🔮⁰5⁰🔮Como NO cuidar mascotas

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Jaeji daba brinquitos y caía sobre las flores de muchos colores y aromas llamativos varios centímetros más adelante

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Jaeji daba brinquitos y caía sobre las flores de muchos colores y aromas llamativos varios centímetros más adelante. Tomaba fuerza e impulso volviendo a saltar y estirar sus músculos para elevarse apenas en el aire y que sus suaves, esponjosas y tiernas orejas se elevarán apenas hacia arriba para caer de nuevo al suelo siendo atraída por la gravedad aplastando flores donde había caído escuchando el crujir de los tallos de colore verde firmes ceder ante el peso y quebrarse o doblarse mientras algunas de sus hojas y pétalos mas sueltos y delicados caían al pasto.

Una pequeña mariposa de color amarillo había captado la atención de sus ojitos color rojo que tenían la forma de unas canicas diminutas que la seguían en su vuelo sobre las demás flores sanas y sin rendirse en su tarea de atrapar al hermoso insecto volador volvió a tomar impulso saltando y elevando sus patas delanteras tratando de alcanzarla pero nuevamente ella voló lejos de su alcance con su delicada belleza burlándose una vez mas de la coneja.

Jaeji movió inconforme su nariz rosada al ver que no podía atrapar a la mariposa y las flores tras ella con los tallos rotos, hojas caídas y pétalos aplastados volvían a levantarse siendo sus tallos unidos nuevamente por la magia de Jimin al tener encantadas esa pequeña porción de flores en el jardín especial para que Jaeji jugara siempre que quisiera, aunque él no estuviera presente si las flores estaban encantadas anteriormente estas siempre volverían a levantarse por la magia que seguía presente en el lugar.

No puede alcanzar las mariposas pero le gustan mucho al animal, adora verlas volar y los preciosas que son, siempre soñó con volar de pequeña y por más cara de odio que tuviera cuando Jimin la hiciera flotar y dar vueltas en el aire adoraba cuando hacía eso porque sentía que nada se le podía escapar y que podría alcanzar cualquier parte que soñara, hasta que Jimin le ponía una correa para que no se fuera flotando por ahí y sus planes se veían arruinados.

Las flores de atrás estaban perfectas como antes y Jaeji continuaba saltando y repartiendo destrucción por su pequeña porción del jardín para atrapar cualquier mariposa que se le cruzara y verla de cerca, quería admiras más de cerca sus bellas alas, lo que les permitía volar con su delicada, frágil y compleja anatomía de insecto.

—Que estúpido conejo ¿Cuando se dará cuenta de que no puede atraparlas? —Hablo consigo mismo sin ser consiente de que llego a las grandes y acolchaditas orejas de Jaeji y la coneja en respuesta la miro con una cara muy graciosa para ser un conejo con el ceño fruncido de manera extraña y mostrando sus dos dientes grandes como si fueran colmillos y gruñera cuando no salía de su boca el más mínimo sonido.

Yoongi levantó ambas manos en señal de rendición y paz para dejarla volver a su tarea de seguir saltando y tratando de atrapar las mariposas que huían de ella, más que ser un sueño imposible era algo que disfrutaba hacer aunque nunca lograra su objetivo principal, la adrenalina de quedar a solo centímetros de ellas para luego caer y que ellas se fueran volando  le agradaba y le caía bien a su simple vida de mascota y amiga, pero igualmente podía apreciar las de cerca.

Hermosas, ligeras, delicadas, frágiles y libres pero sin permitir que las brisas más fuertes les hicieran daño, más bien se iban con ella a ver donde las llevaban para luego volver a casa con una nueva experiencia y una historia para contar.

Volaban alto, también bajo para estar cerca de las flores, su néctar, su aroma y sus colores atrayentes pero aún así Min Yoongi encontraba mucho más bonito el árbol que le daba sombra a su espalda donde estaba sentado y recostado de el sin quitarle la vista a la coneja porque por más lenta que fuera si le quitaba los ojos de encima 5 segundos ya no estaba allí luego.

Y no, lo único lindo y que le interesaba a Yoongi de aquel árbol no era sus flores o su linda corteza de un tono marrón muy vivo y saludable sino la sombra que le daba, perfecta para siestas con la brisa que seguían entrado a pesar de la cerca que dividía la casa del campo de trigo que la rodeaba. El viento movía todas las plantas y hojas del trigo moviéndolas y haciéndolas sonar como música de la naturaleza para sus oídos, el sonido de las hojas caer al quebrarse se sumaba y el de las campanas colgadas en hilos en las ventanas de la casa formaban una bella orquesta que hacía a Yoongi cabecear del sueño y querer que su gorro cubriera toda la luz del día para poder dormir, la mejor canción de cuna hasta ahora.

Pero vamos, es Min Yoongi, puede dormir incluso en pleno concierto si no es él quien lo da, claro. Tolera mucho escándalo y duerme donde sea todo el tiempo.

Se suponía que debía vigilar a Jaeji y darle de comer exactamente a las 4:00 todas las verduras de uno de los envases de plástico de la nevera pero tenia demasiado sueño por lo tranquilo y adormecedor que era ese lugar, tanto que sus ojos comenzaban a pesar como si no hubiera dormido 14 horas anoche y hoy queriendo todavía más tiempo para soñar.

