La noche había caído. Frodo y Sam intentaban descansar sus maltrechos cuerpos al menos por unas horas, si es que el poder del Anillo se lo permitía. Frodo había empezado a comportarse de una manera realmente extraña, como si recelara de todos, incluso de Sam. El Anillo lo estaba poseyendo poco a poco, había conseguido que las tinieblas de su poder alcanzar el corazón de Frodo y ahora, el Hobbit lo apretaba fuertemente en su mano mientras dormía, por temor y por recelo. Pero Gollum no se daba tregua.
Parecía discutir consigo mismo, pero el tono de su voz cambiaba constantemente. Podría decirse que eran dos entes diferentes. Gollum y Sméagol, Sméagol y Gollum.
—Lo necesitamosss, es nuestro tesssoro, ellos nos lo han robado, los sucios y rastreros Hobbits —el susurro chirriante de Gollum invadió el silencio de la noche—. No, no el amo nos cuida, el amo es mi amigo—la expresión de su rostro cambio a una mucho más serena, incluso podría decirse dulce, y Sméagol se abrió un resquicio entre la maldad de Gollum—. ¡Tú no tienes amigos!, ¡nadie te quiere!—el desprecio de Gollum se hizo presente en su voz. La situación se asemejaba a un debate, pues aunque tan solo hubiera un ser, albergaba dos personalidades dentro de él.
La parte Sméagol se mostró herida ante tales palabras. La bondad que aún existía en el putrefacto corazón de Gollum se alzó vencedora y Sméagol renació de las sombras de Gollum, donde había estado esclavizado durante tantos años.
—¡Vete! —le ordenó Sméagol a Gollum—. ¿¡Qué me vaya!?, ¿¡Dónde estarías sin mí!?, ¡Gollum, Gollum!, ¡Yo nos salve!—la voz amenazante de Gollum volvió a alzarse contra Sméagol, pero este ya no la escuchaba—. Te odio... te odio... ¡Vete! El amo nos cuida ahora, ya no eres necesario... ¡Vete ahora y nunca vuelvas! —Sméagol se elevó sobre Gollum—. ¡No... no! —pero las súplicas de Gollum no surtieron ningún efecto—. ¡Vete ahora y nunca vuelvas! —y tras estas últimas potentes palabras Gollum desapareció, Sméagol era libre.
Pareció dudar durante unos segundos, pero tan pronto como se cercioró de que Gollum se había marchado, una sonrisa se dibujó en su demacrado rostro y la alegría invadió su perturbado corazón, ahora algo más puro.
—¡Se ha ido, ido!, ¡Sméagol es libre, LIBREEE! —y sus gritos de júbilo inundaron la oscuridad de la noche.
Al día siguiente, mientras que tomaban otro descanso para llevarse algo a la boca, Sméagol regresó con un par de consejos recién cazados y se los ofreció con una sonrisa a Frodo, quien le devolvió la sonrisa en agradecimiento.
Pero Sam no pensaba dejar que se los comieran crudos, por lo que preparó un pobre pero caliente estofado con ellos.—Lo que aquí necesitamos es un buen montón de papas —suspiró Sam removiendo el puchero algo cabizbajo.
—Papasss —repitió Sméagol siseando—. ¿Qué son papas tesoro? —preguntó mirando a Sam.
—¡Pa-ta-tas! —le aclaró Sam, quien ya comenzaba a perder la paciencia—. Asadas, cocidas o en un buen guiso —continuó mientras la mirada parecía perdérsele en lejanos y agradables recuerdos—. Fritas, grandes y doradas con una buena porción de pescado... ni tú podrías decirle que no a eso —le dijo a Sméagol entre suspiros.
En respuesta, Sméagol le regaló una mueca de asco.
—Sssí, sí que lo diríamos, es desperdiciar pescado —le reprochó Sméagol acercándose a él—. Quédate con tus sssuciasss papasss —y volvió a alejarse rápidamente.
—No tienes remedio —exclamó Sam mirándolo con expresión de reproche.
Pero entre esta alocada discusión, Frodo se había alejado unos pasos, pues le había parecido escuchar unos extraños sonidos en la lejanía; y no se equivocaba. Un ejército de Hombres comandados por Sauron avanzaba en dirección a Mordor y llevaban con ellos extrañas y salvajes criaturas.
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Side by Side ~||Legolas||
Fiksi PenggemarDeween es una joven huérfana que vive en nuestro siglo y que no ha conocido otro mundo más que el del orfanato. Apenas recuerda nada de su pasado y el único vínculo que permanece junto a ella es un colgante que su madre le regaló nada más nacer. El...