Tic-tac, tic-tac, tic-tac.
El sonido del reloj era todo lo que se escuchaba en el aula.
Recosté mi cabeza en la palma de mi mano, aburrida, mientras dibujaba bocetos en el libro de filosofía esperando que la clase termine. Se supone que tendría que estar leyendo sabe cuáles páginas pero, para ser sincera, la filosofía no podría importarme en lo más mínimo.
Miraba la hora una y otra vez esperando que marque las 2:00 p.m para que termine la clase.
Cuando al fin sonó la campana indicando que la tortura había terminado, guardé mis cosas y salí del aula esquivando a los alumnos que salían disparados y dejando atrás a uno que otro que se quedó dormido.Saludé a algunos de mis amigos en el camino a la entrada de la preparatoria
Estoy acostumbrada a la atención, soy una persona muy social y disfruto de conocer nuevas personas. Cuando ingresé a Harrow Easthigh mi popularidad fue aumentando cuando menos me di cuenta, no era algo que yo buscaba, simplemente sucedió.
Al llegar a la entrada me encontré con Via, que me esperaba con una enorme sonrisa en el rostro, se acercó a mí, rodeándome con su brazo mientras nos dirigíamos al estacionamiento.
—Hola, ¿qué tal filosofía? —preguntó burlona ya que sabía mi respuesta.
—Divertidísima —dije sarcásticamente soltando un suspiro.
—Claro —se rió —. ¿Te enteraste? Nate también irá hoy.
—Me enteré, ¿de nuevo lo perseguirás por toda la fiesta?
—Já, já. Chistosa. Será mío.
Ambas reímos.
Llegando al estacionamiento Via quitó su brazo de mis hombros y se dirigió al lado del copiloto mientras yo buscaba las llaves de mi camioneta, ambas subimos y después de varias canciones llegamos a mi casa. Ahí esperamos a Alex y Danielle, son hermanas, nos conocimos cuando teníamos 15 años y no tardamos mucho en llevarnos increíble y que se unieran a Via y a mí, que somos mejores amigas desde que tengo memoria.Las cuatro estábamos arreglándonos, escuchando música y hablando sobre lo increíble que estaría la fiesta esta noche.
—¿Quién es? —preguntó Via.
Despegué la vista del espejo para ver a qué se refería. Via sostenía mi cuaderno de dibujo señalando un retrato de un chico.
—Ah —le resté importancia —, no es nadie. Soñé con él.
—Yo también dormiría tanto como tú si soñara con chicos así —dijo Alex uniéndose a la conversación —, está guapísimo.
—Es un dibujo nada más.
—¿Uno nada más? —preguntó, hojeando mi cuaderno —, ¡si lo has dibujado como mil veces!
—Bueno, he soñado con él como mil veces. No me puedo quitar la imagen de la cabeza.
—Que raro —dijo Danielle —. Deberías investigar que significa.
—Yo sé que significa —agregó Alex —, quiere decir que Lena lleva demasiado sin estar con alguien y su cerebro le está rogando que por favor hoy se enrede con un chico atractivo.
—Increíble análisis —se burló Via.
Nos reímos y dimos la conversación por terminada. Acabamos de arreglarnos al rededor de las cinco y nos dirigimos a la casa del lago.
Me puse unos jeans negros de tiro alto con una blusa blanca que me llegaba al ombligo y unos botines negros de tacón, llevaba mi cabello ondulado suelto con el partido a la mitad.Apenas llegamos y la música ya retumbaba en mis oídos, habían personas en todos lados bailando o hablando, ya con botellas de cerveza o vasitos rojos en sus manos.
No tardamos mucho en encontrar a nuestros amigos y acoplarnos.Via y yo hicimos equipo en beer pong, era imposible ganarnos. El Sol se comenzaba a esconder regalándonos una vista preciosa del atardecer reflejado en el lago, estaba oscureciendo y la noche estaba cada vez más fresca.
