Sí, era ella. Iba con sus auriculares, sus deportivas, su falda. Era ella, mi ninfa. Algo en ella había permanecido al cambio. Sin importar su corte de pelo, sus faldas o sus bambas estropeadas. Seguía haciendo los mismos movimientos como si danzara y flotara sin darse cuenta.
¿O era yo que me la imaginaba así?
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Crónicas Guerreras: Another Sunny Day
FantasyCAPÍTULOS NUEVOS CADA MIÉRCOLES A LAS 17H No entiendo por qué él me provocaba este miedo atroz. Como si tuviera que alejarme de él. Pero bueno, aquí me veis... siguiéndole sola en medio de la noche, esperando que responda a todas mis preguntas, que...