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Kaname había logrado conseguir tres de los cuatro contratos que había ido a buscar, el tercer día Ruka y el estaban cenando en el restaurante del hotel.

- Rima es una bebé muy, pero muy linda - dice Ruka

- Lo sé, es muy linda y la adoro - dice Kaname

- Me hubiese gustado que esos tres lindos niños hubieran sido mis hijos - dice Ruka dejando su copa sobre la mesa - Es una lastima que ellos tengan otro papá, hubiese sido tan feliz contigo y ellos a mi lado -

- Ruka, sabes que nunca quise lastimarte, es sólo que me enamoré de Zero, estoy seguro que de no haberlo conocido, tú y yo estaríamos ahora casados y con lindos hijos -

- Yo aún te amo y amo a tus hijos -

- Pero Zero -

- Zero no es lo que te hace feliz, o ya no lo hace. Hace mucho que tú matrimonio se acabó, es sólo que no te das cuenta -

- Puede ser, pero es mi esposo y lo amo -

- Si me dejas, te puedo demostrar que estás equivocado -

Ruka se puso de pie y tomando de la mano a Kaname, se lo llevó hasta su habitación.

Esa noche finalmente Ruka consiguió todos los besos y las caricias que siempre soñó, al fin Kaname le había sido infiel a Zero.

Al día siguiente Kaname evitó a toda costa a Ruka, no quería recordar lo que había hecho, no quería sentirse así de sucio. Zero lo esperaba en casa con sus hijos y él le había traicionado, el hombre estaba confundido. No sabía que hacer, amaba a Zero, eso era algo verdadero, pero siempre pensó que Zero no era el indicado como su pareja, primero por su falta de educación y mundo, pero ahora no era ese el problema, ahora él se sintió poca cosa delante de su esposo, por eso lo tenía completamente aislado del mundo, tenía vergüenza de que todos vieran que Zero era más inteligente y más educado que él que siempre había sido admirado por todos.

En la hora de la cena Kaname no pudo escapar más de Ruka.

- Lo entiendo - Dice Ruka - Estás enamorado de él, no de mi. Seguramente te sientes arrepentido de lo que pasó anoche entre nosotros. Pero tú no eres el culpable de nada. Yo fui la causante de todo -

- Es mi esposo, yo debí serle fiel -

- Pero yo te insite. La culpa es mía. Eres un buen hombre, un buen esposo, un buen padre -

- Ruka, eres maravillosa, pero no puedo seguir así -

- Siempre hemos sido amigos, desde niños, sigamos así. Sé feliz con Zero, así que cuando regresemos a nuestro país, vuelve a casa, vuelve con los que amas -

- Gracias, por entender -

- Lo que pasó aquí no tiene que saberlo Zero -

- Gracias nuevamente por ser tan buena conmigo -

- Somos amigos, después de todo - y mostrando una radiante sonrisa - Ahora invita a tu amiga a cenar, muero de hambre -

Kaname y Ruka fueron a cenar, la mujer actuó como su nada había pasado entre ellos y nuevamente se mostró muy interesada en los hijos de Kaname, cosa que al castaño le encantó.

A la mañana siguiente Kaname golpeó la puerta de Ruka, la mujer se demoraba mucho y no quería perder su vuelo, quería ver cuánto antes a Zero.

- Ruka ¿Qué pasó? Aún no estás vestida - dice Kaname al verla aún con una diminuta camisa de dormir

- No me siento bien, he vomitado toda la mañana - responde Ruka - Pero vete, yo me iré cuando me sienta mejor -

- No, estás loca, no te voy a dejar sola en un lugar desconocido -

- Pero qué pasará con Zero -

- Él está bien, además mi madre siempre está al pendiente de Zero y los niños -

Kaname cancelo los pasajes hasta nuevo aviso, ese día permaneció junto a Ruka, que cada dos por tres vomitaba y se mareaba. Al día siguiente la situación no había variado, pero después de almuerzo Ruka prácticamente obligó a Kaname a dejarla sola, le dijo que aprovechará que estaba en Nueva York, para llevarle un lindo presente a Zero y los niños.

Kaname se paseó por las principales calles de la gran manzana y compro varios regalos para sus hijos y al pasar por una exclusiva joyería, compro un anillo de diamantes para su esposo, si bien Zero no sabía nada de lo que había pasado entre él y Ruka, necesitaba pagar por su pecado y ese anillo era una pequeña compensación por todo lo mal que se había portado con el peliplateado.

Al llegar de sus compras se encontró con Ruka en el hall del hotel.

- ¡Ruka! ¿No se supone que estás enferma? Pospuce mi regreso por ti -

- Es...es -

- Buenas tardes, trabajo en el hospital, la señorita se sentía mal fue al hospital por ayuda y como estaba sola la acompañe una vez que mi turno acabo - dice el joven que la acompañaba - Además ella es prima de Kain, quien fue compañero mío en la escuela -

- Muchas gracias - responde Kaname avergonzado

- Está bien, ahora ella debe descansar -

- Sí, claro la acompañaré a su habitación -

El hombre se despidió y Kaname acompañó a Ruka, hasta la habitación.  Lo que Kaname no sabía era que Ruka había acudido con un especialista en fertilidad asistida y se había sometido a una inseminación artificial, si todos sus planes salían bien, prontamente le estaría dando a Kaname la noticia que sería padre.

Tras nueve días en Nueva York Kaname y Ruka volvieron al país, Ruka tomó un taxi y se fue a su departamento a descansar mientras Kaname se fue a su casa, tenía que hablar con Zero y pedirle perdón.

Senri ya era una visita constante en casa de Zero, aunque el hombre siempre iba acompañado de su tía, los niños lo adoraban, normalmente Kaname no tenía tiempo para ellos, por lo que para los chicos jugar a la pelota o bañarse con el peliguinda en la piscina de casa era algo muy divertido.

El día que Kaname volvió era sábado y era la primera vez que Senri iba sin su tía a casa de Zero.

NO SOY CENICIENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora