N/A: El capítulo final saldrá mañana, este es el penúltimo, y antes de que termine la historia quisiera dar un pequeño agradecimiento a todas las personitas que votan y dejan algún comentario, de verdad me hace feliz saber que le gusta la historia ❤️❤️ y lamento si a veces no respondo, la verdad es que a veces no sé qué decir 😅
Eso es todo, sigan leyendo tranquilxs 💕💕
♣️♣️♣️
Cuando llegaron a Los ángeles lo primero que hicieron fue comprar comida.
Estuvieron viendo los lugares turísticos de la ciudad y después fueron a descansar a su hotel, nuevamente la suerte brillaba para Yoongi porque Hoseok le ofreció que compartieran cuarto y él sin duda aceptó.
Lástima que ese cuarto si tuviera dos camas, pero bueno, Yoongi no podía tentarle tanto a la suerte.
— ¡Yoongi Hyung! Tengo que juntarme con la chica que le dije así que no volveré hasta la tarde, por mientras siéntase libre de hacer lo que quiera — Hoseok le sonrió antes de revolver su cabello e irse del lugar, Yoongi decidió que lo mejor que podía hacer era quedarse en su cuarto y dormir.
Cuando despertó ya estaba oscuro y había una pequeña brisa fresca que lo hizo temblar en su lugar, se levantó pensando que había dejado una ventana abierta pero en realidad el frío venía de la puerta del balcón.
Se acercó para cerrarla cuando vio a Hoseok sentado en una de las sillas, el chico miraba el atardecer con una sonrisa en sus ojos, sin pensarlo mucho Yoongi lo saludó y se sentó a su lado.
— ¿Cómo fue tu día?
— Increíble, Becky es muy genial, incluso si no soy bueno en el inglés ella trató de hablar en coreano — Hoseok dejó escapar una pequeña risa — Ella era muy linda, aunque debo admitirlo, muchos bailarines también lo eran.
Yoongi no pudo evitar sonreír al escucharlo, cerró sus ojos y dejó descansar su cabeza sobre la silla.
— ¿Y yo también soy lindo?
Oh, mierda... ¿¡Eso lo dijo o lo pensó!?
Yoongi pudo sentir como su corazón se aceleraba por el miedo.
Hoseok soltó una pequeña risa, cuando Yoongi se giró el chico le sonreía.
— Tú eres el chico más lindo que he conocido en mi vida, Yoongi.
Ah, gracias a las estrellas lo dijo y no lo pensó, con una sonrisa tímida Yoongi bajó la mirada y por inercia buscó la mano de Hoseok, siendo esto algo que siempre hacía para calmarse, sin preocuparse Hoseok tomó su mano y Yoongi no pudo evitar sentirse feliz.
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.
.Estuvieron cinco días en Los Ángeles antes de volver a Corea, Hoseok había acordado sacar el single en unos días más y apenas llegaron a su país Hoseok invitó a todo el grupo a una cena por agradecimiento a que lo acompañaran y apoyaran.
La cena salió increíble, el ambiente entre los siete era armonioso y ruidoso, cada uno parecía disfrutar la compañía del otro.
Después de comer Hoseok los invitó a un lugar que él amaba, todos se sorprendieron al ver que era un laberinto de espejos.
— Ah, ¡este es mi paraíso! — Gritó Seokjin mientras entraba al lugar, Yoongi no pudo evitar reírse, más su sonrisa desapareció al ver en el reflejo a Seokjin con el cabello rosado.
¿Qué mierda? El chico estaba rubio ahora, e incluso si fuera por las luces del lugar...
Confundido se giró a ver a Namjoon, quien estaba pagando por las entradas, en su reflejo el chico tenía el cabello gris y Yoongi casi se desmaya.
¿Qué? ¿Qué estaba-
— ¡Chicos vamos! ¡Namjoon Hyung ya pagó las entradas!
— Jungkook quiere esperarlo, tonto— Jimin golpeó levemente a Taehyung y este se quejó antes de que Jimin lo abrazara y este le devolviera el abrazo.
Con miedo volvió a girar su vista a los espejos, Jimin en el reflejo tenía el cabello rubio y eran muy obvias sus orejas típicas de un perrito, acompañas con una cola que se agitaba emocionada por el abrazo de Taehyung.
— Namjoon Hyung ya vámonos — Jungkook tomó del brazo a Namjoon para llevarlo a la entrada y Yoongi vio... Vio al otro Jungkook, con sus orejas de conejo altas y alegre.
Una mano en su hombro hizo que saltara en su lugar, al ver a Hoseok, a su Hoseok. Sintió que podía respirar mejor.
— ¿Te sientes bien?
— Si, es solo que siempre me pierdo en estas cosas. — Mintió, Hoseok le sonrió extendiendo su mano.
— Si vamos juntos no te perderás.
Dudoso, aceptó, pero su corazón seguía acelerado mientras entraban al lugar, Yoongi mantenía su vista en el suelo, negándose a ver su reflejo o el de Hoseok.
Pero en un momento su respiración comenzó a fallar, y en menos de un parpadeo su mano ya no estaba con la de Hoseok, ahora estaba en un lugar completamente oscuro.
— ¿Qué estás haciendo?
Una voz parecida a la suya lo sacó de sus pensamientos, al girarse se vio a sí mismo, pero suspiró al reconocer al otro chico.
— Ah, Suga, ¿No?
— Que mierda te importa — El otro gruñó, Yoongi ni si quiera se sorprendió — Ahora, ¿porqué mierda no estás... Con ese otro sol?
— ¿Eh?
— Ese otro sol, el de tu mundo — Suga suspiró — Viajas a mi mundo tratando de robarte a mi sol ¿Y en tu propio mundo no haces nada?
— Es complicado.
— No lo es, se nota que ese sol te quiere tanto como mi sol me quiere a mí — Dijo el contrario con orgullo — Así que ¿porqué no has hecho nada?
Se escuchó un grito de lejos y Suga maldijo a lo bajo.
— Nadie sabe que hice esto, pero me parecía muy patético ver a mi yo de otro mundo sin tener las bolas para salir con su sol — Suga suspiró — Mira, sé que te mundo es distinto al mío, sé que no todo es igual... Y que nosotros no somos tan iguales como parece, pero mi sol tampoco es igual al tuyo, ese sol nunca me amaría a mi... Pero si a ti, se nota en sus ojos, así que no arruines la oportunidad que te están dando.
Suga desapareció, y no pasaron muchos segundos antes de que Yoongi se sintiera cansado y se tirara al suelo, cuando volvió a abrir sus ojos Hoseok lo miraba preocupado.
— Gracias a Dios — Hoseok suspiró, poniendo su mano sobre la mejilla de Yoongi. — Yoongi, me habías dado un terrible susto.
Hoseok juntó sus frentes y Yoongi suspiró, sintiéndose aliviado de tenerlo a su lado.
Suga tenía razón, ese chico lo amaba, y no tenía nada que perder si lo intentaba.
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Min Yoongi In Seoul Town
Fanfiction[La portada es del artista Takashi Murakami, es el mismo creador de las flores que Hobi suele usar] A veces los sueños están más cerca de la realidad de lo que creemos.