Capítulo 6: Tijeras

246 24 30
                                    

Pequeñas cosas marcan la diferencia.
Solo una desconocida

[⚜️]

—¿Que te pasa, polluelo? ¿Por qué esa cara de preocupado?

—No lo sé, Himeko...—la ave desde que había entrado por la ventana había encontrado a su pequeña cría perdida en sus pensamientos, y la traía un poco preocupada—En la madrugada me había despertado.

—¿Y? ¿Eso no es normal? Digo, sé que tienes problemas de dormir que no son normales, ¿pero acaso eso no pasa siempre?—el moreno negó con la cabeza, salpicando a la lechuza con su pelo mojado. Recién salido de la ducha.

—El problema es que no me había despertado yo solo, me había despertado un olor muy fuerte a hierro... parecido al de la sangre...—hizo una pausa dramática que le hizo aletear las alas frenéticamente a Himeko de los nervios—Y no se... el olor no pasaba más de mi puerta, pero si mi olfato no falla, la cosa o persona debió haber pasado mucho tiempo ahí parado... era como si me estuviera esperando y se hubiera cansado...

—¡Ayyyy~! ¡Pero no lo cuentes de esa forma, que me haces asustar! ¡Si tuviera pelo ahora tendría la piel como una gallina!

¿Pero acaso la gallinas no tienen la misma piel qué ella?

Pensó disimuladamente mientras agarraba su pasta de dientes para cepillarlos y vestirse rápido.

—Pero no se, me preocupa que te pueda pasar algo... esta familia me da malas vibras, es como si tuvieran secretos escondidos por toda la mansión. —susurró lo último como si temiera que alguien los escuchara, olvidándose del pequeño detalle que la única persona que la podía entender era Gon.

—La próxima vez tendré cuidado, y... ¿que te iba a decir?—mencionó lo último olvidadizo, diciéndolo en voz alta más para él que para la lechuza—¡Ah, si! ¿Descubriste algo más?

—Mmh...—pensó la nombrada, intentando hacer memoria de ayer desde que había salido el sol hasta que se había ido a descansar—Vamos a ver, no es que descubrí algo más, si no que vi algo extraño...

—¿Algo extraño?

—Vi a un chico de pelo corto hablando con el pendejo que te tiene encerrado aquí, sinceramente me sorprendí un poco.

—¿Akasho egh aguien que conoges o aguien esgpetial?—preguntó Gon con agua en la boca para enjuagarse y echarse agua al rostro para despertarse un poco. 

—Mmh... no exactamente. Es solo que me dio curiosidad porque era uno de los hombres que te había secuestrado cuando seguías en la isla y no lo había vuelto a ver desde que te dejo aquí...

—Seguramente me caerá mal si es uno de los que mató a Mito-san y a Abu. —solo nombrar sus nombres le causaba un picor en la garganta, como si tuviera algo que lo estuviera impidiendo tragar bien.

—¿Quieres que averigüe algo de él? Sabes que puedes contar conmigo. —dijo cariñosamente mientras se posaba en el hombro de Gon para dejarle claro que le daba todo su apoyo y amor ante cualquier cosa.

—No hace falta. Si está aquí seguramente lo vea por los pasillos o en el laboratorio, ¿te acuerdas de cómo era su cara?

—Ufff... siendo sincera, me parecía una muñeca. Su piel era tan blanca como la porcelana y tenía dos grandes ojos negros, tenía aspecto fino pero en todo el tiempo que lo estuve observando no le vi hacer ninguna expresión, era como un robot. —mencionó pensativa la lechuza mientras le ayudaba al menor atarse los cordones—Más tarde te volveré a visitar. Avísame si descubres algo.

El Monstruo | killugonkilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora