Últimamente la vida de Christopher Bang ha estado llena de cosas extrañas de inesperadas: Primero, su abuelo que jamás logró conocer del todo fallece dejándole todas sus pertenencias, y luego un chico aparece en su puerta acusándolo de ser un vende...
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Changbin es guapo, deportista, divertido, no tiene calificaciones excelentes pero sí una plaza asegurada en la Universidad de Seúl, etc. En resumen, Changbin es el novio perfecto para un chico perfecto como Minho. Aunque Seo ha estado tras él durante años, no llevan saliendo más que algunos meses porque Minho ha querido concentrarse en sus estudios antes de iniciar una relación. Ahora que tiene asegurada su plaza en la carrera de administración, puede tener todas las citas que quiera.
—¿Restaurante o al bar de Joong? —propone Changbin mientras abre para Minho la puerta del copiloto de su auto.
—¿Bar de Joong? —pregunta Minho con una sonrisa, pues el bar de Joong es un lugar que personas como ellos no suelen visitar. —¿Desde cuándo tú visitas el bar de Joong?
—Estuve hace unos días ahí con los chicos, no es tan terrible como lo pintan. Y no te piden identificación para beber alcohol —sonríe Changbin subiendo al auto y poniéndolo en marcha —¿Qué dices? Los mojitos de ahí van a encantarte, estoy seguro.
—Bien, no puedo juzgar un lugar sin conocerlo —Acepta Minho. No es fan del alcohol, pero le gusta hacer feliz a su novio y la idea de visitar el bar parece causarle mucha ilusión.
Aunque Daecheon es una localidad pequeña, suele tener una gran cantidad de turistas todo el año, especialmente en el verano; las vacaciones escolares ni siquiera han comenzado y el pueblo y la playa ya están abarrotados de gente bronceándose o dando caminatas. Minho adora todo eso, y por lo mismo ha decidido estudiar administración para hacerse cargo del hotel una vez sus padres ya no puedan. Sabe que Felix huirá de ahí apenas pueda, y por ende será él quien herede el negocio familiar.
Es una coincidencia que mientras piensa en su hermano y en la charla que no han podido tener, que lo divisa metros más atrás, saliendo de la vieja tienda de discos en donde suele ocultarse la mayor parte del tiempo. Suavemente, pide a Changbin que deje de avanzar y baja la ventanilla.
—¡Hey! —exclama para llamar la atención de Felix, quien sólo le dedica una mirada con las cejas enarcadas. —¿Vienes del hotel? ¿Necesitas un aventón a casa? Está oscureciendo y no quiero que vuelvas solo ¿O quieres ir al bar de Joong con nosotros?
A sus espaldas, Minho oye como Changbin aguanta las ganas de reír a carcajadas pero decide ignorarlo y concentrarse en Felix. La pregunta parece sorprender a su hermano, quien frunce el ceño y le dedica una mirada de desconfianza.
—¿Por qué querría yo ir al bar de Joong con ustedes?
A pesar de que debió haber esperado una respuesta como esa, el tono cruel en que Felix lo ha dicho hace que Minho se sienta herido. La forma en que su hermano lo mira le hace sentir estúpido y hasta rechazado. Ellos solían ser unidos de pequeños ¿En qué momento se distanciaron a ese punto que pasar tiempo juntos parece un castigo para Felix?
—Bien, no importa —sonríe a pesar de que siente bajo sus ojos ese ardor que le indica que está a punto de llorar. —Ve directo a casa ¿Sí? Y envíame un mensaje cuando llegues.