Escuchando el ruido de las plantas viendo pisadas y quebradas por Jaeji para volver a crujir y unirse como nuevas a la lucha además de las relajantes y hermosas campanas de la casa que eran como una perfecta canción de cuna para el cerro sus ojos rendido por el llamado de su sueño.

Pero no le duró mucho, apenas cerró sus ojos unos momentos, unos segundos y fue casi como un pestañeo largo que quiso extenderse cuando ya sintió algo suave contra su mano que descansaba sobre su pierna, sintió algo peludo y espojonsito como un nube tratar de despertarlo y si abrió sus ojos apenas sintió ese cosquilleo en su mano desnuda.

Sus ojitos observaron a Jaeji a su lado, si hace solo segundos estaba entre las flores y ahora... comienza a dudar de que tan largo fue ese pestañeo.

La coneja lo mira de un modo que llega su alma con tristeza y le duele verla con esa carita triste, sus orejas caídas le dan un toque perfecto y de pena a sus ojitos suplicantes más grandes de lo normal y su boquita abierta mostrando sus dientes, no entendía porque la abría hasta que escucho una voz femenina en su cabeza.

Tengo hambre. —Fue lo único que dijo y enserio Yoongi pensó que el animal lloraría si no comía algo en los próximos minutos por su expresión.

Reviso rápido la hora notando que eran las 4:05 preguntándose por qué el tiempo avanzaba tan rápido ahora.

Se levantó acariciando la cabeza de Jaeji y se remango la camisa porque había dado unos pasos pero de la nada la coneja lucía muy débil, no se había movido ni un centímetro por lo que tuvo que arreglarse para cargar la agradeciendo estar en muy buena forma a pesar de ser un flojo total que ama dormir y solo dormir gracias a su trabajo.

También ama su música pero su cama siempre será su primer amor, algo así como un amor platónico que no debería de tener.

—Vamos, y ¡Arriba! —Con mucha fuerza y venas marcándose en sus brazos cargó a Jaeji, debía admitir que si era muy pesada pero no era lo que aparentaba.

Es pesada pero su apariencia la hace lucir más, en realidad se sorprendió al notar que si la podía cargar sin romperse la espalda, estaba seguro que el hijo de su primo de 5 años que cargó una vez pesaba más que la coneja.

Con toda esa bolita adorable de pelos entre sus brazos que parecía deshacerse como agua dentro de una bolsa camino a paso lento hacia la casa cerrando la puerta corrediza de vidrio con un pie al tener sus mano ocupadas. Entro a la sala y dejo a Jaeji en la gran almohada blanca que usaba de cama en lo que él iba por la comida.

Abrió la nevera y adentro habían un montón de envases de plástico iguales con montones de verduras picadas dentro, se pregunto por que tenia eso así cuando simplemente podía lavarlas y dejarlas en una bolsa para sacarlas luego pero decidió ignorarlo pensando que preguntaría luego si es que se acordaba y tomo uno de los tantos que había.

Abrió el envase oliendo si contenido para saber si tenían algo raro como alguna medicina porque Jaeji realmente se veía mal, lucían y olían como verduras completamente normales, frescas y en buen estado.

Alzo los hombros sin cuestionar nuevamente a Jimin porque últimamente todas sus costumbres raras tenían una explicación casi lógica así que acredito sus estado al hambre y a los cinco minutos que se le pasó el tiempo.

Dejo el tazón en frente de Jaeji para que ella comiera como cuando llegó y la alimento por la nota dejada por Jimin ¿Tan poco tiempo había pasado? Se sentían como semanas en realidad, casi meses y no solo días como si se conocieras desde hace una eternidad y eso le daba una sensación cálida a Yoongi en el pecho que ignoro.

Sus días eran tranquilos pero hablaban mucho además de las cosas extravagantes de Jimin y él siendo él como siempre, era raro y lindo verlos juntos ya que eran como muy distintos pero con un poco del otro.

El Ying y el Yang paso por su mente y una sonrisa se esbozo en su rostro mientras veía a Jaeji comer y su teléfono comenzó a sonar.

Se fue hacia la cocina quitándole los ojos a Jaeji quien se veía mucho más sana y con más energía mientras comía y contesto más alegre todavía al ver que era Jimin de quien se trataba.

—¿Cómo va todo enanin? —Dijo en tono burlesco solo para escuchar a Jimin molesto hacerle un berrinche.

¡Que no soy un enano! ¡Solo soy un centímetro más bajo que usted! —Se quejó al otro lado pero más que sentirse regañado fue enternecedor por su dulce voz.

—Un solo grano de arena puede inclinar por completo la balanza. —Se hizo el sabio y escucho a Jimin suspirar al otro lado.

Ya deja tus frases de películas, ya voy a casa ¿Como esta mi bebé?

—Oh~ estoy muy bien Minnie, gracias por preguntar. —Empezó a reírse más, le encantaba molestarlo y jugar con el.

