Capítulo 6

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𝒞𝒶𝓅 6

—¿Qué es este lugar? —Jungkook inspeccionaba la habitación, donde el pintor lo había llevado para tener más intimidad.

—Es mi lugar secreto, cuando construyeron la galería pedí que hicieran esta habitación como un refugio en el que podría descansar del mundo externo. —comentó con una cálida sonrisa. —Pero por favor, toma asiento. —señaló el sofá carmín.

—Supongo que ya no es un lugar tan secreto, ahora que lo he visto. —el empresario se sentó, con la mirada clavada en el cuerpo contrario.

—Eres la única persona a la que he traído aquí.— exclamó, sentándose a su lado.

—Me siento halagado, pintor Kim. —Jungkook paso sus dedos por sus finos cabellos, peinandolos hacia atrás. Después le extendió el sobre, dejándolo a su completa disposición.

El pintor lo tomó, dirigió su mirada hacia el empresario, como preguntando si estaba seguro de mostrarle algo que, sabía, era especial para él. Jeon asintió con ayuda de su cabeza, la señal que esperaba Taehyung.

Los largos dedos del pintor abrieron el sobre, con suma delicadeza. Sacó de ahí los dibujos e ilustraciones, siendo su mirada iluminada cuando sus ojos hicieron contacto con ellos. Tomó las primeras tres imágenes, inspeccionandolas.

—Admito que tiene talento, empresario Jeon. Sus trazos son buenos, y sus sombras no dejan nada que desear. Aunque son imágenes bastante sombrías. —Taehyung despegó su vista de las ilustraciones y la colocó en su acompañante, a la vez que una de sus manos se posaba sobre la de Jeon. —¿Qué es eso que le atormenta, empresario?

—Las imágenes tienen bastante tiempo, como ya dije, las hice cuando pasaba por un mal momento, pero fue hace tanto que no recuerdo la razón. —respondió, evitando el contacto de sus miradas.

—No, yo creo que lo recuerda. —el pintor tomó el mentón del empresario, obligándolo a mirarlo. —¿Esa razón es... la misma por la que lloraba ese día? —cuestionó, haciendo relucir su varonil y gruesa voz, mientras con sus ojos penetraba el alma contraria. No obtuvo respuesta, e irónicamente, esa era la respuesta que esperaba; su silencio. —Sus ojos son como ventanas, que permanecen cerradas para los demás, pero que siempre han estado abiertas para mí, ¿sabe por qué? —su mano se deslizó, tomando la mejilla del menor para brindarle caricias. —Porque usted, al igual que yo, tiene un alma artística. Sentimos de la misma forma, sabe a lo que me refiero.

—No sé...

—Lo sabe. —separó su mano de su rostro, dejandola caer sobre sus piernas y, sin querer, provocando que una imágen cayera al piso.

Los ojos de ambos se dirigieron a dicha imagen, Jeon intentó levantarla pero Kim fue más rápido.

—Vaya, también puede dibujar... De esta manera. —mordió su labio inferior.

—No sé cómo llegó esto aquí, supongo que se coló. —le arrebató la imágen, con un leve sonrojo en sus mejillas que ante los ojos del pintor era adorable.

—¿Seguro que no sabe cómo? —levantó una ceja y de un rápido movimiento sujetó la cintura del empresario con una mano, atrayendolo a él.

Jeon dió el segundo paso, entrelazando sus labios con los de Kim. Sus labios danzaron después, apasionadamente sobre los del pintor, sacándole un grave suspiro.

Se mi lienzo y yo seré el pincel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora