Narra Luke
Ese día llegué a casa con el corazón aún latiendo fuerte debido a las emociones que la chica me había echo sentir.
Tonta, es lo que era, pero de alguna manera no importaba lo tonta que fuera, se le veía bien.
Dejé las llaves sobre la mesa, y pude jurar que encontré a mis papás justo como los había dejado.
- dan miedo- les dije. Mi padre me miró por encima del periódico y sonrió como si fuera a decir algo de lo que gozara. Fruncí el ceño confundido- ¿me eh perdido de algo?
- Mañana necesito que llegues a casa a las tres- contestó él, divertido.
- ¿a las tres?- pregunté confundido- ¿en punto? ¿para que? ¿vas a salir?
- No, nada de eso- respondió frío- irás donde la doctora Sanchez, es la mejor psicóloga de este lado de la ciudad y tenía una hora libre hoy día..
- ¿psicóloga?- le pregunté sorprendido, abrumado- ¿porque has de creer que necesito una psicóloga?
- Porque ya no nos hablas como antes, Luke, eres frío y no tienes respeto por tus padres, nos han aconsejado que..- le interrumpí a mi mamá.
- ¿ya no nos hablas como antes? ¿soy frío? ¿no tengo respeto por mis padres? ¡Dios! ¿soy yo el que no les habla? ¿el que se pasa el día tejiendo o leyendo el diario para no mirar la cara del otro? ¿el que no pone ni siquiera música en este inútil y desierto lugar que hacen llamar casa? ¡por Dios, papás! si quieren mejorar la comunicación con su hijo empiecen por hablar con él sin recordar a la abuela- me miraron, sorprendidos. Podía ver la ira en los ojos de ambos- No iré a ninguna parte, si alguien necesita un psicólogo, pues pongan su nombre, no el mío..
- ¡Luke!- exclamó mi madre enfadada cuando iba subiendo a mi habitación.
- Cambio y fuera- le dije yo, cerrando la puerta de mi pieza. Una lagrima cayó por mi mejilla mientras miraba el cuadro de mi abuela que tenía colgado en la pared. Le lancé la almohada provocando que se caiga al frío suelo de las cuatro paredes que apenas se sostenían; haciendo que éste, débil como yo, se rompa.
Al otro día desperté con los ojos rojos. Eran las seis de la mañana, así que me fui temprano para no tener que ver las caras de mis papás, mientras me repetían que debía asistir al psicólogo- una vez más.
Llegué a eso de las siete y media en punto; me había dado vueltas por todo el lugar, sintiendo el frío tocar mis mejillas hasta resbalar. Me quedé en el baño un buen rato. Me topé con el director cuando tocó el timbre para entrar y todos fueron a sus salones. Este me detuvo sonriente.
- ¿como te fue con ____?- me preguntó. "Hola, para usted también"- pensé yo.
- Horrible- admití- Señor Director, Si usted me hubiera dicho que esa sería a la chica a la cual le tengo que enseñar, pues entonces no hubiera aceptado nunca, ¡ni en un millón de años!
- ¿Porque?- preguntó el, frunciendo el ceño, pero veía como una leve sonrisa se posaba sobre su viejo rostro que mostraba más años de los que realmente tenía.- Vamos, no la conoces todavía, quizás más adelante te des cuenta de que en el fondo de su corazón no es solo rebeldía, es una chica dulce
- Si, dulce como la miel- dije, sarcástico. El comenzó a reír divertido. Todos se habían ido a sus respectivas salas.
- Ve a clases, Luke- me sonrió- intenta una vez más
- ¿y si no funciona?- le pregunté, confundido.
- Pues intenta de nuevo, no perderás nada- fue lo ultimo que dijo antes de marcharse. "La paciencia" pensé yo. Toqué la puerta de la sala. La profesora me hizo seña de que pase.
- ¿porque llega atrasado Luke?- me preguntó la mujer posando sus ojos en mi, al igual que el curso entero. Noté la voz de ___ al imitar a la maestra:
- "Esta no es una hora prudente para venir entrando al salón"- dijo ella, con una perfecta imitación, que hizo que salga una pequeña risa de mi. Había reído; a pesar de todo, había reído, al menos por un segundo.
- Siéntate, Luke- me dijo, frustrada. Esa chica si que sabía como arruinar el día de alguien.
La clase pasó lento. No tenía ganas de anotar nada; pero tenía memoria auditiva. Todo lo que escuchaba iba directo a mi cerebro. Hora del recreo. Todos salieron. Debía encontrar a ____.
Salí de allí y no me tomó bastante rato para descubrir a la chica apoyada en los casilleros. Su cabello caía sobre sus hombros formando distintas figuras. Sentí un temblor recorrer mi piel. Hablaba con uno de sus amigos- Calum si no me equivoco. Me acerqué a ella y le toqué el hombro. Sentí al mirada del moreno penetrar fulminante en mi. Ella se dio la vuelta con una sonrisa; cambiando completamente el rostro al verme.
- Hoy día te quiero a las tres en la biblioteca- le dije, guiñando un ojo. Entonces se me vino a la mente la psicóloga de nuevo; a la Oops!, no iría.
- ¿quien te crees que eres?- preguntó ella, ofendida- no eres quien para..
- tu tutor- le sonreí.
- O te alejas de ella, o te alejo yo pedazo de inútil- me dijo su amigo, poniéndose en frente. Atrás venían los otros dos torpes que completaban el grupo. Si pelea querían, pelea tendrían. ___ se puso en frente para detenerlo, pero no sirvió.
- ¿que sucede?- preguntó Mike mirándome como si fuera la siguiente presa.
- Este tarado está molestando a _____- Ashton me miró, sorprendido. Se sacó la chaqueta y la tiró al suelo. Los tres se acercaban a mi refregando sus manos.
- tu te la buscaste, Hemmings- me dijo Calum. ___ miraba aterrorizada. Me saqué la chaqueta y dejé los cuadernos a un lado; cuestión de segundos, mi mano hizo sonar la mejilla de el moreno.
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and you...belive in the magic? (Luke Hemmings y tu) TERMINADA
RomancePrologo _____ Siempre ha sido la chica que todo el mundo quiere ser. Sus tres mejores amigos son los chicos mas guapos de todo el instituto. Se ve bien incluso con polerones enormes y pantalones pitillos. Los chicos la quieren a pesar de que ella no...