Colores

Uno

Les voy a hacer un resumen de mi vida para que conozca un poco mejor. Todo comenzó en primaria, donde cursaba primero de primaria junto a mi hermano mellizo, mi actual mejor amigo Pato y mi peor enemiga que ahora en mi mejor amiga Aranza. Mientras tanto Lucas cruzaba segundo de primaria.

La primera vez que lo vi fue en la cafetería, iba con mi charola de comida junto a mi hermano el primer día de clases. Un amigo de Lucas me puso el pie y caí al suelo con todo y mi comida, Lucas me ayudó a levantarme mientras se carcajeaba de risa y ahí fue cuando decidí que su sonrisa era lo más lindo del mundo. ¿Tonto no? Pues sí. ¿Pero qué esperanzas de una niña de 7 años?

Y así es como empecé a prestar atención a cada uno de sus pasos. Él nunca se fijo en mí, de hecho, piensa que me llamo Estefanía. Lo sé por una vez en secundaria lo encontré besándose con Aranza en los baños de niñas. Por el pánico azote la puerta e intente salir corriendo, pero me agarro de las muñecas y llevo su dedo índice a sus labios y dijo en un susurro:

-Esto queda entre tu y yo Estefanía- me dio un beso en la mejilla y se fue. Tarde como cinco minutos en recobrar conciencia.

-Me llamo Emma- susurré, pero para cuando se lo dije ya no estaba en el pasillo.

Desde ese día no volvimos a cruzar más palabras. Pasaron los años y Aranza se volvió mi mejor amiga, ya que deje los celos y el rencor que le tenia  por haber besado al bombón de Lucas. Pato desde siempre ha sido mejor amigo de mi hermano y mío.

Mi hermano Daniel y yo desde pequeños somos inseparables, nos tenemos el uno para el otro cuando uno lo necesita, tenemos el uno y el otro cuando uno llora o cuando uno esta feliz. Estoy demasiado agradecido por tener al mejor mellizo del mundo. Él y yo vivimos junto a mamá, ya que mi papá nos abandonó cuando teníamos 5 años. No esperen la aparición heroica o villana de mi padre ya que llevo esperando eso desde que nos abandono y nunca ha aparecido y no creo que lo haga alguna vez. Mi hermano es como mi padre, mi hermano y mi mejor amigo a la vez, es todo lo que necesito en mi vida para ser feliz. Él sufre depresión, hay veces que esta hasta arriba y disfrutando del tiempo que le queda de ser feliz para después hundirse en su depresión. Toma pastillas y eso le ayuda de alguna manera, yeso le ayuda de alguna manera, pero nada ha llegado a satisfacerlo tanto parapoder dejar las pastillas y ser feliz por él mismo y eso me mata por dentro.

Pero volviendo a mi vida estoy emocionada y nerviosa ya que no creía haber estado lista alguna vez para dar el paso con Lucas para que simplemente supiera mi nombre y por qué por fin entre la preparatoria. Pasado mañana empezaran las clases después de un verano muy alocado y divertido junto a mis amigos y mi familia.

Estoy dando vueltas en mi silla giratoria mientras estoy pendiente a la computadora. Llevo así aproximadamente 2 horas, pero no llega absolutamente ninguna notificación. Tocan la puerta y esto hace que deje de ver a la computadora y fije mi vista a mi hermano que acaba de entrar a mi cuarto.

-¿Sigues viendo tu computadora Emma? - sonríe burlonamente mientras se sienta en mi cama. Detiene mi silla en la que estaba girando y esto hace que caiga al suelo-. Lo siento.

-Idiota- digo en el piso-. Deja de reírte.

Se acerca a levantarme mientras ríe a carcajadas. Cruzo mis brazos todavía en el suelo y hago cara de puchero. Lo veo seriamente a los ojos y esto hace que pare de reír. Me levanto y lo empujo y este cae a la cama. Ahora los dos nos estamos carcajeando.

-Quedarte viendo a la computadora no hara que responda la solicitud.

-Eso lo sé- digo soltando un suspiro y recargando mi cabeza en su hombro. Ahora los dos estamos en el borde de la cama viendo la computadora.

Empiezo a cerrar mis ojos mientras esperamos mi hermano y yo a mí la famosa notificación. Cuando estoy a punto de caer al quinto sueño suena el típico sonido de que hay una nueva notificación. Mi hermano y yo nos volteamos a ver con los ojos como plato. Los dos corremos hasta la computadora y Daniel la agarra subiéndola hasta su altura. Lo miro emocionada y el me ve con decepción.

-Si esperabas la aceptación de la solicitud de Lucas Evans- me ve con cara de puchero-. Pues ahí la tienes.

Me entrega la computadora y me quedo en shock. La tomo y confirmar lo que mi hermano me acaba de decir. Efectivamente me aceptó la solicitud. Y dirán ...

¿Por qué te emocionas por una solicitud en Facebook? ¿Quién usa Facebook hoy en día? ¡Pues él! Él no acepta a cualquiera en Facebook, por eso mismo es donde sube toda su vida, ya que solo tiene a la gente que es especial para él o conoce.

Empiezo a gritar como loca ya brincar sobre mi cama con mi hermano. Lo abrazo fuerte y lagrimas empiezan a salir de mis ojos.

-¿Estas llorando ridícula? - me pregunta mi hermano con una sonrisa de oreja a oreja-. Oficialmente ahora no puedo burlarme de que el tal Lucas nunca supo quien eras.

Le solté un golpe en el hombre y comenzó a gritar exageradamente mientras yo reía. Esto hizo que mi mamá entrara por la puerta asustada, cuando nos vio comenzó a reír con nosotros. Corrimos hacia ella y la abrazamos los dos.

-Le acepto la solicitud a la mensa- mi mamá abrió los ojos como plato.

-Hija- me abrazo muy fuerte-. Llevas esperando esto desde que el maldito se río de ti y te avergonzó.

Puse los ojos en blanco y los corrí de mi cuarto con una sonrisa en mis labios.

Lucas me acepto la solicitud. Lucas sabe quien soy. Demonios Lucas Evans ¿Qué me has hecho?