Historias Cortas sesshome o de otras parejas. El libro es básicamente un lugar para escribir cualquier historia corta (no más de uno o dos capítulos) que se te ocurra. Historias creadas por diferentes escritoras con estilos diferentes.
Disculpen la tardanza bellas víctimas, no hay excusa que valga. Tal vez me quieran matar, pero les traemos la continuación de este hermosa historia corta como ofrenda de paz.
Les aseguro que la espera valió la pena, ya que en este capitulo habrá una gran sorpresa. 😈
Nota: Este capítulo tiene contenido +18. Yo cumplo con avisar y no, esta no es la sorpresa.
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Sesshōmaru se dispuso a ordenar el vino y los platillos de ostiones en la mesita frente al sillón de cuero negro, todo sus movimientos estaban bajo el escrutinio de la azabache, que por cierto se deleitaba al ver como los músculos del peliplata se tensaban contra su camisa en cada movimiento, y ni se diga de su magnífico y pomposo trasero, ella tenía ganas de acariciar y morder cada una de esas mejillas. De un momento a otro el peliplata se voltea tomándola desprevenida e infraganti.
— Como he dicho antes es momento de que empecemos, y lo más importante aún es hablar de ésta atracción que nos corroe – dice con voz determinada, al ver que la azabache tiene intención de refutar lo dicho por él, decide adelantarse.– No intentes negarlo, sabes que digo la verdad. Además lo ví en tus ojos aquella noche en el lago, al igual que tú viste el deseo en los míos – dice dando un paso junto a ella, para luego extender su brazo y ofrecer en una invitación a que la tome – Necesitamos aclarar muchas cosas, pero cada una de ellas a su debido tiempo, por lo tanto quiero que solo disfrutemos el aquí y ahora, ¿Qué dices? – pregunta con un tono de voz persuasivo.
Sesshōmaru con el paso del tiempo fue adaptándose a interactuar solo un poco con las personas a su alrededor, pero eso no cambia el hecho de que siempre sería el mismo asesino perfecto, solo que ahora no anda decapitado a nadie como hobby. Tan solo espera a que la joven frente a él pueda entender lo que quiere decir y acepte su invitación, ya que si lo hace sería un gran logro en su plan.
Kagome no sabe qué decir o hacer, sus nervios y ansiedad están al tope pero ver esa mirada casi suplicante del hombre frente suyo hizo que tomara una decisión. ¿Qué tan malo podría ser?, se cuestiona ella, obvio nada sería malo, si no más bien placentero en dado caso ella y Sesshōmaru siguen sus deseos. Así que sin más ella toma la mano que le ofrece él.
