Capítulo 3 - Ráfaga

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El tiempo es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos.

-John Randolph

Lentamente los pobladores se acercaron al matadero

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Lentamente los pobladores se acercaron al matadero. 

La sangre y los cuerpos quemados dejaban un hedor que se extendía, permitiendo que el viento llevara las macabras pistas de una noche de infierno para los Qiu. Nadie esperaba nada, pero unos cuantos se ofrecieron a remover los escombros y las cenizas, mover los cuerpos para tratar de darles al menos un intento de entierro digno, sin embargo, del fondo de la mansión de los Qiu, voces llorosas se comenzaron a escuchar y lo que nadie imaginaba pasó: Las mujeres se habían logrado salvar sin saber cómo, solo habían despertado en un cobertizo polvoriento como si las hubieran inducido a un sueño profundo. 

Ninguna de ellas recordaba nada, pero parecía que el hecho de no haber participado en las torturas a Shen Jiu, les había salvado la vida aunque fuesen totalmente ignorantes de ese hecho.

A kilómetros de ese lugar, un par de personas continuaban caminando. 

La más baja había sido muy clara en las condiciones de su venganza y el hecho de que el otro hombre las hubiera cumplido todas, sin pedir nada más que su compañia, le había ganado puntos a sus ojos. Shen Jiu seguía internamente fascinado por el giró de los acontecimientos y el regocijo que le llenaba el pecho al ver cumplida su fatídica petición.

Las palabras de Luo Binghe acerca de que había cultivado y que tenía su propia secta lo tenían a la expectativa. Recordaba que el hombre alto le preguntó si estaba interesado pero no tuvo tiempo de responder, por esta razón, aunada a su infinita curiosidad, le hizo mirarle de soslayo sólo para darse cuenta de que le devolvía la mirada con intensidad, haciendo que el arisco adolescente frunciera el ceño y tragó en seco —¿Qué te parece tan interesante en mi cara? ¿eh?

La sonrisa ladeada del atractivo rostro fue lo que obtuvo por respuesta primero y luego unas palabras en un tono de miel — Nada, nada. Estaba pensando en que detecté energía espiritual en tu cuerpo anoche, cuando te cargaba.

Esto hizo que Shen Jiu fuese cauteloso, no se suponía que su "magia" fuera algo que conocieran las personas. Sintió repulsión por un momento: esa había sido la razón con la que lo habían entregado a ese cerdo desgraciado luego de atacar a sus caballos. Trató de controlarse pero definitivamente su rostro fue transparente para alguien como Luo Binghe.

El mayor no espero una respuesta — Tienes 13 años o cercana a esa edad si no me equivoco, es perfecto para comenzar a cultivarse.

Lo había dicho casualmente, con un tono más bien plano, pero la reacción que provocó en el adolescente fue exactamente la que estaba buscando: En los ojos de Shen Jiu, un halo de fascinación, interés y curiosidad se dejó ver en medio de su carácter y de su aparente molestia.

Si algo sabía el protagonista ennegrecido, era que una de las principales causas de su sufrimiento a manos de Shen Qingqiu, era su extrema envidia y el no poder aceptar que había personas mejores que él. Obviamente este discípulo había superado con creces a ese Shizun, tomando incluso su vida entre sus manos para terminarla como mejor le parecía. Solo que ahora no estaba tan seguro de que terminarla como lo hizo hubiera sido la mejor opción, pero ¡hey! Él era dueño de su destino y si quería a Shen Qingqiu otra vez, nada se podría interponer en su camino.

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