Unas cuantas rondas de beer pong y algunas cervezas después y ya comenzaba a sentirme algo mareada. Via bailaba animadamente moviendo las caderas de un lado a otro, meneando su vestido corto de flores y Alex y Danielle estaban haciendo un juego de shots con otras personas.
—Voy al baño —le avisé a Via.
—¿Te acompaño?
—No, no te preocupes. Ve con Nate, lleva toda la noche mirándote.
—¿Sí, verdad? —soltó una risita —si necesitas algo me marcas.
Asentí y caminé entre las personas para adentrarme a la casa. La noche ya había llegado y nos cubría la luz de la Luna y las tiras de foquitos que iluminaban toda la parte de afuera. Dentro también habían muchas personas, la luz cálida me permitía reconocer algunos rostros, dentro la gente se encontraba más concentrada en hablar y pasar el rato, aunque también había una que otra persona besándose o haciendo algo más.
Me metí al baño y comencé a orinar mientras mi atención estaba completamente ensimismada en la pared. Mis ojos párpados comenzaban a sentirse pesados y mi vista estaba algo nublada. Me lavé las manos y la cara con cuidado de no desmaquillarme y me miré unos segundos en el espejo.
Mis ojos verdes lucían ya un poco cansados pero aún así me seguía viendo bien. Sacudí la cabeza volviendo a la realidad y salí del baño en busca de mis amigas.
Saludé a algunos amigos y rechacé a uno que otro borracho que se acercó a preguntarme qué hacía tan sola. Creeps.
Un rostro me llamó la atención, me parecía conocido. El chico me dio la espalda y siguió caminando, lo seguí esquivando a las personas que se me atravesaban. Tomé su hombro y lo hice girar. Lo analicé un poco.
No, ni idea de quién era. El chico me miraba con el ceño fruncido.
—Perdóname, creí que eras alguien.
—Auch —se tocó el pecho fingiendo estar ofendido —Lena, ¿verdad?
—Sí... bueno... bye —no me interesaba comenzar una conversación con él, me di la vuelta en busca de la cocina.
Creo que como para soñar despierta estoy un poco más ebria de lo que pensaba.
Me serví un vaso de agua y me senté en un banquito recargándome en la barra. Pasé un rato ahí tomando agua y bobeando en mi celular en lo que se me bajaba el alcohol.Ya que me sentía mucho mejor me reuní con mis amigas. Seguimos hablando, bailando y haciendo quién sabe qué hasta que el Sol comenzaba a asomarse y algunas personas se comenzaban a ir.
—¿Qué hora es? —preguntó Danielle.
—Las seis —dije, mirando la pantalla de mi celular.
—Ya vámonos —Dijo Via, que se encontraba recargada en la pared, más dormida que despierta.
—¿Puedes manejar? —preguntó Alex.
—Sí, estoy como nueva.
Todas nos dirigimos a mi camioneta derrotadas y muy cansadas.
Era rutina, cada semestre Jake Campbell organizaba una fiesta en su casa del lago para festejar el inicio de las clases, siempre el primer fin de semana del curso y era costumbre que todos nos quedáramos hasta que saliera el Sol.
Muchos se quedaban a dormir pero, vamos, ¿quedarnos a dormir rodeadas de un montón de adolescentes precoces? No lo creo. De todos modos mi casa siempre era donde hacíamos nuestras pijamadas.En el camino Via y Alex iban dormidas en la parte de atrás y Danielle miraba por la ventana, escuchábamos música más chill y yo iba centrada en la carretera.
Llegando a mi casa todas caímos rendidas y no tardamos nada en entrar en un profundo sueño.
Y ahí estaba él otra vez.
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Adriel
RomanceHubo un ángel que se rebeló contra Jehová. Este ángel se llama Lucifer. Según la tradición judeocristiana, los demonios eran ángeles que fueron desterrados de la presencia de Dios por su rebeldía. Lucifer los llevó cada vez más a la oscuridad convi...