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Aron POV



Abrí los ojos y Madison no estaba a mi lado, miré el reloj de la mesa de noche y marcaba las 8:35 de la mañana, era muy temprano para que se hubiera levantado en sábado, lo más extraño fue que no me despertó como acostumbra. Estaba a punto de levantarme cuando escuché que abría la puerta de la habitación y me hice el dormido. Sentí que se sentó a mi lado y acarició mi frente, después me dio un suave beso en los labios.



– Feliz cumpleaños, mi amor, el desayuno está listo – susurró en mi oído.

– ¿Te levantaste temprano sólo para prepararme el desayunó? – pregunté abriendo los ojos finalmente.

– Claro, es tu cumpleaños y me toca consentirte – respondió acariciando mi nariz con la suya.

– ¿Y qué preparaste?

– Jugo, fruta y pan cakes.

– Rico, pero a mí se me antoja otra cosa – dije acariciándole la mejilla.

– ¿Ah sí?, ¿puedo saber que se te antoja?

– Algo más jugoso, dulce y delicioso – respondí tomándola de la cintura para subirla en mí y después me di una vuelta para quedar encima de ella – tú te me antojas.

– Eres un goloso, ¿lo sabes? – exclamó con una risita.

– Sí y tú eres mi golosina favorita.


Nos besamos apasionadamente mientras mis manos acariciaban sus senos por encima del pequeño camisón que traía puesto y frotaba mi sexo contra el suyo, deslicé mi boca por su mentón y luego me comí su cuello, deleitándome con su sabor y sus gemidos. Sentí como sus manos bajaban mi bóxer y yo hice lo mismo con su bikini. Froté su triángulo con mi miembro en tanto subía el camisón para disfrutar de sus senos, Madison se levantó para quitárselo y después me acarició la espalda al tiempo que nos besábamos nuevamente.

Entré en ella y se arqueó al sentirme, enterró sus uñas en mi espalda y yo lancé un quejido al sentirlas, comencé a moverme lentamente en tanto la miraba, ella me sonrió y acarició mis mejillas, enmarañó mi cabello y yo sonreí siguiendo con mis embestidas, sus manos bajaron a mis nalgas para impulsarme a profundizar más.


– Te amo Aron – exclamó entre gemidos.

– Yo te amo a ti Madi – respondí con la voz entre cortada.

– Sigue amándome Aron... así... como me gusta.

– ¿De verdad te gusta, Madi?

– Me encanta Aron... hazme tuya... no pares.

– Eres mía... sólo mía, Madison– aseguré sobre sus labios.

– Sí, sólo tuya... más Aron, más.


Aceleré la velocidad de mis movimientos, nos besamos una vez más, sincronizando los movimientos de nuestras lenguas y nuestros sexos, segundos después rompimos el beso y Madison hizo su cabeza hacia atrás, apretaba los músculos de su centro generando un roce más supremo con mi miembro, gemíamos sin parar, puse mi frente sobre la suya y me moví más rápido en tanto ella seguía empujando mis nalgas y gritamos al mismo tiempo a causa de alcanzar el orgasmo juntos.

Me dejé caer sobre su cuerpo, mientras nuestras respiraciones volvían a su ritmo, ella me acarició la cabeza y después me enderecé ligeramente para probar sus labios una vez más, luego de unos minutos nos separamos para tomar aire y finalmente salí de ella y me acosté a su lado. Tomó la charola que había dejado en la mesa de noche y yo me cubrí con la colcha para que la pusiera encima.


¿𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐬 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞? : 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚𝐬 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 [𝗮𝗽]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora