Capitulo 7

1.7K 169 32
                                    

Horacio

Me llegó un mensaje de Vokov.
Me incitaba a un voldka para supongo hablar con él del maldito mensaje que le mandé. Joder, debo apagar el telefono cuando beba.

Sin embargo, aunque estaba dolido y resentido con él, no podía evitar querer verlo y pasar tiempo a solas.

Acepté su invitación y le dije que a las 22, cuando acabara su turno me pasaría a buscarle a comisaría para llevarle a casa.

Dejé a Conway y a Gustabo aún dormidos en el sofá, aunque no creía que fueran a tardar en despertarse. Aproveché y le di un besito al súper en la frente. A lo que soltó un "capullo" entre dientes, aun dormido. Sonreí al verle tan cómodo en el sofá, su cabeza dando con la de Gustabo, que seguía abrazado al peluche.

Me monté en el coche y conduje a mi casa. ¿Debía ponerme algo especial? ¿O ir con ropa normal? El saldría de servicio y estaría con el traje de comisario.

Al llegar me duché rápidamente y le di de comer al perro. Jugué con el hasta que era hora de cambiarse para buscar al ruso. Me quedé de pie frente al armario

H: A ver, Horacio... yo me voy a ser sincero... para ir demasiado arreglado no es la ocasión...

Me reí al hacer el símil con la frase que usó para rechazarme porque prefería eso antes que desmoronarme al pensarlo como había hecho otras veces. Sacudí la cabeza para despejarme: ropa, eso es lo que tenia que hacer ahora. Me puse un pantalón gris con un jersey de cuello alto negro y unos zapatos negros también. Los únicos que tenía.

Cuando llegué a la comisaría estaba a punto de salírseme el corazón por la boca, y cuando le vi tirar de la manilla para subirse en el asiento del copiloto ni hablemos.

V: Buenas noches.

No contesté, solo arranqué. Cuando llegamos a su casa y me bajé del coche tomé una bocanada grande de aire, el ambiente en el vehículo era insufrible. Subimos a su piso y recordé la noche que me emborraché ahí.

Me invitó a sentarme en el sofá mientras servía los vasos de vodka. No le dio tiempo a sentarse a mi lado cuando ya había bebido de un trago la primera copa y estaba sirviéndome una segunda.

V: Wow, vaya despacio, Horacio, este vodka es fuerte.

H: necesito fuerzas para afrontar la conversación que va a suceder pronto.

El asintió y también bebió su vaso de un trago. Estábamos callados y bebidos hasta tres copas mas antes de que alguno de los dos se dignara a hablar, aunque no fue la mejor forma.

H: ¿cuánto tiene que beber para pedirme perdón de una vez por todas?

V: ¿disculpe?

H: Usted ne reconoció que tenía razón. No se si era a lo de que es un gilipollas o a lo de que me debe una disculpa, aunque ambas cosas están muy ligadas.

V: mire, Horacio, no le he invitado a mi casa y a beber vodka para que me insulte, sinceramente.

H: ¿Ah, no? ¿Y para que ha sido? ¿Para beber vodka y empezar a hablar como si no hubiera pasado nada, como si no hubiera desconfiado de mi? ¿Para decirme que ahora sí esta preparado, que me ama y que quiere empezar una relación conmigo hoy mismo?

Semper fidelis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora