Capítulo 5: Mi primer amigo

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Partidario de acercarme siempre
a las personas frías
porque en ellas se oculta
el mejor fuego.
—Un libro cualquiera

[⚜️]

—¿Como le fue con los resultados, señor?

Perfectos. Está racionando bien al ácido fólico, pero al parecer su agudeza mental ya estaba sobrepasada. Apostaría a mi mujer que es igual de inteligente o más que Killua.

—Suena bastante bien, señor. —Gon estaba en otra de sus largas sesiones de pruebas, aunque esta vez le habían puesto hacer ecuaciones y le habían colocado un casco de metal con cables que sobresalían de este, a saber para qué. Todo era números, letras, números, letras, números... a tomar por culo todo.

Ni si quiera eran difíciles. Le menos subestimaban.

—Gotoh, ve directo al grano, digo yo que no habrás venido aquí solo para preguntarme eso, ¿verdad?

—Si, señor. Lo siento por interrumpir pero, uno de los peces gordos llamó para hacer un "pedido". —Silva no hizo el más mínimo esfuerzo en preguntarle a qué tipo de "pedido" se refería. Suspiró cansado. Estos millonarios realmente no sabían en qué gastarse su dinero.

—Manda esta vez a Killua, hace tiempo que ese niño no va a una misión.

—Entendido, señor. Con su permiso, me retiro.

Tan rápido como llegó, salió por la misma puerta con cautela mientras el personal seguía con su trabajo y Silva seguía observando el panel donde salía los resultados del moreno.

Gon le parecían las preguntas demasiado fáciles, era la tercera vez que hacía un examen parecido al IQ y era la cuarta vez que repetí un problema de secuencia Fibonacci. Las matemáticas no eran su fuerte pero eso hasta lo podría hacer un niño de tres años.

*Nota de escritora: el IQ es un examen de inteligencia general que la mayoría de las universidades se lo hacen a sus estudiantes para saber a qué nivel intelectual están; y la secuencia de Fibonacci es un problema matemático sobre secuencias ordenadas de números.

Lo que si le gustaba hacer era Biología, Ciencias, Arte, todo lo que se relacionara con los animales e historia. También había cogido un interés en la fotografía e idiomas desde que su tía le contó sobre las historias o viajes que hacía su padre por el mundo. Se había puesto de meta en buscarlo cuando llegara a mayor edad, pero al parecer eso no podrá ser si no logra escapar de aquel lugar.

Y vivo.

—Señoritas, muevan el culo y terminen de zamparse su bocadillo. Es hora de trabajar. Tenemos muchas investigaciones atrasadas y si no se dan prisa les daré de cebo al perro, ¿entendieron?—mandó autoritario Silva a su empleados, quiénes casi se atragantaron al terminarse su almuerzo de un bocado e irse a sus puestos—¿Quién me mandó contratarlos? Si es que lo único que hacen es comer, ya los hubiera matado hace tiempo...

Estresado, el hombre volvió al monitor a observar la riqueza de conocimientos que guardaba aquella criatura de pelo puntiagudo. Y pensar que con un cerebro tan pequeño podría esconder tanto. Le recordaba un poco a su tercer hijo.

—J-Jefe... hay un problema con dos-veinticuatro "A"...—habló uno de sus perros científicos que parecía que se iba a mear en cualquier momento por el miedo. Solo meneó la cabeza, señal para que siguiera. Con pudor, tragó saliva y habló de nuevo—S-Sus niveles de endorfina han estado bajando con el paso de los días, y-y su seretonina esta siguiendo el mismo ritmo... Si sigue así... p-podría morirse por un bajón de depresión. —la palabra morirse fue lo que alarmó los sentidos de Silva.

El Monstruo | killugonkilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora