⚜️Prólogo⚜️

759 55 5
                                    

Todo está oscuro y una paz interior le invade, a pesar de la situación la cual se encuentra. Siente adicción por lo obtuso, y es uno de los pocos momentos que disfruta, esos con ausencia de luz. Son los mejores.

Coge aire sin tiempo para pararse a pensar como va actuar, o por donde le va a llover, pese a todo, no tiene miedo. Es más, lo disfruta. La adrenalina tiene un efecto revitaliante en él y los segundos previos del golpe, son los que más goza.

Piensa, pero no en la técnica, ni como es mejor entrar, si por la derecha o por la izquierda; tan sólo piensa en aquel kebap que Killua le prometió. Por lo que pretende no hacer mucho espectáculo, quiere acabar rápido, le ruge el estómago.

Retiene el aire recogido anteriormente.

Expulsa y respira rápido.

Ojos abiertos y... que empieza el espectáculo. Pasea su mirada en la sonrisa de superioridad del contrincante, solo por eso, el sabe que intentará pegarle primero y el monstruo lo espera ansioso. Un puño color rojo vuelve a su cara pero la bestia reaciona más rápido, lo esquiva y golpea sin darle tiempo al otro a darse cuenta si quiera que está ya sobre él. Golpea en el estómago de su contrincante dos veces, el nombrado se arquea pero la bestia ni se inmuta. El colorado se aturde y el puño del moreno le impacta en su mandíbula de nuevo, dejandola desubicada, hasta el punto de que su vista se nubla y lo último que vea sea una melena puntiaguda.

Uno, dos, tres, cuarto, cinco... Resuena en el pabellón el nombre del muchacho con diez victorias a su favor y ninguna derrota. El árbitro agarra su puño desnudo y sangrientado, y la eleva. No sonríe, no parece feliz de su victoria, mantiene sus labios formando una dura línea en ellos.

—¡Y otra victoria más para Gon Freecss y compañía, la familia Zoldyck, señoras y señores!—y pensar que el nombrado solo pensaba en ese rollo de carne con lechuga y salsa de yogur que le esperaba en la salida con compañía de un albino muy, pero muy especial.

La multitud ruge a causa de la décima victoria del monstruo, este se aleja y salta las cuerdas del cuadrilátero. Anda a paso rápido por la pasarela oyendo los silbidos y apuestas del populacho, pero el sigue con su pacífica e inexpresiva expresión. Desde lejos divisa a la famosa cabeza de la familia Zoldyck hablando con la prensa que vino a verle, mientras que un albino le espera acostado en una pared con una sonrisa.

Empieza a acelerar su paso con ya una sonrisa de oreja a oreja plasmada en su rostro, para luego recibir un abrazo el cual le decía "felicidades, lo volviste hacer".

Con eso ya volvía estar en paz, otra vez.

Pero... ¿esa paz durará por mucho tiempo?
¿o habrá secretos y personas que tenga que conocer para volver sentir aquella paz?

El Monstruo | killugonkilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora