Últimamente la vida de Christopher Bang ha estado llena de cosas extrañas de inesperadas: Primero, su abuelo que jamás logró conocer del todo fallece dejándole todas sus pertenencias, y luego un chico aparece en su puerta acusándolo de ser un vende...
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Minho está simplemente harto de toda esa situación. Harto de que Changbin no sea capaz de dejarlos en paz de una vez por todas y que Chris siempre termine lastimado por ello.
—No sé si esto sea una buena idea —habla mientras aplica un poco de base de maquillaje sobre las heridas ya más sanas de su novio y difumina el producto con una esponja. —Ya no sé de qué es capaz y no quiero arriesgarme a que vuelva a hacerte daño.
—Tus padres me invitaron, no les diré que no sólo porque un enano puede golpearme —sonríe Bang mirándose de reojo en el espejo junto a ellos, evitando moverse para no arruinar el trabajo de Minho. —Además jamás llevará a sus matones a un lugar como el club ¿Crees que podría hacerme algo frente a toda esa gente?
Pero sabe que, aunque se muestre como un tipo duro y valiente, Chris se siente tan asustado como él. Sí, Changbin no le hará daño frente a sus padres y el resto de personas con dinero de Daecheon, no en donde su reputación pueda arruinarse; sin embargo, eso no significa que no pueda enviar matones a seguir al australiano mientras vuelve a casa luego de estar en el bar o en casa de los Lee. Minho ya no sabe de qué es capaz su ex novio y eso le genera un constante terror.
—No quiero que estés preocupado, amor —Chris lo hace tomar asiento sobre uno de sus muslos gruesos y deja un par de besos en la mejilla ajena. —Si vuelve a comportarse como un idiota lo manejaré con palabras como la gente civilizada, si ya rebasa los límites quizá le dé un puñetazo, pero la verdad es que soy bastante paciente.
A pesar de todo el lío del engaño (o más bien, la omisión del tema), su padre adoran a Chris más que a cualquier otro pretendiente que ha tenido en su vida; lo invita a cenar casi a diario, respetando el espacio que han decidido dar a Felix. Por lo mismo, el invitarlo a ir con ellos al club es una forma de mostrar frente a los Seo y todos quienes hayan esparcido rumores sobre ellos, que la relación entre Minho y Bang es seria y aprobada. Mientras que él le parece una idea pésima y aterradora, todos insisten en que es una excelente forma de mostrar a Changbin que, no importa lo que haga, no podrá separarlos.
Queda tan poco tiempo para ellos que no quiere gastarlo en peleas, o curando heridas o llorando por algo que no sea a causa de lo amado que se siente por Chris, y está tan nervioso por aquella comida que sus manos tiemblan mientras aplica lo último de maquillaje sobre las marcas violáceas.
—Hey —Chris le sujeta ambas manos con amor y mira a los ojos. —Hazme caso, amor. Confía en mí; confías en mí ¿cierto?
—Sí —El menor pega su frente a la de su novio y cierra los ojos, disfrutando del roce de sus labios juntos sin llegar a iniciar un beso. —Sí, lo hago. Voy a dejar de pensar en eso y disfrutaré este momento especial.
Unos toques suaves resuenan en la puerta y Felix se asoma con timidez, cerrando sus ojos para evitar ver alguna escena desagradable entre su hermano y su mejor amigo. El verano está terminando y está a punto de iniciar su último año de escuela, por lo que ha tenido que renunciar a su adorado tinte anaranjado para volver al castaño y evitar problemas.
