Omar
Cada vez que veía a Dawn tenía el mismo sueño.
O mejor dicho, recuerdo.
No importaba cuantas de tazas de café tomará para no dormirme, o cuántas películas viera para mantenerme despierto, mis esfuerzos siempre eran en vano.
Supongo que era algo gracioso la forma en cómo mi cerebro decidió memorizar la escena de hace dos años.
El momento en que mi mejor amigo me confesó sus sentimientos.
Solo había pasado una semana desde que las vacaciones de verano habían comenzado, teníamos diecisiete y acabábamos de graduarnos de la escuela.
―Prométeme que no me vas a odiar, ―me había pedido mientras me las arreglaba para abrir la puerta de mi habitación.
Habíamos ido a una fiesta y estábamos completamente borrachos.
Aún así era increíble cómo mi memoria conseguía recrear aquel momento una y otra vez; sin embargo, mi consciencia había decido apagarse.
―Jamás te odiaría idiota.
― ¿Estás seguro?
―Completamente.
―De acuerdo, te lo diré.
― ¿Puedes apurarte? ―Había preguntando mientras conseguía quitarme los zapatos y lanzarme a la cama. ―Tengo sueño.
―Me gustas, Omar.
Lo sabía.
¿Cómo no podría saberlo si sentía exactamente lo mismo desde que fui consciente de mi mismo?
―También me gustas, sino fuera así no seríamos amigos, ―atiné a decir.
Y aún con los ojos entrecerrados fui capaz de notar cómo soltó una sonora carcajada.
En el pasado su rostro siempre estaba libre de maquillaje, sus ropas eran simples, discretas y masculinas, e incluso su cabello era mucho más corto.
Estoy muy familiarizado con el Dawn de mis recuerdos, es más, me agradaba mucho más su versión original que la actual.
―Eres tan inteligente pero a la vez tan lento para entender algunas cosas, ―sentenció resbalándose en el piso.
No soy para nada lento, Dawn.
Solo me esfuerzo para fingirlo.―Solo échate, ¿sí? Estoy muy cansado y quiero dorm...
―Estoy enamorado de ti, ―aseguró con un tono de voz que no supe interpretar.
¿Tenía miedo?
¿Nervios?
―No es gracioso.
―Lo supe cuando teníamos catorce.
Y yo cuando tuvimos doce.
¿Pero quién esta compitiendo?
― ¿Y recién lo dices ahora?
―Recién me atrevo.
Al menos uno de nosotros es lo suficientemente valiente.
Te admiro Dawn, siempre lo he hecho.
― ¿Qué mierda esperas que te diga?
―Un "también me gustas" sería agradable, o un "siento lo mismo". E incluso un "podría considerarlo".
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3 veces tú
Fiksi RemajaTomás Cacciatore y Amador Benavente son almas gemelas, pero ellos no lo saben. Es más, ni siquiera se lo imaginan. Aunque claro, ¿quién contemplaría aquella posibilidad en medio del siglo 21? Aún así, los sueños que los han perseguido durante toda s...