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Zero ya había vuelto al trabajo, pero no había vuelto a hablar con Takuma, el rubio aún estaba dolido por las duras palabras del peliplateado.

En tanto Kaname esperaba pacientemente que Takuma le diera alguna noticia acerca del joven de la fiesta. Lo que tenía a Yuuki y Ruka muy preocupadas, por lo que la hermana de Kuran de dio a la tarea de encontrar ella antes a este misterioso personaje, por lo que tomando el listado dio con Takuma, la mujer se había dado cuenta desde ya un tiempo de las miradas que le daba el joven de cabellos rubios.

- Hola - Dice Yuuki a un perplejo Takuma - Me ayudas con un café, te espero en la sala de juntas -

Takuma corrió literalmente a la cafetería de la esquina y le llevó un espumoso late de vainilla.

- Muchas gracias - dice sujetando el vaso térmico de café y de paso los dedos del joven - ¿Cuéntame cómo te llamas? -

- Takuma, Takuma Ichijou -

- Trajiste solo un café -

- Lo lamento no me dijo que necesitaba otro más, pero puedo ir a comprar otro -

- No hay problemas, lo podemos compartir - dice muy coquetamente Yuuki acercándole el vaso a Takuma - Anda bebe, esta delicioso -

Takuma estaba nervioso, esa mujer era tan guapa que no se creía su buena suerte. Poco a poco Yuuki lo fue envolviendo en sus palabras y sin darse cuenta el chico, sin experiencia en el amor, le fue dando información acerca de Zero. Al final del día Yuuki tenía muy en claro quién era el misterioso chico de la máscara.

Al día siguiente Takuma vio como Zero era obligado a hacer los trabajos más asquerosos y pesados, no entendía que pasaba hasta que casi terminando su jornada de trabajo vió como Yuuki personalmente reprendía al joven y le ordenaba que nuevamente lavara los contenedores de basura de la bodega, contenedores que no habían sido lavados en años, el olor a putrefacción era notable a muchos metros.

Una vez que Zero terminó pasada dos horas de su horario normal de trabajo, Takuma se le acercó.

- Zero, lo siento. Lamento mucho todo esto - dice el rubio

- Fui yo el descortés, yo debería darte disculpas por lo que te dije -

- Está bien, entiendo que no confíes en nadie -

- Pero en ti si lo hago, en ti y tu abuelo -

- No me gusta verte y no poder hablar contigo - dice Takuma a punto de llorar

- Ni a mí, eres mi amigo, mi único amigo. Perdoname -

Takuma se acercó a Zero y lo abrazó fuertemente, sabía que el peliplateado evitaba a toda costa el contacto físico, pero él necesitaba sentir a su amigo.

Los días siguientes fueron igual para Zero, los trabajos cada día eran peor, tenía un supervisor tiempo completo vigilandolo, Takuma de desvivía dándole disculpas, por su culpa Yuuki había dado con él.

Kaname ajeno al calvario que vivía Zero seguía soñando despierto con su príncipe y fue así como aburrido de escuchar a su hermana y a Kain diciéndole que dejara de buscar algo que no existía, decidió esconderse en la sala de juntas, al abrir la puerta vio a Zero arrodillado intentando sacar una mancha de café de la alfombra. Quien al ver al presidente Kuran, se puso de pie y tomando sus cosas iba a salir del lugar cuando Kaname lo llamó.

- Quédate, continúa con tu trabajo, no me molesta que estés aquí, solamente no hagas ruido -

- Sí, señor - responde Zero y vuelve a su posición anterior.

Kaname se sentó junto al gran ventanal, pensaba una y otra vez en ese chico, como podía ser que ese joven fuera incapaz de darle una oportunidad, recordaba el sabor de sus labios, y la suavidad de su piel, no podía estar más enamorado y eso le hacía doler el pecho. Kaname no tenía idea que ese hombre que el buscaba con desesperación estaba allí, a menos de tres metros de él, arrodillado limpiando esa inmensa alfombra.

Zero lo miraba de reojo, Kuran era un hombre muy guapo, pero no era para él, que más prueba que ese instante, él con las manos partidas por el detergente limpiador de alfombras y Kaname a metros de él mirando por la ventana sin prestarle la menor atención. Eran de polos opuestos. Todo era una locura.

Zero recogió sus cosas y estaba listo para salir de allí, sin importarle que la mancha aún seguía en la alfombra, cuando Kaname se volteó a verlo, de los nervios el peliplateado casi se cae al tropezar con una silla, Kaname intento ir en su ayuda, pero el chico recuperó su equilibrio, pero para evitar caer accidentalmente de su bolsillo cayó un trozo de máscara negra.

- ¿Eres tú? - dijo Kaname atónito de lo que veía

- ¡No! - dijo Zero al momento que intentaba tomar el trozo de máscara, pero Kuran fue más rápido

Kaname tomó ambos trozos y los unió, calzaban a la perfección, ese chico era su príncipe, el hombre que había besado, el hombre que le robaba el sueño hacia ya mucho tiempo.  Zero se puso pálido había sido descubierto, y lo único que deseaba era correr, necesitaba arrancar, pero Kaname fue más rápido que él y lo sujeto fuertemente de su mano.

- Te busqué por todos lados, no sabes cuánto he soñado con este momento - Zero no respondió nada, solamente se lo quedo viendo - Te amo, lo supe en el momento que vi tus ojos en aquella fiesta, estoy seguro que estamos destinados el uno para el otro - A Zero se le estaba nublado la vista por las lágrimas que estaban agolpandose en sus ojos - Quiero que sepas que no me importa tu humilde procedencia, Takuma me dijo que tenías miedo, por que yo tengo algo de dinero, pero eso no es importante cuando dos personas se aman - Zero bajo la mirada y Kaname le levantó la cabeza con sus dedos sujetándola desde el mentón del peliplateado - Necesito saber cuál es tu nombre -

- Zero -

- Es un precioso nombre - le sonríe Kaname

- Zero Cross -

Bastó que Zero dijera su apellido para que la sonrisa de Kaname desapareciera, Cross, ese era el apellido que adoptaban todos los Omega huérfanos del país. Era sin duda una completa deshonra para cualquier familia relacionarse con un hombre con aquel apellido. Zero vio la decepción en los ojos de Kaname y liberándose del agarre de Kuran, salió rápidamente de la sala de juntas.

NO SOY CENICIENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora