Yoongi regresó al día siguiente y los otros tres días posteriores a ese.
Yoongi estuvo yendo todo lo que restaba de esa semana a la casa de los Jung esperando tener al menos un poco de suerte esta vez, pero siempre tenía la misma respuesta:
"Hoseok está muy cansado".
"Hoseok está dormido".
"Lo siento tanto Yoongi, Hoseok no quiere hablar por ahora con nadie".
"Ni siquiera contigo" le reclamaba una voz molesta dentro de su cabeza mientras se daba la vuelta con la mirada clavada al piso, cansado de intentarlo de nuevo.
Le dolía tanto encontrarse en su habitación con las cortinas cerradas tirado en la silla de su escritorio intentando no pensar en nada, cuando hace apenas unos días estaba en la habitación de Hoseok repartiendo besos en todo su rostro diciéndole lo mucho que amaba estar con él.
Hoseok... Un pesado suspiro siempre acompañaba aquel nombre, haciéndose parte de el.
Esos momentos en los que podía pronunciar su nombre sin que un nudo se formara en su garganta ahora parecían tan lejanos. Todo parecía como parte de otra realidad.
Yoongi sabía que no todo podía durar para siempre, que no era posible de que algo tan bueno fuera verdad; pero incluso le sorprendió lo rápido en que todo se le había sido arrebatado. Porque por el maldito amor de dios, solo se fue por unas horas. La culpa era tanta que cada vez que Hoseok rechazaba verlo algo dentro de él lo hacía sentirse más mierda.
Incluso los padres de Hoseok se sentía de esa forma. La situación los desesperaba tanto porque cada vez que veían al chico pálido cruzar la calle para tocar su puerta con una pizca de ilusión en sus ojos, simplemente se miraban uno al otro cuestionándose silenciosamente si debían avisarle a su hijo, aunque sabían que la respuesta siempre iba a ser la misma. Les dolía ver el brillo de la mirada de Yoongi apagarse con el paso de los días. Sabían que él sufría tanto como ellos.
Así que antes de que Yoongi llegara, Sunhee subía dudosa las escaleras hacia la habitación de Hoseok, cada vez que abría la puerta su corazón caía al piso despedazado. La habitación que alguna vez estaba llena de luz, de música sonando a todo volumen haciendo vibrar los vidrios; ahora era cubierta por una espesa capa de oscuridad y silencio hostil.
"Yoongi está afuera" susurraba Sun.
"No quiero verlo" respondía un hilo de voz proveniente del montón de cobijas en las que se encontraba Hoseok, escondido en un rincón de la cama.
Los primeros días, Sunhee se atrevía a insistirle un poco. Le decía que tal vez ver a Yoongi lo animaría, que a lo mejor simplemente necesitaba desahogarse con alguien más que no fueran sus padres. Sunhee veia a Yoongi como su última esperanza, como si pudiera hacer que mágicamente su hijo volviera a ser el mismo de antes. Pero Hoseok no creía eso.
Él simplemente se limitaba a quedarse callado hasta que su madre salía rendida de la habitación camino a decirle a Yoongi que simplemente estaba muy cansado, que no tenía ánimos de hablar con nadie. Cuando la puerta se cerraba de nuevo, Hoseok se sentía más o menos tranquilo sabiendo que había sobrevivido un día más, que había logrado tragarse las ganas de levantarse y bajar corriendo a lanzarse a los cálidos brazos de Yoongi, soportarse las ganas de sentir ese cálido aliento en su coronilla haciéndole saber que iba a estar bien. Min Yoongi era su único lugar seguro pero ahora se veía obligado a renunciar a él. Ya no merecía el afecto de nadie, mucho menos el de su hyung.
Cuando todo se volvía más oscuro que de costumbre, Hoseok sabia que la noche había llegado y podía dormir más o menos bien, aunque despertara de nuevo en la madrugada cubierto de sudor con el pecho subiendo y bajando de manera irregular; su corazón latiendo a tal grado que le hacía creer que pronto iba a morir. Después de eso la ansiedad no lo dejaba dormir.
Entonces era cuando pequeños hipidos y sollozos se escapaban de esa habitación silenciosa. Hoseok lloraba tanto que creía que se iba a secar o iba a morir deshidratado. Tenía tantas ganas de levantarse y caminar descalzo a la habitación de sus padres, recostarse junto a ellos como cuando era pequeño y poder dormir al fin sabiendo que estaría a salvo.
Pero esa voz gruesa aparecía haciendo eco en su mente recordandole una vez más que no merecía nada de eso, que era una mierda, que daba asco. Cada vez que pensaba en eso las nauseas se hacían presentes, se dirigía al baño sintiendo el ácido quemandole la garganta obligándolo a vomitar. Lo poco que lograba comer a lo largo del día era desechado. Se daba tanto asco.
Cuando amanecía, el miedo lo inundaba de nuevo. Agonizaba viendo como la luz del sol se hacia cada vez más brillante. Sabía que iba a ser un día largo, sabia que en cualquier momento aquella sombra alta de rizos oscuros cruzaría la puerta y no tendía forma de escapar.
Así que a pesar de que quería escuchar la voz ahogada de Yoongi cada vez que iba a "verlo", el simple sonido de alguien llamando a la puerta hacia que su corazón de acelerara de forma anormal. Se estaba cansando de eso, le dolía escuchar a Yoongi preguntar lo mismo todos los días y no poder decirle lo que en verdad estaba pasando.
"Yoongi..."
"No quiero escuchar lo mismo de siempre, por favor"
La voz de su hyung sonaba diferente a todas las otras veces, no sonaba tímida, apenada. La voz de Yoongi se había hecho más profunda y fuerte, pero tan triste a la vez.
"Será mejor que vayas a casa" Le decía Sunhee.
La voz desesperada de Yoongi salia a través del nudo de su garganta, estaba tan desesperado. Si Hoseok viera la condición en la que se encontraba probablemente no lo soportaría. La tristeza no solo lo estaba consumiendo a él, sino también a Yoongi, a su hyung.
"Sunhee estoy harto" escuchó un grito desesperado "¿por qué no me dejas ni siquiera hablar con él, maldita sea?"
Hoseok apretó sus ojos con fuerza haciéndolo ver luces, al igual que sus puños sobre sus oídos. El sonido nunca lo había incomodado, pero ahora se sentía tan aterrado de los gritos porque sabía que no traían nada bueno. Siguió escuchando retazos de palabras que se colaban entre sus dedos para llegar a sus oídos.
"Hoseok no quiere verte Yoongi, no sé si tienes que ver algo en lo que pasó pero por favor no vengas más"
Silencio.
Hoseok escogió el peor momento para destapar sus oídos.
Un débil hipido y la puerta cerrándose nuevamente. El silencio se había vuelto tan puro que incluso escuchó una puerta cerrarse de manera violenta del otro lado de la calle.
Escuchó pasos caminar por toda la sala hasta que se volvieron nada otra vez. Volvió a hundirse en sus lágrimas pensando que, ahora si, había perdido por completo la única cosa que lo mantenía atado a la realidad. Su lugar seguro había desaparecido y un violento sonido se hizo presente en el pecho de Hoseok, era el estruendo de su corazón siendo demolido.
Una vez más el ambiente se volvió terriblemente lastimoso y fatal, hasta que tres golpes pulcros en la puerta de madera quebraron el silencio de nuevo.
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sunshine baby; yoonseok (hiatus)
FanfictionYoongi está enamorado de Hoseok. Pero no es el único.