¡Hablo de Jaeji! —Yoongi volteo a ver donde había dejado a Jaeji hace 0.292824939299 segundos y ya no estaba.

¡O DIOS MIO! ¡ME VA A COLGAR Y ME DARA DE COMER A LOS CUERVOS!

Porque Jimin molesto podía ser aterrador, lo descubrió cuando Jimin lo encontró fisgoneando en sus cajones y luego de una extremadamente corta discusión acabo siendo una bola de pelos con ojos dorados recibiendo abrazos.

—Eeh... Jaeji está en perfect...

Voy para allá, y más rápido. —Jimin colgó la llamada y Yoongi observo su teléfono con terror.

Le dejo todo a mi hijo Min Holly, pongan eso en mi testamento por favor.

—¡Jaeji! ¡Ven aquí coneja pulgosa o me aseguraré de que lo único que comas sean pimientos! —Amenazo pero ni un solo ruido se escuchó en la casa.

Solo silencio, y más silencio... y luego sus pasos desesperados y rápidos por toda la casa revisando cada cuarto buscando a Jaeji dando portazos con cada puerta sin recordar que hubieran tantas habitaciones cuando la casa no era tan grande como si conspirara en su contra y a favor de la coneja.

No podía ir tan lejos, de hecho no sabía cómo pudo desaparecer de la nada ¿¡Y si ahora era invisible!? ¡Ya no sabe que creer o que podría ser posible y que no!

—¡Jaeji! —Grito asomándose bajo su cama pero lo único que vio fue una media con bollos de arroz estampados que no era suya y polvo.

Se levantó y justo cuando fue a revisar la cocina por segunda vez la puerta sonó con fuerza, Yoongi giro a verla como si la misma muerta la estuviera tocando y luego fue hacia la de corrediza de vidrio que daba atrás, que no cerró bien al parecer y estaba semiabierta.

Mierda y más mierda.

—¡Abre la puerta Yoongi! —Grito una voz perteneciente a Jimin que sostenía unas bolsas y Yoongi forzó la sonrisa más falsa que pudo y fue abrir moviéndose como un robot.

Abrió la puerta y Jimin estaba allí con una mirada seria y sin su típica sonrisa en sus labios y sus mejillas regordetas que daban ganas de agarrar y estrujar como masa de pan o pizza.

—¡Hola Jiminie! Que sorpresa ¿Que te trae por aquí? —Pregunto soñado ridículamente simpático y falso para luego darse una patada triple en su mente.

¿Que te trae por aquí? ¡Pero que ridículo sonó eso! ¡El vive aquí! ¡Claro que el muy imbécil estará aqu...

—¿Y Jae... ¡Ah, mi bebé! —Grito muy agudo y enternecido, casi con azúcar en su voz al ver a Jaeji siendo adorable solamente con respirar estar en el suelo, allí quieta de manera inocente como si nada hubiera pasado.

Yoongi miro asustado a donde estaba la coneja pero luego solo centro sus ojos en Jimin tratando de lucir lo más natural posible para que no supiera que la había perdido, si ella no decía nada entonces todo bien.

Aquí no paso, naaaada y ustedes no vieron nada.

—¿Como has estado mi bebé? ¿Ya comiste? —Pregunto cargándola como si pesara una pluma y parecía hablarle a un adorable pero molesto bebé con es tono tan empalagoso que Yoongi no toleraba.

La única excepción que hacía era con Park Jimin, pero él no debía de enterarse de eso tampoco.

—Ya comió, y está bien ¿No quieres que te ayude con eso? —Señalo las bolsas a los pies de Jimin llenas con quien sabe que porque eran de color ocultando el contenido y Jimin cargo a Jaeji con solo un brazo como si fuera bebé mientras buscaba algo con el otro en el bolsillo de su abrigo.

—No hace falta, yo me encargo ¿Me la sostienes? —Le ofreció a Jaeji y aceptó pero esta vez por razones extrañas estaba todavía más liviana, incluso podría tirarla al aire y atraparla como hacían los padres con sus bebés que no le temían a la ONU y a todas las sociedades de protección infantil con acrónimos que no mencionare.

Jimin sacó su abanico y Yoongi se hizo a un lado, las bolas se elevaron en el aire y una por una entraron a la casa en una ordenada fila recordándole a esas viejas películas de animación de princesas de Disney que se vio con su sobrina donde había magia y veía objetos de cocina moverse preparando pasteles o limpiando mientras estabas iban a la cocina y quedaban en el suelo de manera delicada.

—Faltaba en la despensa ¿Quieres algo de té? —Pregunto mientras la puerta se cerraba sola tras el de un portazo con una sonrisa y Yoongi estaba seguro que si no hubiera todo es rollo de la magia al ver una puerta cerrarse así saldría corriendo buscando a un exorcista.

Quizás debería buscar uno para Jimin, y para todo el pueblo, quien sabe.

Yoongi tratando de ocultar su nerviosismo solo respondió con una sonrisa incomoda:

—Preferiría un café, grande y fuerte.

—¿Sin azúcar?

—Sin azúcar por favor.

¿En qué más has convertido Park?


¿En qué más has convertido Park?

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Witchery || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora