"Cuando los abusos llegan hasta cierto punto sin que haya un reformador, entonces Dios consentirá la aparición de un destructor"
Antonio Aparisi
El sonido de la porcelana rota hizo eco en la habitación donde solamente estaba ese hombre y aquel niño cuyo nombre significa "noveno". La bofetada que recibió directamente en su mejilla, le hizo girar el rostro y apretar los dientes, mientras que la taza de té de porcelana se hacía añicos en el piso.
No era lo único roto en ese lugar, pero si lo más nuevo; Shen Jiu sabía perfectamente que cualquier señal de sublevación terminaría de manera violenta, cualquier palabra o cualquier mirada que no fuera del agrado de su interlocutor agrava cada vez más los abusos que recibía.
El otro joven tiró varias patadas hacia su cuerpo, Shen Jiu sabía que debía cubrirse la cabeza lo mejor que pudiera, incluso si sus costillas quedaban rotas. Pero esta vez parecía que el otro estaba cansado de golpearlo y en su lugar, su mano se cerró sobre el cabello, atrayéndolo hacia él.
— Me aburro mucho, supongo que tengo que encontrar otra manera de ver que seas divertido.
La excusa había sido el té mal preparado, pero sabía que más bien, sólo estaba buscando otra manera de torturarlo.
Lo lanzó hacia un lado, haciendo que rebotara sobre el piso pero no le dejó ninguna vía de escape, poniéndose sobre su cuerpo. Una de sus manos tomó las muñecas contrarias, inmovilizandolas sobre su cabeza y los ojos del otro joven lo escudriñaron con una fascinación extraña que hizo que Shen Jiu se estremeciera de asco.
Entonces, el adolescente que respondía al nombre de Qiu Jianluo habló — Hoy escuché a un hombre decir que podría ofrecer bastante dinero por divertirse contigo.
Esta aseveración provocó que le mirara con ira, recibiendo a cambio otra bofetada y un golpe en la nuca por el empujón hacia el suelo. Sabía lo que significaba: muchos de los otros esclavos habían sido vendidos a burdeles y aunque pensó que su situación podría empeorar, no había querido imaginar está opción en particular.
Por más acostumbrado que estuviera al dolor y al sufrimiento.
Él había nacido y se había criado en las calles, no muy diferente del resto de los huérfanos con los que había estado antes de llegar a esa casa en calidad de animal comprado. Su nombre se lo habían dado al ser el noveno esclavo y realmente lo odiaba; sentía que no le daba un sentido de humanidad siendo solo un número más.
Su constitución siempre había sido pequeña y débil, un niño delgado también por no haberse alimentado cómo debía durante sus primeros años. Su rostro era agraciado, el primer brote de una flor que revelaría a un hombre atractivo en el futuro y aunque lo detestaba, pronto aprendió que esto sería una llave para obtener lo que quería; era fácil ver a las mujeres compadecerse de un pequeño niño que parecía que iba a morir en cualquier momento y sollozaba en medio de la calle. No sabían que todo eso era una pantomima aprendida desde el principio, había estado dando todo lo que tenía y utilizando cualquier cosa para poder sobrevivir.
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Serendipia
FanfictionLuo Binghe ha vuelto a su propia dimensión después de haber probado la miel de una vida con un Shizun que no le correspondía. Sin embargo, no es la primera vez que toma las riendas de su propio destino y masacra lo que sea con tal de obtener lo que...