Se mi lienzo y yo seré el pincel.

Capítulo 15

Jeon entró al estudio con una sonrisa traviesa, cuando vió la espalda desnuda del pintor lo primero que pensó fue que quería sentir su calor. Caminó sigilosamente, acercándose al pintor, justo iba a abrazar su cintura pero...

—¿Ahora es un ladrón, señor Jeon? —exclamó, aún sin darse la vuelta. —¿Qué cree que hace entrando de esa forma a mi estudio? —dijo, esta vez dando media vuelta para quedar de frente.

—Quería sentirte— Jeon le abrazó, aspirando su delicioso aroma.— Te extrañé. —susurró.

—Hm, yo también.— sonrió dulcemente, dejando un beso en la cabeza del menor.

—Bueno, pues a trabajar.— se separó del contrario, depositando un tierno beso en los labios ajenos.

Taehyung sonrió, recibiendo el beso gustoso. —Puedes tomar los materiales que necesites, ahí hay lienzos blancos y las diferentes pinturas están ordenadas por calidez en ese estante. —señaló.

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—La galería aún no abre, ¿puedo ayudarlo en algo? — el moreno se dirigió hacia la elegante figura, que había entrado a la galería a pesar de que las puertas estaban cerradas.

—Yo sólo vengo a buscar a mi so... ¿Namjoon? —Kim palideció.— No pensaba encontrarte aquí, ¿Taehyung no está?

—SeokJin... —murmuró sorprendido. —Es mi galería, es evidente que me encontrarías. Taehyung está trabajando.

—Entiendo... —un silencio incómodo se hizo presente. —¿Jeon Jungkook no ha pasado por aquí? —preguntó evitando su mirada.

—Hmm... Sí, de hecho sigue aquí. Está trabajando con Taehyung en su estudio.

—¡¿Trabajando?! —Kim iba a pasar de largo, directo al estudio del pintor, pero Namjoon lo detuvo.

—Déjalo SeokJin.— pronunció suplicante. —Deja que el chico haga su vida y tú comienza a vivir la tuya.—la mirada de Namjoon le provocó tantas cosas y le trajo muchos recuerdos.

—Sueltame.— articuló, removiendose para safarse de su agarre.

—Te extraño, SeokJin.— habló Nam, dolido. —Sé que tú también me extrañas, así que por favor, no me alejes de tí. —el rostro del moreno se fue acercando al opuesto, quedando muy cerca el uno del otro.

Por un momento, el presidente Kim se dejó llevar, y unió sus labios con el opuesto. Cuando reaccionó se separó bruscamente, dándole un leve empujón para apartarlo de él.

—Esto terminó hace años, Namjoon. —los ojos de Kim se llenaron de lágrimas que no cayeron. —Adiós.— se dió media vuelta y salió por la puerta.

Namjoon bajó la mirada, viendo como sus propias lágrimas caían mojando el piso.

—¡Seokjin! ¡Te amo! —gritó, desgarrado por dentro.

Jin, al escuchar esto se detuvo, volteó su mirada hacia al moreno.— Yo también te amo, por eso no soportaría ver como terminas con tu vida.

—El arte no terminó con la vida de tu hermano, fueron las malas personas.

SeokJin bajó su mirada y siguió caminando, hasta subirse a su auto y perderse de vista.

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—¿Terminaste? —Kim se acercó a Jeon, tomándolo desde la espalda por la cintura y repartiendo suaves besos en su cuello.

—Sí, ¿te gusta? —Jeon se estremeció por el tacto.

—¿Tu primer cuadro soy yo? —alzó una ceja.

—No pude evitarlo, se veía muy bien trabajando. —susurró provocativamente.

—Últimamente no ha hecho más que dibujarme y pintarme, ¿no cree que eso es acoso?

—¿En serio? ¿Y qué es esto? —exclamó, mostrando el block del pintor, el cual tenía dibujos de él.

—Oh, me atrapó. —soltó una pequeña risa.

—Estamos a mano. —sonrió de lado. —No lo culpo, soy bastante guapo.

El pintor lo miró divertido.— ¿Debería llamarlo señor modestia?

—Llámame mi amor, eso será mejor. —susurró sobre sus labios, besandolos después con necesidad.