Vacaciones

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El 19 de diciembre del 2012, empaqué mis cosas para viajar con mi padrastro, mi madre y mis hermanos hacia Formosa, en el auto de él. Salimos un viernes a las seis de la tarde, pero a mitad del camino, el coche no anduvo por problemas en el motor, entonces con ayuda de algunas personas, volvimos y salimos el sábado.
El viaje fue largo y agotador hasta que llegamos a Chaco, Resistencia; lugar donde yo nací. Y fue para mi sorpresa, porque no me esperaba que pararíamos allí y menos que tendríamos hospedaje en la casa de un Pastor Evangélico.
Fuimos a la Iglesia de allí, y mi madre me mostraba por donde vivíamos antes. Mi abuela Nilda se enojó mucho cuando se enteró que viajé con él. Entonces mi abuelo y ella sacaron pasajes para que yo venga en colectivo sola para Formosa, total viajaría a la mañana y tardaría unas tres horas en llegar.
Mi Madre se quedó con él en Chaco unos días más. Pasé la navidad con ellos, mis abuelos que tanto me extrañaban al igual que yo.
Se acercaba el día en que debía volver a Buenos Aires con mi Madre, y me puse triste pero no quería decir nada; hasta que no aguanté y le conté todo a mi abuela. Apenas lo hice, ella lloró conmigo y nos abrazamos por un rato.
Luego de eso muy seriamente me dijo:
Listo, te quedas acá si o si no voy a permitir que pases otra desgracia de nuevo, y no me importa lo que tu madre diga. Qué grite o patalee, vos te quedas conmigo.

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