El comienzo

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Sherlock y John se habían puesto en camino hacia el 221 B de Baker Street, una vez ahí, llamaron a la puerta Sherlock se sorprendió mucho cuando en lugar de la amable Sra Hudson, les recibio una joven, por su rápido análisis deductivo supo que tenía 28 años, era cercana a la señora Hudson, zurda, pero con respecto a su trabajo fue complicado saberlo, ya que sus manos aunque delicadas, eran firmes y su vestimenta no ayudaba, ya que no existian empleos tan libres como para dejarla vestir un pantalón parchado, camisa amplia y un par de zapatos altos, seguro tenía un negocio propio pero antes de seguir, la voz amable de la chica le interrumpió.

-Ustedes deben de ser los futuros inquilinos, mamá me ha encargado volver a mostrarles el departamento, bien adelante, entren.

John fue el primero en reaccionar, al entrar en ese pequeño recibidor y presentarse.
-John Watson, médico militar, un gusto.
-Ah cierto, disculpen mis malos modales, yo soy Clara Hudson, también es un gusto.
-Sherlock Hol..., espera dijiste Hudson.
-Sí, en efecto, mi madre es Martha Hudson- respondió la joven.

Sherlock, se sintió un idiota, como es que eran madre e hija, si no existía algún parecido en ambas, bueno sólo el detalle del cabello castaño, hasta que algo le indico que había más cosas que las unían como madre e hija, por ejemplo, algunos ademanes que ya había visto en la señora Hudson y Clara los tenía, a parte ambas eran amables.

Otra vez sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Clara, que pedía que la siguieran para mostrarles el departamento.
Durante todo el recorrido, Sherlock iba tratando de deducir a Clara, más tarde cuando terminaron y ella les ofreció té y pastelillos ingreso todos sus datos a su palacio mental, aunque estaban incompletos más adelante podía seguir investigando, ahora eran inquilinos, la vería todos los días.

Unos minutos más, llegó la señora Hudson y es que era con ella con quien se debía arreglar los trámites legales, Clara se despidió con un ademán de su madre y de los inquilinos, tenía que atender su trabajo. Sherlock se descubrió viendo a Clara perderse en el umbral de las escaleras, cuando el destello de su hermano mayor Mycroft le reprendió: "Hermanito ni se te ocurra involucrarte, el cariño no es una ventaja"

A lo que él mismo se reprocho, solo es pura curiosidad, incluso esa chica podía ayudarlo todo con fines científicos.

Clara sabía que tal vez la vida con sus nuevos inquilinos no iba a ser tan difícil, solo tenía que acostumbrarse, incluso podía llevarse bien con ellos, con esos pensamientos, abrió la pastelería que daba en una esquina y en frente el Club Diógenes se mostraba con amplitud.




Aquí estoy con nueva historia. Es también una nueva propuesta qué pasaría si hubiese alguien que le importará demasiado a los Holmes. Espero y les guste.

Por supuesto los personajes son de Sir Arthur Conan Doyle y la adaptación pertenece a Mark Gatiss y Steven Moffat. El personaje de Clara Hudson es de mi invención.

Los Holmes, un Watson y una HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora