapareció de la portada de los periódicos y de la boca de la gente. Un día eres el hombre más importante de tu ciudad y al siguiente no te recuerdan ni los niños que salvaste.

1975. Eric Miller, el famoso detective que tuvo Nueva York a sus pies, hoy no es más que un fotógrafo mal pagado del New York Times. Habiéndolo perdido prácticamente todo, se dirige hacia un destino que le obligará a afrontar su pasado una vez más. El "Hotel Caprice".

Looking ForwardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora