CAPÍTULO QUINCE

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Si no me encuentras enseguida, no te desanimes,

Si no estoy en aquel sitio, búscame en otro,

Te espero en algún lugar estoy esperándote.

(Walt Whitman)

El viento azotaba con fuerza los árboles que se alzaban fuera de su ventana. Era invierno, las nubes pronto cubrirían el cielo y comenzaría una tormenta, era hora de ir a casa para la mayoría de los detectives que trabajaban en esa unidad policial, pero no para él, Noppanut Guntachai nunca pensó en ir a casa, no hasta encontrar a Sain, un día hace ya muchos meses prometió que se vengaría, y aunque la vida se le fuera en ello, acabaría con él.

La puerta de su oficina se abrió y la voz de Kao lo sacó de sus pensamientos.

- ¿Quieres venir a casa conmigo?, Earth me pidió que te invitara. – Kao siempre trataba de llevarlo con él, lo había estado cuidando desde lo de Prem.

- No, me quedaré otro poco, aún tengo que terminar con algo.

- Noppa, sé que el jefe ye ha pedido que dejes el caso de Prem, solo quiero que sepas que continuo buscado, no me daré por vencido.

- Lo sé, sé que has estado ayudándome, pero si esto te puede traer algún problema, puedo hacerlo solo, no quiero que arriesgues tu carrera por mí.

- Amigo, te ayudaré, para eso son los compañeros.

- ¿También piensas que estoy loco?, ¿crees que Prem está muerto?

- Yo te creo amigo, seguiré buscando.

- Te lo agradezco Kao, hay una cosa que necesito que compruebes. – Cuando Kao se fue agradeció tener un amigo como él, después de que las investigaciones comprobaran que Prem había muerto y la prefectura había ordenado cerrar el caso nadie estuvo de su lado, los padres de Prem estaban tan inmersos en su dolor que aceptaron que esas muestras de ADN eran de él, pero Noppanut nunca se conformaría Prem nunca lo dejaría, Prem estaba en algún lugar vivo y él tenia que encontrarlo.

Noppa se sentó en la silla otra vez, sabia que algo estaba pasando por alto, había algo a lo que no le estaba prestando suficiente atención. ¿Dónde estás Prem?, dame una señal mi amor, sé que Sain no terminaría contigo de esa manera, siempre fuiste demasiado valioso como para que te asesinara así como así. Pero eran meses sin saber de él, era casi un año sin poder besarlo, acariciarlo, eran meses de angustia, meses de dolor, pero no se rendiría, si Prem pudo soportarlo, él también podía hacerlo. No lograba imaginar que amándolo como lo hacía Prem vivió sin él ocho años de su vida, él solo llevaba ocho meses y estaba a punto de morir.

Una llamada del centro de salud donde había estado internada su madre lo sacó de sus pensamientos.

- Señor Guntachai, hemos terminado de empacar todas las cosas de la señora, pero hay algo que ella le dejó aquí. ¿Puede venir por ella?, es una carta.

- Pasaré por ella ahora, en veinte minutos estoy ahí.

Noppanut Guntachai partió a la casa de descanso donde su madre vivió los últimos años de su vida, los últimos meses, ella había estado mas perdida que nunca, ya no reconocía a nadie y a veces ni siquiera se levantaba de la cama, aún así nunca perdió esa sonrisa encantadora que el adoraba. La señora Guntachai había muerto una mañana hace exactamente un mes, Noppa no fue capaz de ir a recoger las cosas de ella, quería pensar que aun su madre estaría en aquella habitación por mucho tiempo más, ella se fue en paz, no tenia recuerdos de la noche en que Sain quiso asesinarla y no podía dar pistas de lo que sucedió.

CORAZÓN ENCUBIERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora