15

150 12 0
                                    


Era sábado y Takuma había ido de visita a casa de Zero, él preparaba la parrilla, mientras Yori cortaba verduras para unas ensaladas, Zero estaba en el baño con Rima cantando la canción del pipí, la pequeña estaba aprendiendo a ir sola al baño y Senri jugaba a la pelota con Kana y Hana. Era un día hermoso, el sol era cálido y luminoso.

Terminado el almuerzo, Yori y Takuma se fueron al cine, la pareja llevaba saliendo algún tiempo, el amor había surgido tras la muerte de Asato, Yori se ocupo de Takuma, quien estaba desolado por la pérdida de su abuelo. Senri cansado de jugar de sentó en la terraza con Rima en sus brazos, mientras los hermanos subían a cambiarse, los chicos querían jugar en la piscina por lo que fueron por sus trajes de baño.

Hana que era el más revoltoso de los tres ya estaba listo esperando a su hermano, cuando la puerta se abrió y apareció su padre.

- ¡Padre! - grito el niño, feliz de ver a Kaname

- ¡Shhhh! No grites Hana -

- Padre, bienvenido a casa -

- Hana, te traje un regalo - dice Kaname sacando una caja gigante envuelta en papel de regalo con motivo de ositos

Hana estaba feliz, normalmente su padre nunca les traía nada de sus viajes, por lo que el pequeño rubio se dio a la labor de romper la envoltura para descubrir una autopista de lujo con seis pequeños cochecitos. Kaname sonreía, ver a su hijo contento le alegraba el alma. Pero todo eso cambió cuando al voltear vio a Kana, su hijo mayor mirándolo con una frialdad que el hombre no conocía.

- Hola, hijo, te traje un presente  - dice el hombre con un pequeño paquete de regalo en las manos

- ¿Quieres comprar mi perdón? - responde serio Kana

- No... No es eso, es sólo que lo vi en el escaparate y pensé en ti, hijo -

- Gracias - y mirando la maleta de su padre - Has venido por ropa limpia -

- No, he venido para quedarme en casa con ustedes -

- ¿Eso es verdad? -

- Sí, quiero estar con ustedes, con su papá -

- ¿Le pedirás perdón a papá? - pregunta Kana

- Sí, le pediré perdón y le prometere que nunca más los dejaré solos -

Kana si bien era un chico muy maduro para su edad, no podía evitar ser un niño y al escuchar esas palabras de labios de su padre, sus ojos se humedecieron, Kaname lo abrazó fuertemente contra su pecho, amaba a sus hijos, aunque muchos de sus actos dijeran lo contrario.

- Debes decírselo a papá -

- Sí, ¿Dónde está tu papá? -

- En la terraza, con Rima -

Kaname dejó a sus hijos con sus obsequios y fue camino a la terraza.

- Dame a mi bebé - dice Zero a Senri - Ahora te comes ese trozo de tartaleta, no siempre la preparó y está vez la hice por ti -

- Gracias - Dice Senri acercando su mano al rostro de Zero - Cada vez que te veo siento que él está nuevamente conmigo - Zero se quedó mirando a Senri sin entender de qué hablaba el peliguinda - Eres tan bello -

Senri se estaba aproximando peligrosamente a los labios de Zero cuando Kaname llegó a la terraza.

- ¡No te atrevas a besarlo! - dice molestó Kaname

- Perdón, me desubique, Zero no tuvo la culpa de nada - dice Senri

- ¡Vete de mi casa! - grita alterado Kaname

- Kaname, por favor, escúchame -

- ¡¡¡Dije que fuera!!! - grita colérico

- Senri, por favor vete - dice Zero

- ¿Estarás bien? -

- Sí - responde Zero

El peliguinda se fue apesar de que en el fondo de su corazón sentía que no podía dejar a Zero solo con un hombre tan violento como Kaname.

- Kaname -

- Cállate, no puedo creer que me estés engañando con mi propio primo -

- Eso no es cierto, yo nunca haría algo así -

- Si no llego a tiempo ese hombre te come vivo. Eres un descarado, te entregas a cualquiera ¡Por qué eres un cualquiera! -

- No puedes decirme algo así, el único que tiene una amante aquí eres tú no yo - dice Zero

- ¡QUÉ TE CALLES! NO QUIERO OIR TU ASQUEROSA VOZ -

Zero se quedó paralizado, era la primera vez que Kaname usaba su poderosa voz contra su esposo, Zero sudaba de miedo, le estaba costando respirar y un dolor en su vientre lo dejo sin aliento. Kaname tomó a Rima en sus brazos y la llevo junto a sus hermanos, al volver a la terraza, Zero ya no estaba, el peliplateado había ido a la cocina por un poco de agua.

- No puedo creer que yo me mato trabajando para darte una buena vida a ti a nuestros hijos y que tú me lo pagues así -

- Estos fue un mal entendido -

- ¿Mal entendido? ¡Demonios! Casi te besó -

- ¡Yo no hice nada! -  Grita Zero

- Ibas a dejarlo, ibas a permitir que te besaría -

- No supe que hacer, me sorprendió -

- No te creo - dice Kaname - No creo en tus palabras, eres un descarado. Mis hijos solo van a aprender malas cosas contigo -

- ¿Qué dices? -

- Que esto se acabó, yo no voy a ser un estúpido cornudo. Este matrimonio se acabó -

- ¡Qué! -

- Eso, que te dejó, así puedes revolcarte con Senri o con quien se te de la gana -

Kaname dio media vuelta y salió de la cocina dejando a Zero encerrado con llave. Por más que Zero gritó nadie lo saco de allí. Kaname había tomado a los niños y se había ido con ellos a casa de sus padres.

Cuando Yori volvió de su cita con su novio, no encontró a Zero ni a los niños, por lo que llamó a Zero a su celular al comprobar que el teléfono estaba en la terraza, fue a la cocina, está estaba con llave por lo que usando la llave de emergencia abrió, allí se encontró con Zero llorando sentado en el suelo. Yori se dio a la tarea de calmarlo, pero al no saber de los niños Zero era incapaz de controlarse. Solamente cuando Juuri llamó para avisar que los tres pequeños estaban con ella, Zero pudo respirar aliviado.

NO SOY CENICIENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora