Capítulo 19

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Si esto fuera una película

—¿Cómo te está llendo? —Preguntó Jack del otro lado de la pantalla de la laptop de Elsa

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—¿Cómo te está llendo? —Preguntó Jack del otro lado de la pantalla de la laptop de Elsa. Ella sonrió.

—Bien, saque una buena calificación en el exámen de Matemáticas —Dijo enseñándole la hoja donde se encontraba su calificación— Por cierto, mañana entregaré el ensayo de literatura, deseame suerte.

—Mucha suerte, linda —Se acercó a la pantalla y la besó dando la impresión de besar a la chica— Tengo que colgar, aquí son casi las dos de la madrugada y mi madre comenzará a gritar si se entera que estoy despierto a esta hora —Rio levemente.

—Lo sé, la diferencia de horario me molesta —Comentó la chica resoplando frustrada.

—A mi también, el horario de Inglaterra y América es de cinco horas que aveces es un poco difícil comunicarnos —Puso una cara triste e imitó un puchero— Te extraño tanto Els —Admitió.

—Y yo a ti —La muchacha intentó sonreír y ocultar su llanto.

Hacía un mes que él se había marchado, pero a ella le parecía una eternidad. Al principio adaptarse a no estar cerca de Jack le fue demasiado difícil y mucho más por qué desde que Anna y Kristoff habían comenzado a ser pareja pasaban más tiempo juntos y cuando estaban con Elsa era un poco incómodo para la platinada arruinar los momentos románticos de sus amigos; a pesar de que los chicos le decían que no arruinaba nada, Elsa no soportaba estar cerca de las parejas.

Lo extrañaba mucho, día y noche se la pasaba pensando en el peliblanco. Algunas noches incluso llegaba a llorar al tener pesadillas donde nunca lo volvería a ver, ese era su mayor miedo. Que él encontrase a alguien más en Estados Unidos y se olvidará de ella.

Obviamente Jack siempre le recordaba que su destino era estar juntos y que tarde o temprano volverían a verse. Era una promesa y el brazalete en la muñeca de Jack era una prueba de eso, después de todo se la tendría que regresar cuando llegara el momento.

—Ya deseo verte otra vez —La voz del chico sonaba triste y nostálgica— Apenas ha pasado un mes y ya no soporto las ansias de estar contigo nuevamente.

—Lo mismo me pasa a mí, extraño tanto estar junto a ti —Elsa no pudo evitar que una pequeña lágrima rodara por su mejilla— Extraño cuando pedías arroz frito y me dejabas comer los camarones —Cubrió su rostro con ambas manos— ¡Dios, te extraño tanto!

—Preciosa no llores —Se apresuró a decir el joven, odiaba ver a su chica llorar y más si se trataba por su culpa— Te prometí que regresaría por ti y lo voy a cumplir, aún no sé cuando ni como, pero lo haré —Aseguró— Así que no llores más, por favor. Debes prometerme que ya no vas a llorar.

—Lo intentó, pero me es imposible —Habló Elsa entre sollozos— No puedo evitar sentir este dolor y culpabilidad de que por mí te fuiste.

—Elsa, sabes que no fue tu culpa —Jack frunció el entrecejo al escucharla culparse de nueva cuenta.

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