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Minho se siente vulnerable estando con la espalda pegada al asiento trasero y con Chris sobre él, pero al mismo tiempo su tacto y sus besos le causan un grado de excitación que jamás había sentido en la vida

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Minho se siente vulnerable estando con la espalda pegada al asiento trasero y con Chris sobre él, pero al mismo tiempo su tacto y sus besos le causan un grado de excitación que jamás había sentido en la vida. Su piel arde deliciosamente cada vez que el rubio mete las manos bajo su camiseta para acariciar su abdomen sacándole suspiros vergonzosos; quiere hacer lo mismo, pues está muriendo por tocar los músculos de la espalda de Bang. El chico parece leer su mente, porque le toma la mano y la introduce bajo su propia camiseta para dejarlo palpar la piel caliente. Está disfrutándolo tanto que teme no poder controlarse y terminar teniendo su primera vez de una manera poco romántica en un asiento trasero.

—¿Has hecho esto antes? —pregunta con una sonrisa tímida, disfrutando de los besos y pequeñas mordidas en su cuello. Los dedos ajenos acarician su cadera y lo hacen jadear despacio.

—¿Qué cosa? —sonríe Chris levantando la vista. Tiene el cabello rizado desordenado y los labios rojos e hinchados a causa del constante roce con los suyos. Minho se limita a morder su labio inferior —¿Enrollarme con un chico en la camioneta de mi abuelo muerto? ¿Te han dicho lo caliente que luces mordiendo tu labio?

—Ajá, pero sin lo del abuelo muerto —Minho quita del rostro del mayor un mechón de cabello y lo acaricia entre sus dedos. Chris Bang lo hace sentir cómodo y confiado, cosa que no debería ser tomando en cuenta que casi no se conocen. —Y no, no me lo han dicho en realidad.

A los ojos de Chris, Minho es el chico más precioso que ha visto en su vida. Sus ojos amables y labios delgados y rojos son comunes, pero de alguna forma algo en ellos lo atrapa y le obliga a observarlo todo el tiempo. No cree en el amor a primera vista, pero no puede negar que la conexión entre ellos fue inmediata desde que apareció en su puerta llamándolo vendedor de drogas.

—¿Por qué lo preguntas? —murmura, acariciando la mejilla del castaño y observándolo con admiración. —No importa qué haya hecho antes, tú eres la primera persona con quien me enrollo en el auto de mi abuelo muerto.

Si Changbin llegara a enterarse de lo que está haciendo, su vida y todos sus planes se caerían a pedazos. Adiós departamento compartido, adiós boda gigante, adiós a sus tres hijos y su casa preciosa y quizá hasta adiós a su reputación perfecta. Si comienza a darle demasiadas vueltas comenzará a llorar ahí mismo, y está disfrutando tanto del toque de Chris que no quiere que eso ocurra.

El australiano le produce sensaciones totalmente desconocidas para él hasta ese momento. Besar y tocar a Changbin sí le gusta y lo excita, pero esto es algo distinto en todo sentido. A veces, las manos de su novio intentando quitarle la camiseta son demasiado para él, pero ahora agradece haber elegido unos finos pantalones deportivos que le permiten sentir la erección del mayor más cerca de la suya.

¿En quién mierda se ha convertido los últimos días?

Todo en la mente de Chris marcha de maravilla, disfrutando de Minho, cuando de pronto el rostro de Felix llega a su cabeza de golpe como una señal de alarma. ¿Qué está haciendo? No puede hacer algo como eso a Felix, no después de todas las cosas que han hablado y de que le ha entregado su confianza. No puede ser como el resto de las personas que lo rodean cuando prometió ser diferente. El chico de cabello naranja es su amigo, y debe anteponer la amistad por sobre un chico que lo pone caliente y cuya relación podría causar estragos. Decidido a terminar todo eso se separa de repente, sorprendiendo al chico recostado sobre el asiento, quien se apoya sobre sus codos.

Dealer | ChanHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora